Historia

En mi vídeo anterior hablaba de la regla de los 180 grados para saber cómo escoger el tiempo de exposición según el número de imágenes por minuto. El nombre de la regla de los 180 grados me pareció curioso, así de que decidí investigar un poco sobre el origen de la misma, os lo cuento en este vídeo.

El gráfico del disco rotatorio lo podéis encontrar aquí: Wikimedia – Moviecam Schematic Animation y tiene el siguiente copyleft: Joram van Hartingsveldt [GFDL, CC-BY-SA–3.0 ó CC BY-SA 2.5].

Con este vídeo empiezo una serie de dos vídeos donde voy hablar de como funcionan los sistemas de autoenfoque que emplean las cámaras hoy en día y la historia de como evolucionaron detrás de ellos.

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Visitando la casa de Ansel Adams

La web Advance Your Photography lleva ya un tiempo sacando pequeños vídeos de las visitas que han hecho a la casa donde vivía el mítico fotógrafo: Ansel Adams, principalmente conocido por su trabajo de fotografía de paisaje, aunque en estos vídeos también tocan temas como sus talleres, fotografías comerciales, o sus libros (todos los vídeos están en inglés).

El primer vídeo nos explica como era la máquina que usaba Ansel Adams para ampliar sus fotografías:

El segundo vídeo hablan con su hijo y tratan temas como su fotografía, sus talleres o su fotografía comercial, mucho menos conocida:

Por último, el tercer vídeo, hablan con su hija política y como ella administra la tienda que vende sus obras en Yosemite y organizaba sus talleres:

Sin duda, uno de los referentes para cualquier persona interesada en la fotografía de paisaje.

Sin duda el mayor referente que todo el mundo comenta en fotografía de paisaje es el mítico Ansel Adams. Hace poco, la gente de Advancing Your Photography se pasaron por la casa de Ansel Adams donde su hijo les comenta, dentro del propio cuarto oscuro, como su padre trabajaba con la ampliadora.

Es increíble ver a que nivel de precisión en su equipamiento de revelado llegó Ansel Adams, con un flujo de trabajo muy detallado para cada una de las imágenes que revelaba, que curiosamente, en ocasiones, requerían viajes al microondas de la cocina.

Vía: DPReview

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La semana pasada escribí una pequeña entrada narrando la historia de Photoshop. Mientras leía y escuchaba sobre el tema también aprendí como surgió Adobe Camera RAW, culpa también de Thomas Knoll, uno de los autores de Photoshop. Realmente esta historia se ventila en un par de párrafos, pero para completar el anterior artículo, pensé que no era mala idea escribirla aquí.

Roncudo

Anoitece no Roncudo [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a IS0100, f11 y 5 exposiciones a 1/15, 1/30, 1/60, 1/125 y 1/250 de segundo respectivamente. HDR montado con Lightroom. Trípode
y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2016.

Estamos en el año 2002 y Thomas Knoll acaba de comprarse su primera cámara digital, la Canon D60 (sí, el nombre está bien escrito… las primera cámaras digital fabricadas íntegramente de Canon para su sistema EOS (hubo anteriores colaboraciones con Kodak) fue la D30 (2000), seguida por la primera versión de la 1D (2001) y después la mencionada D60 (2002). La sucesora de esta última seria la 10D, ya con la nomenclatura que Canon nos tiene habituada), o tal vez su primera cámara digital que soportaba RAW. Iba con su familia a unas vacaciones a Europa y la cámara le llegó por los pelos. Metió cámara, manual y CD de instalación en el avión junto con su portátil. Durante dicho viaje llegó a la conclusión que el software que proporcionaba Canon era malo desde su punto de vista y que él podría hacerlo bastante mejor.

Ya hacía algún tiempo que los usuarios de Photoshop estaban pidiendo a gritos soporte de formatos RAW para dicho programa, así que una vez que Knoll volvió de sus vacaciones, decidió liderar dicha iniciativa. En poco tiempo ya tenía la primera versión de un plugin para Photoshop lista, era agosto del 2002, Adobe Camera RAW veía la luz.

Desde ese momento, Knoll tomaría el liderazgo de desarrollar, mantener y extender las funcionalidades del código encargado de procesar ficheros RAW dentro de Adobe. Este código es el que se usa dentro de Adobe Camera RAW pero también es el mismo que usa por debajo Lightroom en su módulo de revelado.

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La historia de Photoshop

Si hay un programa referente en la fotografía digital es Photoshop. Este programa es famoso incluso entre gente que no se dedica a la fotografía o las artes gráficas. Muchas veces con polémica debido a la potencia que tiene para crear de forma realista cosas que solamente salen de la imaginación se sus usuarios. En este artículo os voy a contar un poco sobre su historia, cómo nació y cómo acabó en las manos de Adobe.

Amanece en Amitges

Amanece en Amitges [Canon 5D Mark II con Canon EF 17–40 F4L. Fotografía tomada a ISO100, f11 y 1/8 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2016.

Photosho es la historia de dos hermanos, Thomas y John Knoll. Thomas Knoll (1960) empezó ya en su etapa en el instituto a interesarse por la informática. Ahí iría poco a poco aprendiendo a programar en dicho instituto a través de un ordenador de acceso compartido y con prácticas que realizaba en empresas, incluso antes de empezar su etapa universitaria (hay que tener en cuenta que de aquella época, el concepto de ordenador personal ni existía todavía).

Por otro lado, uno de sus dos hermanos, John Knoll (1962), tuvo una vertiente más “artística”. Le interesaban los efectos especiales, y ya desde joven empezó aprender como crear dichos efectos con maquetas en su propia casa. Dicho interés lo llevaría a trabajar en Industrial Light & Magic, especialmente interesado en como crear efectos especiales a través de ordenadores. A día de hoy sigue trabajando ahí, ocupando el cargo de Chief Creativity Officer (CCO) y ha trabajado con directores de la altura de James Cameron o Guillermo del Toro.

Pero volvamos de nuevo a Thomas. Empezó su carrera universitaria después de su etapa por el instituto continuando con el tema de la ciencia computacional. Decidió hacer un doctorado en la Universidad de Michigan (de donde él es y su padre es profesor) en temas relacionados con Visión Computacional. Ahí empezó a programar algoritmos para buscar ejes en imágenes. Algoritmos que aún hoy en día forman parte de las herramientas que podemos encontrar en Photoshop.

John dentro de su trabajo de Industrial Light & Magic, sobre el año 1987, empezó a programar rutinas para mezclar imágenes en ordenador, procesos que de aquella época en el cine se hacían habitualmente de forma manual. Quería hacerlo en un Macintosh, pero tenía problemas para conseguir programarlo, así que le pidió ayuda a su hermano Thomas, en particular estaba interesado en rutinas que le permitiesen mostrar imágenes de 24 bits en una pantalla de 8 bits (la que de aquella tenían los ordenadores).

Esta interacción sucedió de forma continuada en los siguientes meses. John iba a Thomas y le pedía una nueva idea de como procesar imágenes, y este le creaba un pequeño programa que lo hacía. En uno de estos intercambios de ideas, John le dijo que era un coñazo tener que usar todos estos pequeños programas, así que Thomas decidió unir todas rutinas en un único programa que llamó Display, dado que de aquél entonces su misión principal era mostrar imágenes de 24 bits en pantallas de 8 bits, a parte de algún procesamiento básico.

John continúo pidiendo más cosas y Thomas, qué de aquella estaba en la tediosa labor de escribir su tesis, algo siempre aburrido, le motivaba estos pequeños retos que su hermano le proponía, dado que eran cosas que nadie había hecho con un ordenador antes. La aplicación Display creció hasta tal punto que John pensó que lo que mejor podían hacer era vender el código.

John y Thomas empiezan a enseñar el software a diferentes compañías. Algunas se fueron a bancarrota antes de ver la demo, otras no querían verla dado que estaban desarrollando algo similar y querían evitar futuros litigios por robo de propiedad intelectual.

Mientras hacían todo esto decidieron cambiar el nombre. Display ya no era significativo, dado que la aplicación hacía mucho más que mostrar imágenes. Pensaron en Image Pro, pero IBM tenía un producto similar para sus ordenadores mainframe con ese nombre. Después probaron Photolab, pero al hacer una demo delante de Amiga, se dieron cuenta que estos ya tenían un producto que se llamaba así (incluso le enseñaron la caja en la que vendían el producto). Un día Thomas, mientas hacía una demo a una compañía, alguno de los directivos/ingenieros le preguntó: ¿habéis pensando en Photoshop para el nombre? Thomas comentó que no y les preguntó que si les importaban que usasen su idea. Como supondréis, no pusieron muchas pegas.

En septiembre 1989 empiezan a negociar con Adobe, empresa que de aquella época era conocida por el lenguaje de descripción de páginas PostScript, muy empleado en impresoras láser de la época. Adobe estaba en aquel momento interesada en hacerse un hueco en la publicación de documentos por ordenador (algo de lo que hoy en día es líder). Ya tenía una aplicación para maquetación de páginas y otra para el diseño de dibujos vectoriales. Una herramienta de edición de imágenes le venía que ni pintada. En abril de 1989 llegan a un acuerdo con los hermanos Knoll. Los hermanos desarrollarían el programa de forma independiente y Adobe lo revendería.

Adobe se cansaría de pagar licencias a los hermanos Knoll en el año 1995. En ese momento decide comprar todos los derechos del programa y se convierte en propietaria de Photoshop. De forma curiosa, Thomas Knoll no pasaría ser empleado de Adobe, sino que Adobe subcontrataba a su empresa para que el trabajase en Photoshop. Esta situación se ha mantenido así hasta el año 2013, cuando Thomas decide emigrar a California y le convenía más ser empleado de Adobe para poder tener mejor cobertura sanitaria en dicho estado.

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La historia de la primera cámara digital es una historia irónica. Lo que podría haber supuesto un futuro prometedor gracias a ella a la entonces poderosa Kodak, marcó un antes y un después en su principal negocio: la fabricación de película fotográfica. La era digital fue una que se le atragantó a Kodak, de dominar el mundo de la fabricación de película, pasó a su momento más oscuro en el año 2012 cuando tuvo que declarar que estaba en situación de bancarrota.

Pero dejemos el presente de lado y volvamos al pasado, al año 1973. Tal vez habría que poner las cosas en contexto, estamos en una época donde no existía internet, la simple idea de un teléfono móvil solamente existía en libros de ciencia ficción, los ordenadores personales eran kits que uno se montaba en su casa y después a través de unos paneles de luces y interruptores programaba. Steve Wozniak ni había aún empezado a fantasear con el diseño del Apple I. Ah, y los CCD eran un invento que acaba de salir del laboratorio en forma comercial dos años antes.

En el año 1973, Steven Sasson, un joven ingeniero de 23 años, empezó a trabajar en Eastman Kodak, la famosa compañía fotográfica basada en Rochester, Nueva York. Por aquel entonces, alguien en Kodak, decidió que dicho ingeniero novato podría intentar ver que hacer con este nuevo invento que circulaba por ahí: los sensores CCD. Era un proyecto poco prioritario para Kodak, después de todo, la fabricación de película fotográfica era lo más importante.

Los sensores CCD de aquella simplemente convertían luz a electricidad. Esta señal eléctrica desaparecía rápidamente y Sasson quería buscar alguna forma de almacenarla. Decidió que la mejor forma era digitalizar de forma rápida dicha señal eléctrica y almacenarla de forma temporal en un chip de memoria RAM. La única forma que tenía para almacenar las imágenes era un cassette digital. En dicha cinta se podía llegar almacenar casi 30 imágenes de 0.01 megapixeles, que Sasson pensó que estaba bien, dado que era algo entre los típicos carretes fotográficos de 24 a 36 fotos.

Primera cámera digital

© Eastman Kodak

El prototipo de Sasson empleaba una lente de una cámara de vídeo Super8 y solamente era capaz de grabar imágenes en blanco y negro. Era portátil, si por portátil entendemos que pesase 3,6 kilogramos, teniendo que llevar con nosotros 16 baterías de nickel y cadmio. La única forma de ver las imágenes de aquella era en un televisor.

La idea no era la de comercializar el producto. La idea era demostrar que era posible registrar imágenes sin necesidad de utilizar película. De todas formas los directivos de Kodak no estuvieron muy entusiasmados con la idea.

Sasson hizo una demostración ante ellos. Se llevó el prototipo a la misma, hizo una foto y espero un minuto a poder mostrarla en un televisor en la sala (la cámara le llevaba 50 milesegundos copiar la foto del CCD a la memoria RAM, pero después se tardaba unos 30 segundos en copiarla a cinta). En un mundo donde el concepto del ordenador personal todavía no era ni remotamente conocido por el público, los directivos de Kodak vieron aquello y comentaron: “¡Nadie quiere ver sus fotos en un televisor!”.

Los directivos le preguntaron a Sasson que estimase cuando el creería que la tecnología sería viable para un producto comercial. Sasson pensó que el tamaño de una imagen para competir con la película sería de 2 Megapíxeles (sí… sí… era el año 1975) y empleando la Ley de Moore estimó que la tecnología necesaria maduraría lo suficiente en unos 15 a 20 años… acertó de pleno, Kodak comercializaría su primera cámara digital en 1989.

Sin estar muy convencidos de que esto llegase a ningún lado, permitieron que Sasson continuase con su investigación mientras en el año 1978 patentaban la idea de una cámara fotográfica digital (dicha patente le daría a Kodak miles de millones de dólares hasta el año 2007, que expiró). Kodak nunca permitió que la idea de una cámara digital progresase mucho dentro de la compañía. Todo el mundo esperaba que el cambio fuese gradual de analógico a digital, no el brusco cambio que se produjo a principios de los años 2000.

En el siguiente vídeo tenéis una entrevista a Sasson donde el mismo relata la historia:

Más detalles en el artículo del New York Times: Kodak First Digital Moment.

Documental: Finding Vivian Maier

Probablemente muchos de vosotros habréis leído o escuchado la historia de esta desconocida fotógrafa americana Vivian Maier. Como una vez muerta su trabajo fue encontrado por casualidad y su obra convertida de forma repentina en una referencia en la fotografía callejera del siglo XX. Tenía en mi lista de cosas por mirar echar un vistazo al documental Finding Vivian Maier, recomendado por amigos, esperando encontrar un pequeño repaso a su carrera fotográfica. Pero lo que me encontré es viendo un documental intentando saber más sobre la vida de esta señora, que trabajó de niñera en Chicago, y dejó huella en casi toda la gente que la conoció.

Vivian Maier - Maloof Collection

La historia contada en el documental empieza por el personaje secundario, John Maloof. Maloof estaba intentando publicar un libro sobre el vecindario en Chicago donde vivía. Su editor le exigió que el libro fuese ilustrado con fotografías de época del mismo, para lo cual Maloof se dedicó a recorrer subastas de material antiguo buscando fotografías o negativos. En una de estas subastas compró una caja llena de negativos que le pareció que valdrían para ilustrar su libro. Después de gastarse unos 300 dólares, al llegar a casa y estudiando las fotos con calma decidió que no le valdrían para el mismo.

Vivian Maier - Maloof Collection

De todas formas, su cabeza volvía una y otra vez a dichas fotografías. Decidió digitalizar los negativos y, mientras lo hacía, empezó a apreciar el trabajo fotográfico de Vivian Maier. Poco a poco empezó a obsesionarse con el mismo. Siguiendo la pista de otros negativos de la fotógrafa, buscando cualquier pista de cualquiera que la pudiese haber conocido. Poco a poco averiguando la historia de una mujer muy peculiar.

Vivian Maier - Maloof Collection

El trabajo de Vivian Maier es de lo más extenso. Con la curiosidad que muchas de las fotografías encontradas por Maloof ni siquiera habían sido reveladas. La propia autora de la mismas sencillamente había guardado el carrete y no se había ni molestado en crear el negativo a partir del mismo. Esta mujer que nunca vio su obra fotográfica reconocida, que murió de forma completamente anónima, es ahora expuesta en galerías de todo el mundo, y un documental como este creado alrededor de su peculiar figura.

Vivian Maier - Maloof Collection

La obra fotográfica de Vivian Maier merece ser vista con calma, cada una de las fotografías analizas, intentando ver lo que veía esta curiosa señora en las mismas. Para entender un poco más esta enigmática figura, este documental aclara bastantes preguntas. Aunque también deja muchas en el aire, después de todo, Vivian Maier fue una persona increíblemente reservada durante su vida. Sus motivaciones detrás de cada disparo de cámara, de cada negativo, puede que nunca sean entendidas de todo, pero eso es parte de la magia de una de las fotógrafas que, a partir de esta década, será una de las más influyentes del siglo pasado.

Si os gusta la fotografía, no perdáis la oportunidad de ver este documental.

Este artículo no va a ser una discusión banal sobre sí la tecnología CCD o CMOS es la superior. Dicha discusión a mediados del 2015 ya no tiene sentido. El mayor fabricante de sensores digitales, Sony, anunció a principios de año que dejaba de aceptar más pedidos para sensores de tipo CCD, claramente indicando que dejaban de fabricarlos. Pocos fabricantes usan hoy en día sensores CCD, las excepciones las encontramos en respaldos digitales de medio formato, como los de Phase One ó en algunas cámaras de vídeo como las de Blackmagic.

Amanece en Benijo

Amanece en Benijo [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a IS0100, f11 y 0,6 seg. Trípode
y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Más adelante durante el artículo explico por que CMOS está triunfando en cuanto a número de cámaras que incorporan esta tecnología versus CCD. ¿Significa que CCD poco a poco desaparecerá? Puede… hace 20 años nadie daba un duro por CMOS (una afirmación un pelín exagerada…), puede que futuras evoluciones de la tecnología le vuelvan dar otra oportunidad al CCD o tal vez aparezca algo nuevo que jubile a ambos.

Nacimiento de los sensores digitales

La historia de los CCDs es bastante antigua. Fueron inventados en el año 1969 por Wilard Boyle y George E. Smith en los laboratorios de AT&T Bell Labs. Bautizaron a su invento Charge Bubble Devices. La idea del invento era sencilla, era un dispositivo capaz de leer una serie de valores de carga de un array uno a uno y convertirlos en señales digitales. La idea, según sus autores, tenía bastantes aplicaciones, tales como memoria o dispositivo para capturar imágenes. La primera patente aplicada para ser usada como sensor para imágenes sería Michael Tompsett en 1971. Su dispositivo era un sensor lineal de 8 píxeles que era capaz de actuar como escáner. Era el comienzo de la imagen digital, por el camino el nombre cambiaría a Charge Coupled Devices (CCD). Boyle y Smith recibirían el Premio Nobel de la física por este invento en el año 2009.

El funcionamiento de un CCD actual se puede observar en la siguiente figura:

Esquema de un sensor CCD

Por un lado tenemos los fotodiodos, estos son las partes que reciben la luz, y la convierten a una carga de electrones que es almacenada en el propio pixel. Una vez hecha la captura la carga de cada pixel es transferida una a una fila a fila a los registros de desplazamiento vertical. Y cada fila es después transmitida al registro de desplazamiento horizontal. Pixel a pixel el amplificador de salida convertirá esa carga de electrones en una señal de voltaje analógico que después será convertida a una señal digital por el conversor analógico-digital (A/D).

El otro tipo de sensor digital que se ha popularizado a lo largo de los años son los conocidos como sensores CMOS. A diferencia de los CCD, estos no reciben el nombre por como funcionan, sino por el tipo de proceso de fabricación que siguen: semiconductor complementario de óxido metálico o complementary metal-oxide-semiconductor (CMOS), que es la misma tecnología que se usa para fabricar cualquier tipo de microchip hoy en día (un detalle que resultará relevante más adelante). Un esquema muy simplificado del mismo es el ilustrado por la siguiente figura:

Esquema de un sensor de fotografía CMOS

La primera diferencia que vemos aquí con respecto del CCD es que dentro de cada pixel o fotodiodo está la electrónica que convierte esa carga de electrones que se crea cuando incide luz sobre el sensor en una señal de voltaje analógico. Voltaje que será después convertido por uno o varios conversores A/D en una señal digital.

Evolución

Como muchos sabréis, hasta hace unos años casi todos los sensores fotográficos eran del tipo CCD. Y sobre el 2000 parecía raro que esto fuese a cambiar (y cambió, de forma muy rápida). Los sensores CCD tenían una serie de ventajas inherentes a su diseño. De entrada no tienen que acomodar electrónica dentro del propio pixel como los CMOS (hay una excepción explicada más adelante), lo cual hacía que cada pixel pudiese recibir más luz, mejor señal, menos ruido. También era más fácil en los mismos aplicar lo que se conoce como obturador global (global shutter) a nivel electrónico, que evitaba el efecto conocido como rolling shutter (este efecto también se podía dar en película, dependía de como el obturador de la cámara estuviese implementado). No es que en un sensor CMOS no se pueda implementar un global shutter, sencillamente que es muchísimo más complejo.

También existe la creencia de que los sensores CCD producen mejor color que los CMOS. Realmente esto es debido a que los sensores de cámara de medio formato (hasta hace muy poco prácticamente todos CCDs) tienen un mejor filtro bayer que las cámaras CMOS de 35mm (esto también tiene un precio, cuanto más preciso es el filtro en diferenciar rojo, verde y azul, menos luz llega al fotodiodo y más ruido puede haber).

Pero los sensores CCD tienen una gran desventaja, su proceso de fabricación es distinto a como se fabrican los microchips. El principal inconveniente de esto es que no se beneficia directamente de los avances de procesos de fabricación de microchips. Al mismo tiempo, requieren que la electrónica para convertir la señal a digital vaya en un chip a parte, lo cual hace más voluminoso el resultado final. Además, también consumen más energía que su equivalente CMOS. Estos dos últimos puntos muy importantes si estás fabricando cámaras para móviles, por ejemplo.

Como indiqué más arriba, los sensores CMOS se beneficiaron en gran medida de la evolución de las tecnologías para fabricar microchips, que siguen exactamente los mismos procesos de fabricación que los que llevan este tipo de sensores. Hasta ahora el proceso de fabricación de microprocesadores se ha guiado por la famosa Ley de Moore, que en algún momento se topará con los límites de la física. Esta ley dice que la cantidad de transistores en un chip se duplicará cada dos años. La principal manera de conseguir esto es a través de hacer dichos transistores más pequeños. Esto tiene la ventaja de que los transistores encargados de hacer la transformación de carga a voltaje que ocupaban parte del pixel, cada vez es más pequeña, y tapan menos área que reciba luz (también hay que tener en cuenta que cada vez los sensores tienen más megapixeles, así que se va manteniendo un equilibrio sobre cuanto ocupa dicho lógica dentro del propio pixel).

Al mismo tiempo, otras de las desventajas fueron cayendo poco a poco. Los sensores CMOS cada vez mostraban mejor relación señal-ruido con lo cual podía alcanzar ISOs más altos sin pérdida de calidad. Un detalle donde CCD sigue manteniendo ventaja es en el tema del global shutter, es mucho más fácil de implementar a nivel electrónico en un sensor CCD que en uno CMOS.

Actualidad y futuro

Si estáis siguiendo últimamente la actualidad de cámaras nueva que salen al mercado os habréis dado cuenta que la norma es cada vez más megapixeles. Sin entrar en el eterno debate si realmente hace falta más megapixeles (tengo que la teoría que el mínimo necesario que todo el mundo dice que hace falta cambia con los años). Este incremento en el número de megapixeles ha disminuido el área de los mismos, por lo cual cada pixel recibe menos luz. Ya hace tiempo que todos los pixeles tienen una microlente encima que les ayuda a recibir más luz para así contrarrestar un poco su área más pequeña. Pero ahora surge un problema con el tamaño del pozo. Si nos fijamos en esta figura sobre un supuesto corte vertical de un sensor CMOS:

Estructura vertical de un sensor CMOS

Como se observa en el diagrama anterior, la electrónica necesaria por pixel CMOS hace que la zona fotosensible esté más profunda de lo deseado. Esto implica que la luz tiene que entrar muy directa sobre el sensor, lo cual es un problema para lentes de gran angular. Por este motivo se coloca desde hace bastante tiempo microlentes en frente de cada pixel, para intentar mejorar la cantidad de luz que recolecta cada pixel.

La primera vez que escuché hablar de este problema fue cuando salió [el respaldo digital de Phase One IQ180] (que curiosamente es CCD, su problema es que son 80 megapixeles, lo cual hace el tamaño de pixel muy pequeño). Para ciertos tipos de lente este mostraba zonas de color púrpura en los bordes de la imagen y fuertes viñeteos, debido a que la luz que salía de una lente gran angular no llega al sensor con un ángulo de 90 grados, sino inclinados y no toda la luz llegaba al fotodiodo por culpa de ello.

Este es el mismo problema por el qué se dudaba, al principio, que la serie A7 de Sony pudiese tener grandes angulares (grandes “expertos” en foros de internet lo dudaban). Al montarse la lente mucho más cerca del sensor (al no tener espejo), es muy complicado hacer un diseño de gran angular que no resulte muy voluminoso (se necesitaría un diseño de retrofocus para enderezar al final los haces de luz, lo cual, además de añadir elementos ópticos que pueden hacer perder calidad, hacen la lente mucho más grande) (supongo que la lente 16–35f4 de Sony para su montura FE hizo que estas especulaciones desapareciesen, al menos para un sensor de 36 Megapixeles como el de la A7r).

Pero el problema sigue estando ahí, cuantos más megapixeles menos luz recibe cada pixel. Curiosamente este ha sido un problema que ya se enfrentaron las compañías fabricantes de sensores para telefonía móvil, como Sony y Samsung. Para solventar dichos problemas, se introdujo un nuevo diseño de sensor denominado Back Side Iluminated CMOS. El esquema más o menos sería el siguiente:

BSI CMOS

La idea más sencilla no puede ser. Se trata de poner la zona fotosensible lo más cerca posible de las microlentes y toda la electrónica necesaria para que cada pixel funcione debajo. La idea es sencilla pero supongo que el proceso de fabricación es mucho más complicado que los típicos chips CMOS para que no empezase a verse en las cámaras hasta hace poco. De esta forma la luz recolectada por el fotodiodo es mucho mayor, haciendo posible de que a pesar de que el tamaño del pixel sea más pequeño (por la gran cantidad de megapixeles), este siga recibiendo suficiente cantidad de luz para que la relación señal ruido siga siendo buena.

Hay que entender como funciona el proceso de fabricación de un chip. Los chips se hacen en obleas de silicio, en cada oblea se van construyendo por diversos procesos físicos y químicos los chips, una vez se finaliza el proceso, la oblea se corta y salen el número correspondientes de chips que cogiesen en esa oblea. Esos chips se testean, dado que un fallo en el proceso de fabricación o impureza en los materiales como la propia oblea de silicio pueden hacer que el chip vaya directamente a la basura. Cuanto más pequeños sean los chips, más te cogen por oblea, así que el ratio entre chips que salen buenos o malos aumenta. Cuanto más grande sea el chip, la probabilidad de que te salga mal algo aumentan significativamente (por eso un sensor de full-frame es mucho más caro que un sensor de móvil).

Los sensores de teléfonos móviles son bastante pequeños, debido a ello nuevas tecnologías que requieran procesos de fabricación más complicados se testean en ellos, como es el baso de BSI CMOS. Cuando el fabricante considera que el proceso de fabricación es lo suficientemente maduro y dicha tecnología puede beneficiar al producto final, este es portado a sus hermanos mayores.

El primer fabricante en sacar una cámara con lentes intercambiables y sensor BSI CMOS fue Samsung con su NX1. Sony, con su A7r II ha sido el segundo, pero de esta vez con un chip de tamaño full-frame y 42 megapixeles. En una entrevista reciente, uno de los responsables de la división de Sony para cámaras comenta que hasta llegar al nivel de 42 megapixeles en el sensor no sintieron la necesidad de portar su tecnología BSI CMOS a las cámaras. En este caso, al ser el pixel tan pequeño, la única forma que veían de conseguir un nivel de ISO aceptable y comparable con modelos anteriores, era usando BSI CMOS (también indican que cambiando de aluminio a cobre en el proceso de fabricación les ayudó a reducir ruido en las etapas de amplificación de la señal). Curiosamente las nuevas Canon 5Ds y 5Ds R que usan tecnología CMOS típica, tienen el ISO limitado a 6400.

Desde que el mundo de sensores digitales se aplica a la fotografía “profesional” no han pasado ni 20 años y parece que las innovaciones y mejoras no paran de llegar…

Si seguís mi blog con frecuencia probablemente sepáis que tiendo a dar preferencia a la fotografía de paisaje, pero sin lugar a dudas, la fotografía callejera, que nunca se me ha dado bien (esto no quiere decir que la fotografía de paisaje se me dea bien), es un tipo de fotografía que siempre he admirado y tonteo de vez en cuanto. Por ello, cuando acabo de leer que Mary Ellen Mark ha fallecido, siento que el mundo ha perdido una de sus grandes fotógrafas.

Mary Ellen Mark

Mary Ellen Mark (March 20, 1940 – May 25, 2015)

Mary Ellen Mark nació en Filadelfia en el año 1940. Comenzó hacerse un nombre a finales de los años sesenta, cuando comenzó a desarrollar un interés en fotografiar gente, lo que la llevó a tomar fotografías tan diversas como la guerra de Vietnam, la cultura travesti o movimientos de liberación de la mujer.

Fotografía de Mary Ellen Mark

© Mary Ellen Mark

Su trabajo fotográfico ha sido siempre apreciado, pasando en publicar en revistas como Time, The Rolling Stones ó The New Yorker a publicar más de 17 libros, exposiciones en los museos más relevantes del mundo. Hablando de museos, aquí tenéis una charla que dio en el Smithsonian:

Su trabajo es muy personal, siempre fotografiando en película en blanco y negro. Sin saltar en sus últimos años al mundo digital, del cual no renegó, sencillamente se sentía cómoda con su forma de trabajo actual.

Ayer, 25 de Mayo del 2015, perderíamos para siempre a Mary Ellen Mark.

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