5d mark ii

En este blog rara es la vez que publico algo sobre noticias de cámaras que salen en el mercado. Ha sido siempre una decisión personal, este blog solamente lo escribo yo, y ir publicando todas las noticias de cámaras y lentes que salen al mercado es una tarea demasiado ardua para una sola persona. De todas formas, con todas las noticias nuevas que están saliendo ahora mismo con el Photokina -la principal feria de la industria fotográfica que se celebra cada dos años en Alemania- tuve un pequeño pensamiento. Estamos viendo un mercado a dos velocidades, por un lado tenemos el mercado réflex profesionales y por otro lado tenemos el mercado mirrorless y el pro-entusiasta (que incluye réflex y mirrorless de gama alta).

Anochecer en Elgol

Anochece en Elgol [Sony A7 II con Canon EF 17-40 F4L. Foto sacada a ISO100, f13 y 1/4 de segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2016.

Si nos vamos al mercado réflex profesional, tenemos un mercado dominado por Canon -sigue siendo el mayor fabricante de cámaras por mucho que le pese alguno- seguido de Nikon y con otros que han intentando hacerse un hueco, cómo Sony ó Pentax (en el mercado réflex), sin quitar mucho el sueño a los dos primeros. Esto se puede ver claramente en los ciclos de desarrollo. Entre la Canon 5D Mark III y la Canon 5D Mark IV han pasado 4 años, los mismos que han pasado entre la Sony A99 y su substituta, la A99 II (curiosamente todo el mundo pensaba que Sony había matado si línea de cámaras alpha, cuando ellos decían que seguían vivas y tienen más o menos el mismo ciclo de vida que el de su principal rival). Tal vez la excepción es Nikon, que si nos olvidamos de su gama más que alta, cómo la D5, en la categoría nivel Nikon D810 vemos que van actualizando las cámaras a mayor velocidad.

Por otro lado tenemos el mercado emergente de las mirrorless, que desde unos inicios intentando atraer al mercado consumista, han dado el asalto al mercado semipro o, ¿por qué no?, al profesional. Aquí es donde estamos viendo que las cámaras de gama alta tienen un ciclo de vida mucho menor, habitualmente de dos años entre modelo y modelo. Dos motivos claros, por un lado la competencia es mucho mayor y necesitan convencer al comprador que su marca es la mejor opción con cada modelo trayendo año tras año innovaciones y mejoras cada vez más interesantes. Por otro lado necesitan mandar un claro mensaje a la gente que compra sus equipos, la marca está comprometida con la continuidad de sus cámaras y lentes, y el usuario de la misma siempre tendrá opciones en la que gastar su dinero, en busca de esa “mejor calidad de imagen”.

Esto ha quedado claramente demostrado en el Photokina de esta año con dos anuncios que realmente no fueron anuncios. Por un lado tenemos el pre anuncio de la Panasonic GH5, sucesora de la cámara más exitosa de Panasonic (probablemente), la Panasonic GH4. Y por otro lado tenemos la sucesora de la Olympus OM-D E-M1, la OM-D E-M1 II. Y digo que son pre-anuncios porque simplemente han anunciado que la están desarrollando con algunas de sus características, pero no han dado ninguna fecha de salida al mercado. Suena a mensaje del estilo: “mirar, no os penséis en marcharos a otras marcas que nosotros seguimos por aquí y lanzaremos productos que os arrepentiréis si cambiáis de barco”. No vaya a ser que la gente empiece a mirar a tierras de Sony ó Fuji. Recuerda un poquillo al comienzo de la era digital, donde algunos fabricantes anunciaban productos con mucho antelación, lo cual también dio lugar a algún fiasco.

Antes de cerrar, vamos a centrarnos en lo que para mí fue el anuncio estrella, la Fuji GFX 50S. La entrada de Fuji en el mercado de medio formato digital por la puerta grande. No porque piense que me pueda comprar una. Están fuera de mi rango de precio. Sino, en caso de que tenga éxito, puede que empuje los precios del mercado de full-frame hacia abajo.

Magic Lantern

A veces uno no entiende como los fabricantes pueden ser tan negados para exprimir al máximo los productos que ellos mismo crean. Menos mal que existe gente que está dispuesta a demostrarles hasta donde puede llegar sus creaciones. Era el año 2008, y Canon decidió actualizar su cámara full-frame “económica” y lanzó al mercado la nueva Canon 5D Mark II. Era la primera cámara de Canon que grababa vídeo (cámara de fotos estamos hablando), y realmente no sabían la caja de Pandora que estaban abriendo. Sin comérselo ni bebérselo acababan de revolucionar el mercado, y no el fotográfico, sino el de vídeo. Por primera vez, los videografos tenían acceso a una cámara “barata”, digital, de 35 mm, que grababa vídeo. La gente con recursos limitados ya no tenía que gastarse decenas de miles de euros en conseguir un equipo que pudiese crear ese aspecto de película de cine, con los fondos desenfocados y centrados en los personajes. Terceros fabricantes aparecieron por todos los lados para convertir una simple cámara de fotos en un auténtico épico de producción cinematográfica.

Noche de invierno en Val d'Aran

Noche despejada de invierno en Val d’Aran.

Pero todo no era una simple maravilla, viendo lo que se le venía encima, Canon rápido empezó actualizar las características de grabación de vídeo de la cámara. Aún así seguía quedándose corta en ciertos aspectos. Uno de ellos y el más criticado era la falta de niveles de audio. Cuando grababas audio directamente con la cámara no había forma de controlar los amplificadores internos de la cámara con lo cual se podía dar el caso de que se saturasen y apareciesen estos ruidos estáticos tan molestos que vemos en muchas grabaciones no profesionales. Y lo peor de todo, es que Canon podría haber solucionado el problema con una simple actualización de software.

Tal vez esta pasividad de Canon fuese una ventaja para nosotros, alguien decidió no esperar. En el año 2009, un tal Trammel Hudson decidió empezar a estudiar le fichero binario en el que Canon distribuía las actualizaciones de firmware o software de la cámara. Haciendo ingeniería inversa se las arregló para entender las partes del software que controlaban la etapa amplificadora de la cámara, y empezando a jugar con modificaciones aquí y allá nació Magic Lantern, una serie de añadidos de software que mejoraban notablemente la forma de trabajar con la cámara.

Poco a poco lo que era un “simple” hack para conseguir una funcionalidad nueva en la cámara se convirtió en una serie de añadidos que cada día que pasa, no sé si dejan más en ridículo a los ingenieros de Canon, o demuestran como los fabricantes imposibilitan ciertas funcionalidades en cámaras más baratas que con una simple actualización de software podrían hacer lo que sus hermanas mayores son capaces de hacer (tal vez algunos fabricantes deberían tomar lecciones de Fuji.

Para la gente que graba vídeo es casi obligado instalarlo si usan una de estas cámaras de Canon (bueno, si no se ha comprado una cámara de la nueva sería EOS C especialmente diseñadas para grabar vídeo y que ya están en otro rango de precios prohibitivos para presupuestos ajustados). Pero para los que nos interesa simplemente la fotografía es un software que no podemos despreciar. Tenemos funcionalidades tan tontas como un intervalómetro (¿para que gastarse 90 euros en el oficial de Canon? ¡Un cacharro menos en la mochila…!), zebras en live view, que rápidamente te indican que zonas de la imagen están sobreexpuestas, y lo más importante, desde el punto de vista fotográfico, histograma en RAW. Eso de derechear el histograma, con técnicas complicadas y haciendo braketing por si las moscas pues, ya se ha terminado. Ahora mismo antes de hacer la foto se sabe si se va a quemar o no. Y los programadores no se han parado ahí, ahora andan jugando a extender el rango dinámico de las cámaras, algo que tengo que seguir de cerca.

Lo llevo usando desde el verano pasado. Al principio siempre me daba bastante reparo eso de modificar el firmware por defecto que viene con la cámara (no se modifica exactamente, el firmware original no se toca, simplemente se le activa la posibilidad de arrancar desde tarjeta de memoria, donde se esconderá a partir de ahora Magic Lantern). Pero ahora mismo, no sé si sabría volver a trabajar con la cámara como lo hacía antes. Ya no hay vuelta atrás para mí.

Uno de los primero vídeo tutoriales publicado aquí explicaba la técnica que uso para enfocar la cámara manualmente con LiveView. Técnica que me ha dado grandes resultados con mi Canon 40D pero que con mi Canon 5D Mark II me dí cuenta de que requería mucho más cuidado. El sensor de mayor resolución de la 5d perdonaba menos cualquier desviación del punto de enfoque perfecto que mi vieja cámara. Por este motivo, desde hace algún tiempo estaba barajando comprar una de estas lupas para LCD, y al final he terminado adquiriendo una GGS 3x Perfect LCD Viewfinder.

GSS 3x Perfect View montando en una 5d Mark II

Uno de los puntos que me convenció por este modelo en la tienda, es que tiene un corrector de dioptrías, necesario para alguien con miopía como yo. Realmente en su momento de compra no estaba muy seguro si me iba acostumbrar a un dispositivo como este. Me parecía demasiado armatoste para ir cargando de una lado a otro con él en el campo. La verdad, es que al final me está resultando en una forma muy natural de trabajar.

GSS 3x Perfect View montando en una 5d Mark II

La lupa se acopla a la 5d usando una pequeña ventana adhesiva que se pega a la parte de atrás de la cámara. En un principio estaba algo preocupado por si le entraba humedad entre la pantalla LCD y este pequeño adaptador de plástico. Por el momento esto no ha pasado y os aseguro que en una ocasión las condiciones de humedad en el aire eran extremas.

Actualización (19/11/2012) – Bien, lo que me temía si ha pasado, este fin de semana pasado, en un día lluvioso intentando reflejar el otoño, ha empezado entrar algo de humedad entre el soporte y la pantalla, el resultado fue que después de un par de horas tenía el soporte completamente empañado por dentro, haciendo la visión de la LCD bastante incómoda. Supongo que el adhesivo poco a poco ha ido cediendo y ahora puede entrar algo de aire húmedo en él. El problema es que una vez en un ambiente seco, tarda horas en volver a la normalidad.

El funcionamiento es bastante sencillo, tiene un pequeño cordel para colgar el visor del cuello y así poder tener las manos libres mientras nos movemos por el campo. Con un pequeño click rápido lo enganchamos a la pantalla de atrás y podemos usar el zoom del LiveView para enfocar manualmente con total precisión (siempre dependiendo de la lente que usemos).

GSS 3x Perfect View montando en una 5d Mark II

Si queremos ver la pantalla sin la amplificación del visor, este permite abrirlo. Aunque tengo que confesar que con el túnel que crea, esta opción la he encontrado poco práctica.

Aunque estos dispositivos estén pensados más para la grabación de vídeo con las cámaras réflex digitales, la verdad es que para poder enfocar manualmente la lente usando la ayuda del zoom que se puede hacer en LiveView van de maravilla. Ahora a ver cuanto dura el adhesivo con el soporte ahí pegado.

Antes de comprarme mi rótula de bola, la Arca Swiss Z1, ya sabía que uno de los accesorios que iba a considerar imprescindibles para la misma es lo que se denomina una zapata en forma de L, muchas veces referenciada por su término en inglés: L-Bracket ó L-Plate.

L Bracket de Really Right Stuff

Hasta el momento, tenía una rótula de bola tipo joystick, la Manfrotto 322, con la cual era bastante cómodo colocar la cámara en posición vertical a la hora de sacar la foto. Con las rótulas clásicas de bola, colocar la cámara en posición vertical, primero hay que poner la rótula en la ranura para tal efecto, y después el ajuste de la misma, personalmente, me parece bastante más coñazo.

L Bracket de Really Right Stuff montado en una 5D Mark II de Canon

La zapata en forma de L solventa este problema de una forma rápida y elegante. Al mismo tiempo de añadir un enganche para el trípode por la parte inferior de la cámara, la estructura de aluminio de la zapata se extiende hacia uno de los bordes de la cámara presentando con un ángulo de 90 grados un segundo enganche para el trípode. De esta forma, simplemente soltando nuestra cámara con una rótula de sistema de agarre rápido, y volviéndola a enganchar de nuevo girando la cámara 90 grados, podemos sacar tanto fotos horizontales como verticales de una forma extremadamente rápida.

L Bracket de Really Right Stuff montado en una Canon 5D Mark II

El modelo concreto que he comprado es de la casa Really Right Stuff y está fabricado específicamente para la cámara Canon 5D Mark II. Esto significa que se adapta a la perfección a la cámara, pero tiene el inconveniente que hace imposible que sea usado con otro modelo, es más, la zapata en forma de L que yo tengo no es compatible con el grip para dicha cámara. Está fabricado en una única pieza de aluminio, haciéndolo al mismo tiempo muy resistente y ligero. Este modelo en concreto encaja en cualquier rótula que use un sistema de enganche compatible con Arca-Swiss.

L Bracket de Really Right Stuff montada en una Canon 5D Mark II sobre una rótula Arca Swiss Z1

Existe soluciones de otras marcas como Kirk Enterprises que también fabrica modelos específicos para cada cámara. Existen modelos genéricos, de diversos fabricantes, que ofrecen la ventaja que son compatibles con cualquier cámara (dentro de unos límites), pero al no adaptarse a las formas de la cámara, corres el riesgo de que si está un poco floja la zapata, esta gire sobre sí misma mientras haces la foto.

L Bracket de Really Right Stuff montado sobre una Canon 5D Mark II sobre una rótula Arca Swiss Z1

¿El principal problema de estas cosas hechas a medida y tan específicas? que son ridículamente caras para lo que realmente son. Más aún si tenemos en cuenta que no existe ningún distribuidor europeo de Really Right Stuff y hay que pagar aduanas por encima del precio que tienen.

Problemas con el trípode

Cuando empecé a interesarme por la fotografía, uno de los componentes que no le presté mucha atención a la hora de comprarlo fue el trípode. El primer trípode que compré era completamente inadecuado para mí cámara, el porcentaje de fotos movidas por su culpa era increíblemente alto, aunque por supuesto, yo le echaba la culpa o a mí cámara, o a mí lente, o mí mismo. ¡Iluso de mí! Pero un día, acompañando a mí hermano a comprarse un trípode nuevo para él, acabó pasando lo que tenía que pasar, yo allí viendo como mi hermano escogía rótula y trípode empecé a tener esa sensación de culo veo, culo quiero, y me acabé comprando otro para mí.

Puesta de Sol en Bardenas Reales

Puesta de sol en Bardenas Reales [Cámara: Canon 5D Mark II. Lente: Canon 70-200f4 IS. Filtro: Hoya Polarizador HD. Exposición: ISO100, f16 y 0.3 seg. Toma sacada con trípode, disparador remoto, y espejo levantado.] © 2011 David García Pérez.

El cambio lo noté al momento. La mejora en nitidez de mis imágenes sacadas con trípode se incrementó notablemente. Fue como una pequeña revelación. La calidad técnica de mis imágenes mejoró de forma considerable y mi fotografía en general también. Hay muchas personas que odian los trípodes, pero a mí me encantan, me fuerzan a ir más lento. Me fuerzan a pensar el encuadre. El hecho que realmente lleve tiempo colocar el trípode en posición y encuadrar después la imagen me ayuda a pensar si realmente la fotografía que quiero tomar merece la pena. Aunque bueno, muchas veces me pasa que cuando está todo listo y estoy a punto de pulsar el disparador, veo otro encuadre mejor que en mi mente dará mejores resultados que el anterior.

Pero mi idilio solamente duró 2 años. El trípode comprado no ha aguantado mi ritmo, y eso que yo solamente voy hacer fotografía los fines de semana y en vacaciones, vamos cuando mi trabajo del día a día me lo permite. El primer problema lo noté a principios de este año. Las patas del trípode empezaron a fallar, extender el primer tramo de las mismas requiere bastante fuerza. Las desmonté, las limpié lo mejor que pude pero aún así el rozamiento entre los tubos que conforman las patas hace que sea complicado extenderlas. Esto es una incomodidad al principio de cualquier sesión fotográfica, de un minuto, que no afecta a la calidad de las fotos, por lo que por el momento sigo tirando con ellas. Aunque en mi cabeza ya tengo escogidas el modelo que las sustituirá.

Pero los problemas de verdad empezaron con mí rótula Mafrotto 322RC2. A principios de Octubre me acerqué hasta el Parque Natural de Ordesa – Monte Perdido, madrugón por la mañana para pillar la primera luz del día, caminata a oscuras, encuentro un encuadre, monto la cámara en el trípode, y veo como la rótula no da aguantado el peso de la misma, comenzando a inclinarse hacia un lado, haciendo imposible sacar ninguna foto. Mañana para disfrutar del paisaje con mis propios ojos y mí cámara a la espalda.

Una vez en casa, una búsqueda rápida por internet averiguo que hay un tornillo en la rótula que se puede aflojar y que requiere ser apretado pasado cierto tiempo. Pero la pobre nunca volvió ser la misma, no doy encontrado el punto donde ese tornillo o está muy apretado, haciendo que sea muy difícil mover la rótula para encontrar el encuadre que quiero, o está muy flojo haciendo que la rótula no sea capaz de aguantar el peso de la cámara.

Problemas de estabilidad del trípode

Como se puede apreciar en al captura, la imagen de la derecha ha perdido gran detalle en las texturas de la loma de la montaña, en comparación con la imagen de la derecha. Ambas imágenes fueron sacadas en ambas condiciones y reveladas igual.

Más o menos fui tirando poco a poco hasta que cambié de cámara a principios de Noviembre. No estoy muy seguro si mi rótula ya ha dicho basta, o si al tener una cámara con un sensor de el doble de resolución, problemas que ya estaban ahí se acentúan más. Cada vez que hago fotos con mi Canon 70-200f4 IS, tengo que dejar reposar la cámara antes de disparar, y si hace un poco de viento, esperar a que el viento se calme. Ahora mismo conecto un disparador remoto a mi 5D Mark II, enfoco manualmente con liveview, y dejo el liveview a zoon 10x, me fijo en la pantalla y cuando la imagen está estática saco la foto. Es la única forma que he encontrado de asegurarme resultados óptimos en estas condiciones.

Ahora mismo estoy en camino de solucionar este problema, que por desgracia para mí cartera pasa por el cambio completo de trípode. Aunque por el momento solamente me he comprado una rótula Arca Swiss Z1 y más adelante ya cambiaré el trípode en sí. En mi cabeza está el extra caro Gitzo Systematic 3451, aunque no corre tanta prisa como él otro cambio, así que será algo que deje para el futuro. El objetivo final es conseguir tener un trípode que espero que me dure años, y años, y años.

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