Jökulsárlón

Cualquiera que haya ido a Islandia se ha acercado a la más que famosa playa de los hielos a la salida del lago glaciar de . Ese lago que deja que los trozos de hielo provenientes del glaciar de Breiðamerkurjökull salgan al mar y queden varados en una playa de negra arena volcánica. Ese contraste de azul, blanco y negro siempre atrae a fotógrafos del todo mundo y raro es que te acerques a ella y estés solo fotografiando.

Nos acercamos al amanecer, era nuestra segunda vez en esa playa, nuestro segundo intento de pillar los hielos con las primeras luces rojizas incidiendo sobre ellos, la segunda vez que fracasamos.

Ser el amanecer tiene sus ventajas, no había más que gente fotografiando, y éramos pocos, nosotros y una pareja de japoneses que no podíamos mirar muy de cerca… uno de ellos llevaba su mochila casi a ras de suelo con todas las olas del mar impactando sobre ella… pobre equipo fotográfico bajo tanta salitre. Aunque debió sobrevivir, nos lo encontramos unos días después fotografiando una cascada bajo una intensa lluvia, tal vez para eliminar la sal.

Si hay un punto donde llenaréis las tarjetas de memoria en Islandia es esta playa. Ajustáis exposición, enfocáis, encuadráis y apretáis el botón de disparo cuando la ola retrocede para pillar las estelas… y rezáis, rezáis a que el mar no haya mandado los trozos de hielo al quinto pino… si eso ocurre, a volver a buscar un encuadre y repetir el proceso. Al final, cientos de fotografías, entre ellas, esta:

Día nublado en la playa de los hielos [Sony A7 II (Amazon, eBay) con Sony 24-70 2.8 GM (Amazon, eBay). Foto sacada a ISO200, f11, 1 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2017.

Islandia: Jökulsárlón

Durante nuestro viaje a Islandia de este verano pasado paramos dos veces en lo que probablemente sea uno de sus lugares más emblemáticos, el lago glaciar de Jökulsárlón. Fue nuestra primera noche ahí y, después de nuestra parada en Stokkness, volvimos hasta ahí para darle un segundo intento a ese mar de hielo.

Navegando entre Icebergs

Navegando entre Icebergs [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f11 y 1/125 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Como ya había comentado, nuestra primera parada en el viaje fue la playa de Breiðamerkursandur, que se encuentra a la salida de Jökulsárlón, y nos quedamos a dormir esa noche en la zona. La mañana siguiente amaneció con una intensa lluvia (mal parecía que empezaba el viaje), así que decidimos levantarnos algo más tarde. Para cuando ya desayunamos y salimos de la autocaravana, el lago de Jökulsárlón estaba cubierto de una intensa niebla que dio lugar a unas curiosas oportunidades fotográficas.

Fría mañana en Jökulsárlón

Fría mañana en Jökulsárlón [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f11 y 1/125 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Jökulsárlón es sin lugar a duda el lago Glaciar más famoso de todo Islandia, y puede casi que del mundo. Con una extensión de 18 kilómetros cuadrados, está situado en el parque natural de Skaftafell, al sur del glaciar Vatnajökull. El lago suele encontrarse casi siempre lleno de icebergs, desprendidos de la lengua glaciar Breiðamerkurjökull. La separación entre el mar y el Glaciar es ínfima, tanto que se teme que el mar en el futuro pueda convertirlo de lago a entrante. Dado que por ese resquicio pasa la única carretera que circula por el sur de Islandia, el gobierno Islandés tiene planes para evitar que dicha situación llegue a pasar.

Icebergs

Icebergs [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f11 y 1/125 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Después de una hora disfrutando composiciones abstractas, recogeríamos campamento y nos marcharíamos hasta la zona de Stokkness. Regresaríamos a la mañana del día siguiente, como teníamos un día cubierto y una mayor cantidad de icebergs, decimos para uno rato para apreciarlo.

Gris amanecer

Gris amanecer [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f13 y 1/10 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Ese rato pasó a ser una hora, dónde sacamos todo el armamento, trípode y cámara. De todas formas, casi el 90% de las fotos que hice durante esa sesión fueron con mi 70–200, una lente muy infravalorada en fotografía de paisaje pero que yo adoro.

Hielo

Hielo [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f13 y 1/4 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Volveríamos para dormir ahí la noche. Pero ya sería para hacer la puesta de sol en el vecino lago de Breiðárlón y después el amanecer en la playa de Breiðamerkursandur.

Bueno, tal vez más conocida por los no autóctonos, incapaces que somos de pronunciar una palabra como Breiðamerkursandur. Esta playa es lo que geográficamente se conoce como un “sandur”, una planicie provocada por sedimentos fluviales provenientes de la fusión de glaciares. En este caso por los glaciares: Breiðamerkurjökull, Fjallsjökull y Hrútárjökull durante varios cientos de años.

Encarando al mar

Encarando al mar [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f11 y 1 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Aunque quizás por lo que es más famosa Breiðamerkursandur es por que está localizada en la salida del lago glaciar Jökulsárlón, probablemente el lago glaciar más famoso de Islandia. Dependiendo del momento del día, esta playa está llena de trozos de hielo proveniente de los icebergs del lago glaciar que son llevados al mar con la subida y bajada de la marea.

Frío amanecer I

Frío amanecer I [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 1 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Cuando vi fotos de este sitio antes de ir hasta ahí, siempre pensé que se trataba de pequeños hielos, no mucho más altos que el tobillo de uno. Como engañan las proporciones en las fotos, sobretodo cuando no se tiene ninguna referencia cerca. Estos hielos pueden llegar a ser bastante grandes, más altos que uno mismo, y parece increíble como el mar es capaz de moverlos como si fuese nada. En ese momento entendí la advertencia de que era mejor vigilar las olas por si estas movían hacia a ti una porción de hielo que podría golpearte en las piernas provocándote alguna lesión o tirarte el trípode con tu cámara al suelo.

Frío amanecer II

Frío amanecer II [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 0,8 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Nuestro primer día en Islandia condujimos hasta aquí. Llegamos a la hora de la puesta de sol pero no veríamos mucho. Teníamos unas nubes cerradas que de vez en cuando soltaban algo de lluvia. Para más mala suerte, el viento venía del mar hacia la costa, así que la lente se empañaba fácilmente. Aún así esto no nos detuvo para hacer fotos. Resultado de esa sesión es la primera foto que adorna este artículo. La única foto que salvé, los pequeños trozos de hielo eran constantemente movidos por el mar, lo cual hacía sumamente complicado encuadrar… cada ola que pasaba la configuración de hielos cambiaba por completo.

Tímido amanecer

Tímido amanecer [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 0,5 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

La segunda sesión y última en esta zona, fue un amanecer varios días después. La noche anterior había caído una fuerte lluvia y no esperábamos mucho del amanecer. ¡Qué equivocados estábamos! A pesar de estar nublado por donde salía el sol, toda esa zona era lo suficientemente fina para que tomase color rojo y amarillos, dando un toque de contraste con el frío azul del hielo.

Estelas en el hielo

Estelas en el hielo [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 0,5 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Esa mañana la cantidad de hielo era sumamente mayor que la anterior vez. Tanto que era casi imposible aislar nada. También el tamaño de las porciones era mucho mayor, lo cual si que facilitaba fotografiarlos. Estos no eran movidos tan frecuentemente por la fuerza del mar, evitando que la composición cambiase o los hielos saliesen movidos.

Piedras, arena y hielo

Piedras, arena y hielo [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f11 y 0,8 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Por supuesto, la fina arena negra era otro de los elementos compositivos más interesantes de la playa. Su contraste con los hielos se puede apreciar en todas las fotos que decoran este artículo. Hablando de la arena, esta fina arena negra se cuela por todas la partes. Vigilar vuestro trípode, que aquí a parte de la sal también sufrirá por dicha arena.

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