lérida

Y realmente el título de la imagen engaña, está sacada el 19 de junio del año pasado, y por unos días no cambia a nevada veraniega en Amitges. Realmente cuando un grupo de cuatro amigos subimos a refugio de Amitges en el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici lo que menos nos esperábamos es que nos nevase. Pero el año pasado parece que el invierno llegó con retraso.

De todas formas, como cada vez que te escapas a montaña hay que ir preparado, teníamos ropa para estar cómodos trabajando y la cantidad de nieve caída no nos preocupa de que llegásemos a necesitar crampones o raquetas de nieve.

Nevada Primaveral en Amitges

Nevada primaveral en Amitges [Canon 5D Mark II con Canon 17-40f4 L. Foto sacada a ISO100, f11, 1/4 de segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2016.

Esta foto es de amanecer. Como pasa en estas ocasiones, supongo que la gente que estaba durmiendo en el refugio no le hizo mucha gracia que los despertásemos una hora y pico antes de lo que ellos esperaban. Cuando salimos a ver que tal estaba el día vimos que durante la noche había caído una capa de nieve de unos pocos centímetros pero la nevada ya había parado y el cielo empezaba a romperse, lo cual prometía para un amanecer interesante.

En cuanto a la foto mucho no hay que contar. Nada más llegar a la zona con otro amigo, junto con estos dos pinos que teníamos de fondo que han sido fotografiados hasta la saciedad, empecé a moverme cada vez más hacia a la izquierda (curiosamente mi amigo le estaba llamando más la atención el lado izquierdo del lago). Llegó un momento que me encontré casi con este vértice del lago y estas rocas que os puse de primer plano saliendo de la izquierda de la imagen. La forma del lago y las nubes que reflejaban unos tonos cálidos cierran la composición.

Amanecer en el Estany Negre

A principios del mes de octubre mi amigo Alex me dijo de subir hasta el Refugio de Josep María Blanc, en el Parque Nacional de Sant Maurici i Aigüestortes, en Lleida. La idea era pasar allí el fin de semana antes de que empezase la temporada de otoño, la cual nos llevaría a otras zonas no tan altas con árboles de hoja caduca.

No nos informamos mucho antes de subir y la idea que llevábamos en mente, la de usar el Estany Tort de Peguera o el Estany Trullo como primeros planos la tuvimos que desechar rápidamente. Estaban reparando la persa de ambos estanques y no tenían ni gota de agua.

Subimos un poco más arriba para ver como estaba el Estany Negre. Probablemente debido a lo poco que ha llovido este año y la poca nieve que cayó en el invierno, el estany no estaba tan lleno como siempre, lo cual permitía andar por su orilla. Así que decidimos usarlo como lugar principal para nuestras fotos durante el fin de semana… un fin de semana que prácticamente no vimos ni una nube.

Nos levantamos antes del amanecer el domingo, lo cual probablemente hizo que más de uno o una en el refugio donde dormíamos se acordase de nuestra familia y nos fuimos hasta el Estany Negre, a una localización que ya teníamos mirada el día anterior. No teníamos nube hacia las las montañas que esperábamos que pillasen color, pero no sabíamos mucho por donde iba a salir el sol, un montículo nos tapaba la visión.

Cuándo llegamos parecía que ya había una luz rara sobre las montañas, lo cual nos ponía nerviosos sobre que sí que se iban a iluminar. Pero después empezaron a perder relevancia cada vez que había más luz en el ambiente, todavía no había amanecido, pero esto que ya he observado en otras ocasiones, no deja de poner nervioso a uno ¿se iluminarán? ¿no se iluminarán?

Puntuales como un reloj, al minuto exacto que sabíamos que el sol superaría el horizonte, el piquito de la montaña se empieza a poner rojo… unos breves minutos después, esta sería mi fotografía que refleja ese momento:

Amanece en el Estany Negre

Amanece en el Estany Negre [Sony A7 II con Canon 17-40f4 L. Foto sacada a ISO100, f13 y 1/6 de segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2016.

A parte de una buena fotografía, ese viaje me recordó que debería recuperar algo mi forma… ya había hecho esa ruta en el pasado, pero de esta vez la bajada terminó con mis piernas, menos mal que conducía Alex.

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