río

Adou del Basterany

El otro día estábamos celebrando que un compañero con el que vamos hacer fotografía se ah jubilado… y que mejor forma de hacerlo que levantarnos para fotografiar el amanecer a las 6:15 de la mañana (y nosotros solemos ir como mínimo 40 minutos antes del amanecer a la zona). El amanecer no dió mucho de sí, por decir que no hice ni una sola foto.

Para hacer tiempo antes de desayunar decidimos irnos hasta la Adou del Basterany, una localización muy conocida entre fotógrafos en la zona de Bagá. La verdad es ue fue la vez que con más agua la he visto nunca, tanta, que la típica cascada que se suele fotografiar no le terminaba de ver el encanto.

Bajando de vuelta al coche me acerqué a un compañero fotografiando parte del rio más abajo y ví una composición que me llamaba la atención. Una pequeña roca con unas ramas de un árbol que se metían por al parte inferior del plano. Sabía que quería acercar las cosas entre ellas, así que requerría usar un tele, en este caso mi querido Canon 70–200f4L IS. El principal problema es que no conseguía que me quedase tanto roca como ramas en foco, que era la imagen que yo tenía en ese momento de la fotografía en mi cabeza. Para solucionarlo, sencillamente opté por hacer dos fotos y unirlas después en casa con Photoshop. Este es el resultado:

Adou del Basterany

Adou del Basterany [Sony A7r II (Amazon, eBay) con Canon 70-200 f4 IS L (Amazon, eBay). Foto sacada a ISO100, f11, 2 segundos de tiempo de exposición.] © David García Pérez 2018.

Espirales en el Montseny

Voy a parecer un disco rayado, pero este año, anda que no está feo feo el otoño. A principios de mes subimos a ver como estaba el Montseny, lo que vimos es casi toda la hoja seca, con pocos árboles con color, casi todas las hayas habían cambiado de verde a seco, sin esos colores que tanto nos gustan.

Aún así había un poco de agua de las lluvias de los últimos días de octubre, esto nos dio la posibilidad de que el río que baja por Passavets tuviese algo de caudal, aunque ha sido la vez que con menos agua lo he visto, y diese para algo de juego con largas exposiciones y la multitud de hojas secas que lo transcurrian:

Espirales en el Montseny

Espirales en el Montseny [Sony A7 II (Amazon, eBay) con Canon 70-200 f4 IS L (Amazon, eBay). Foto sacada a ISO100, f13, 10 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2017.

Paseando por Rio Tinto

Cuando volvimos en coche desde Portugal a Barcelona después de estar por la zona del Algarve, de la cual ya he comentado con alguna foto por aquí, paramos en la zona de Rio Tinto, concretamente cerca de Nerva, para no hacernos tantos kilómetros de una tacada y de paso explorar por primera vez una zona tan famosa de nuestra geografía que no conocíamos.

Nos hospedamos en La Finca los Caleros y ahí preguntamos, algo que como me dice mi amigo Manel no hago mucho, por posibles zonas dónde comer y fotografiar, no estaba muy claro cual de las dos era la más importante. Lo que si no nos esperábamos era que la respuesta a ambas fuese el mismo sitio: Casa Idolina.

Casa Idolina está llevada por dos hermanos y, uno de ellos, se da la casualidad que es un gran aficionado a la fotografía. No nos esperábamos dicha amabilidad, pero se sentó tranquilamente con nosotros, nos enseño un libro de un fotógrafo amigo suyo, y nos enseñó varias zonas donde podíamos estar horas y horas fotografiando texturas con ese color rojizo que le da el hierro a esas aguas del río Tinto.

La siguiente fotografía sería mis primeros intentos en una fotografía, probablemente intente continuar este año trabajando este tipo de composiciones abstractas.

Paseando por Rio Tinto

Paseando por Rio Tinto [Sony A7 II con Canon 70-200f4 IS L. Foto sacada a ISO100, f131y 1/20 de segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2016.

Paseando por el Montseny

Como es habitual todos los años, el primer o segundo fin de semana de noviembre, todo/as los/as fotógrafos/as de la provincia de Barcelona suben corriendo a ver si pillan algo de color de otoño en el Montseny. Habitualmente lo suelo ver como mi última oportunidad de pillar algo de color en los árboles antes de tener que esperar a que llegue la primavera y estos empiecen a sacar ese color verde radiante.

Cuando subimos de noche hasta la zona de Santa Fé desde Sant Celoni nos esperamos lo peor. Ya sabíamos que este otoño no estaba siendo bueno y no esperábamos un gran color. Es más, incluso temíamos que llegaríamos muy temprano. Pero el viento fuerte que hizo toda la noche, junto con la lluvia que calló, incluso nos hizo temer mucho más, la carretera de subida era una alfombra de hojas y ramas que en una ocasión nos tuvimos que bajar del coche para apartarlas del camino. Cuando llegamos arriba pensábamos que no tendríamos ni una hoja en los árboles.

El hayedo del Montseny es complicado de fotografiar, sus hayas son altas y jóvenes, muy pegadas entre ellas, lo cual hace la composición un ejercicio complicado, especialmente cuando la naturaleza no quiere colaborar con nosotros con lago de niebla. Por ese motivo muchos nos pegamos al rio esperando a que este nos ayude a simplificar la composición.

Y fue en el rio donde hice la foto de esa mañana que conservo. En una zona más protegida del viento donde los árboles aún conservaban sus hojas, y con un montón de otras hojas moviéndose por los estanques naturales que forma el rio en esa zona, me puse a buscar composiciones dando el siguiente resultado:

Paseando por el Montseny

Amanece en el Estany Negre [Sony A7 II con Canon 17-40f4 L. Foto sacada a ISO100, f11 y 13 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2016.

Debí estar como una media hora ahí, sobretodo intentando evitar que algo del cielo saliese en la foto, lo cual es irónico, por que la foto que he decidido conservar precisamente tiene una gran parte de la imagen donde se puede ver ese cielo gris que amenazaba con lluvia. Me ayudé un poco de ese tronco de haya para compensar una zona tan blanca en la imagen y un filtro degradado de transición suave de 3 pasos para oscurecer un poco más esa zona. Creo que la imagen consigue fijar la vista en los dos elementos que consideré principales, las hojas moviéndose en el rio más esa rama que sale de la esquina superior izquierda de la imagen.

Islandia: Seljalandsfoss

En nuestro viaje a Islandia sabíamos que iba a ser imposible estar tranquilos haciendo fotos todos los días en la localización. Como era nuestro primer viaje queríamos ver varias de las localizaciones más famosas, tanto para fotógrafos como para turistas habituales. Este es el caso de Seljalandsfoss que se encuentra a dos minutos de la carretera 1 o la circular, la más transitada por los visitantes de la isla (a parte de que la cascada la ves si vas en dirección este desde la propia carretera).

Seljalandsfoss

Seljalandsfoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 1,3 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Una solución hubiese sido fotografiarla al amanecer, como hicimos en el caso de la cascada de Skógafoss. Pero en un viaje de solamente 10 días y con tantos sitios que queríamos ver, alguno tendría que ceder para no ser fotografiado en las mejores condiciones. De todas formas, Seljalandsfoss es una cascada para ser fotografiada en el atardecer. Dado que uno se puede meter detrás de la cascada y fotografiar el sol a través de ella durante la puesta.

Si habéis leído las entradas anteriores sobre este viaje a Islandia ya sabréis que cada dos por tres nos encontrábamos con un equipo de rodaje filmando una película. De las cuatro veces esta fue la que más molestó. Se habían metido dentro de la cascada y estaban formando una cola de turistas que también querían entrar dentro para ver la cascada desde allí. La opción era o no fotografiar la cascada o fotografiarla con gente y sencillamente dejarse llevar. Esto fue lo último por lo que optamos.

Vistas desde lo alto de Seljalandsfoss

Vistas desde lo alto de Seljalandsfoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 0,5 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Como queríamos estar algo tranquilos, un amigo y yo decidimos subir un montículo a la derecha de la cascada, según miras a la misma, para evitar algo el bullicio y poder concentrarnos. La idea que al principio parecía buena, comenzó a complicarse un poco durante la subida. El terreno estaba bastante mojado de las lluvias anteriores y con la pendiente que había, uno iba resbalando de vez en cuando. No me preocupaba la subida, sino la futura bajada, todo apuntaba que sería casi con mi culo rozándose ladera abajo. Cuando llegamos arriba del todo vimos que por otro lado había una subida mucho más tranquila, estaba claro que teníamos que haber estudiado el problema con más calma.

Seljalandsfoss

Vistas desde lo alto de Seljalandsfoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 0,5 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Desde arriba a parte de fotografiar la cascada también ganamos las vistas hacia el mar donde había unas fantásticas nubes que, con el delta del río, hicieron una foto que podéis ver acompañando este texto.

Como media hora antes de la puesta de sol la gente del rodaje empezó a recoger todo, y nosotros aprovechamos para acercarnos hasta la cascada y intentar fotografiarla desde atrás. Seljalandsfoss es una cascada de 60 metros de altura y meterse dentro de ella es bastante impresionante. Todas las fotos que hice desde ahí las tuve que tirar, fue imposible hacer una donde no tuviese alguna gota de agua sobre la lente o alguna zona empañada.

Seljalandsfoss y la granja

Seljalandsfoss y la granja [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f11 y 1 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Estuvimos hasta casi noche cerrada. Fotografiando la cascada ya desde el río, el (río líquido). No me he molestado en editar ninguna de estas fotos, la iluminación artificial que le han puesto a la cascada por su atractivo turístico no me acaba de convencer en los resultados.

Gljúfurárfoss

Gljúfurárfoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 0,4 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Al día siguiente nos acercamos a la cascada de Gljúfurárfoss, una cascada que está a un kilómetro de distancia de Seljalandsfoss. Es una cascada curiosa, dado que está dentro de una grieta. Las fotos que le hice desde fuera no me gustaron ninguna y os pongo decorando este artículo una desde dentro. Fotografiarla dentro es altamente complicado, esperar que la cámara se os esté mojando constantemente y vosotros también. Aunque había gente que pasaba haciendo equilibrios entre las rocas, realmente para meterse dentro sin muchas preocupaciones unas botas de agua es lo más recomendable.

Islandia: Cascada de Skógafoss

De esta vez mi historia de mi primer viaje a Islandia va a ser un pelín distinta a viajes anteriores que he narrado en este blog. En vez de seguir un orden cronológico de los días por la zona voy a narrar un poco cada una de las localizaciones donde estuvimos, sin orden ninguno, más que el de revelado de las fotos mismas durante estos días. La única pega de esta forma de hacer las cosas es que esta primera entrada tendrá, a continuación, un pequeño párrafo introduciendo del viaje.

Amanece en Skógafoss

Amanece en Skógafoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 20 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Los últimos 10 días de agosto de este año los pasé en en Islandia. Éramos cuatro fotógrafos y para dos de nosotros era la primera vez en este bello país, para los otros dos, era la primera vez que iban con una mentalidad fotográfica, con lo que prácticamente era lo mismo. Como en el viaje teníamos solamente 10 días y un desconocimiento total del país no nos complicamos mucho, decidimos ir, mientras supervisábamos predicciones meteorológicas, a varias de las localizaciones más típicas del país. Nuestra intención es volver en el futuro y poco a poco ir descubriendo este paraíso para amantes de la naturaleza.

A mitad de viaje paramos en la famosa cascada de Skógafoss, que se encuentra en el sur de la isla, al lado de carretera 1, la carretera circular que recorre la isla y la más transitada por la mayoría de los turistas. Obviamente, al ser tan accesible dicha cascada a parte de impresionante hizo que cuando llegásemos a la localización aquello estuviese abarrotado de gente, por no mencionar un equipo de filmación con grúas montadas justo enfrente de la cascada para grabar una película ahí (este equipo nos la tenía jurada, nos los encontramos en cuatro localizaciones distintas).

Era normal que hubiese tanta gente, llegamos con la autocaravana al mediodía, y entre gente que paraba a visitar la cascada, gente que llegaba para montar su tienda en el camping que hay justo enfrente y los de la película… desechamos, la mayoría, la idea de hacer ninguna foto. Sí sí, ya sé que la luz del mediodía no es la mejor para fotografiar paisaje, pero cuando pega el sol a la cascada, debido a la espuma que produce esta, es muy fácil ver un doble arco iris sobre la misma.

Skógafoss al amanecer

Skógafoss al amanecer [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 3,2 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Nuestra idea no era quedarnos ahí, sencillamente íbamos a comer al lado de la cascada y de paso supervisar la localización, dado que queríamos fotografiarla al amanecer, cuando probablemente pudiésemos trabajar tranquilos (con el pequeño temor de que los de la película no recogiesen sus trastos, temor que al final resultó ser infundado). Fotografiar al amanecer en este tipo de localizaciones tan turísticas es una buena forma de evitar gente en el medio de nuestras fotografías, con la excepción de algún fotógrafo que tuviese la genial idea de también fotografiar la cascada el mismo día que tú.

Skógafoss es una cascada que produce el río Skógar al caer por unos acantilados al sur de Islandia que separan la línea de costa de las tierras altas de la misma (la terminación foss en islandés significa cascada). Como la mayor parte de las cosas en Islandia, sus dimensiones impresionan, con 25 metros de ancho y 60 metros de alto en una caída perfectamente vertical forman una de las cascadas más bonitas del país y probablemente una de las más visitadas por los turísticas que visitan cada año la isla (sino la que más). También es uno de los típicos puntos donde salen o terminan (depende de como se mire) muchas de las rutas de senderismo que cruzan el país de norte a sur (había buses que llevaban a gente directamente desde el aeropuerto hasta la cascada).

Cómo comenté, para fotografiarla llegamos al amanecer, teníamos un cielo completamente plano, así que decidí centrar las composiciones en la cascada misma, en todas ellas la cascada es el elemento principal, como podéis ver las tres fotos de ejemplo que pongo aquí. Con la fuerza que llevaba el agua, con dejar un medio segundo de exposición el efecto seda creado era inmediato.

Skógafoss, más de una hora después del amanecer

Skógafoss, más de una hora después del amanecer [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 1 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Nos fuimos aproximando poco a poco, la luz era suave y no cambiaba para nada. Curiosamente, salvo unos jóvenes turistas que no sabíamos que hacían levantados tan temprano, tuvimos durante más de una hora la cascada para nosotros solos. Cuando estábamos pensando en retirarnos empezamos a ver más gente y algún que otro fotógrafo en la zona, y muchos senderistas que empezaban su primera etapa de varios días para cruzar la isla desde el sur al norte de la misma.

Cómo muchas de las cascadas de Islandia, el rocío que provoca el agua al caer fue un problema cuando te acercabas un poco a la misma. Una constante durante todo nuestro viaje fue la técnica metódica de hacer una foto, limpiar lente con un trapo, volver hacer foto, volver a limpiar lente… al final terminabas con bastantes fotos del mismo encuadre, sencillamente para asegurarte que no había ninguna gota en la lente que estropease la foto cuando la viésemos en grande en el ordenador. Hay que indicar que en el caso particular se Skógafoss, también hacíamos bastante fotos para ver si las neblinas que levantaba la cascada creaban fotos interesantes con la ligera brisa que hacía (y no el viento fuerte con el que nos recibió el país en bastantes días del viaje).

Si subís hasta arriba del todo de la cascada, siguiendo el cauce del río Skógar, veréis como el mismo va creando cascadas más pequeñas y formas curiosas que merecen la pena perderse un rato para fotografiarlas.

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