Técnica

Ya he comentado el porqué hay que derechear el histograma desde un punto de vista técnico, las ventajas que esto conlleva en cuanto a ruido, y cuando resulta o no conveniente usarlo. Ahora toca explicar como empleo yo esta técnica. Y la palabra clave de la frase anterior es yo. A mí me encanta la fotografía de paisaje, cojo el coche, busco un paisaje, espero a que la luz sea buena (o creo que es la buena), tranquilamente pongo el trípode, busco el encuadre, y tengo todo el tiempo del mundo para ajustar el histograma. Incluso en una salida/puesta de sol tienes varios segundos para cambiar la exposición sin que la luz cambie significativamente. Tiempo más que de sobra para derechear el histograma. Básicamente mi técnica se puede describir en el siguiente diagrama:

Flujo de trabajo a la hora de derechear el histograma

Diagrama que empleo a la hora de derechear el histograma.

En detalle, cada uno de los pasos:

  1. Componer – Ninguna foto va a ser buena sin una buena composición, de nada vale tener un histograma perfecto de un sujeto poco interesante. Una vez tengo mi escena compuesta, ya sea mirando por el visor o usando el LiveView de la cámara, llega el momento de ajustar el histograma (en este paso también entraría enfocar y demás…).
  2. LiveView – Hoy en día casi todas las cámaras digitales permiten ver el histograma en vivo a través de la función de LiveView. Una vez tenemos seleccionada nuestra apertura, toca ajustar el histograma, moviendo el control de tiempo de exposición. Incrementando el tiempo el histograma estará más a la derecha, si disminuimos el tiempo, más a la izquierda. Cuando lo tengamos lo más a la derecha posible, sin quemar nada ya podemos sacar la foto.
  3. Sacamos la foto – Pues eso…
  4. Comprobar histograma – Revisamos el histograma de la foto tomada en pantalla, básicamente aquí comprobamos si la cámara nos estaba mintiendo en su cálculo estimado del histograma en LiveView. Para esto también resulta de ayuda tener el aviso de zonas quemadas en la imagen, que suelen representarse por píxeles parpadeantes cuando la cámara nos muestra la imagen. Entonces si vemos que hemos quemado demasiado la imagen, bajamos el tiempo de exposición y volvemos al punto 2. Sí vemos que todavía queda margen para aproximar el histograma más a la derecha, pues incrementamos el tiempo de exposición y volvemos al paso 2. Si el histograma está perfecto, continuamos con el paso siguiente.
  5. Siguiente foto – Listo, ya tenemos una foto hecha, si la luz y los sujetos siguen dando oportunidades, a repetir el ciclo con otro encuadre.

Otros autores ofrecen otras técnicas, sobretodo técnicas más rápidas para otro estilo de fotografía. No las comento aquí no por que no las considere óptimas, sino básicamente por qué no las controlo, y ya me paso demasiado de listo.

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Cómo ya comenté en los dos artículos anteriores, derechear el histograma nos puede proporcionar una archivo con mayor calidad que en el caso de que no empleemos dicha técnica. Pero esta técnica viene con un precio a pagar, principalmente en el tiempo que se pierde en hacer una simple foto. Y es que, disparar, comprobar como está el histograma, para volver a disparar ajustando de nuevo, hasta que consigamos tener el histograma en su posición correcta, es un proceso de varios segundos que puede suponer la diferencia entre hacer la foto y no hacerla.

En mi caso particular, donde gran parte de mi trabajo consiste en fotografía de paisaje, colocando la cámara en un trípode, y esperando pacientemente a que la luz tenga las condiciones idóneas que deseo, tengo tiempo de sobra de ajustar el histograma hasta conseguir una exposición óptima. Después de todo en la fotografía de paisaje siempre se intenta conseguir la mejor fotografía tanto en aspectos técnicos como artísticos.

Pero como dije al principio, no siempre tenemos el lujo de poder ajustar el histograma como deseamos. Muchas veces simplemente tenemos la cámara en nuestras manos esperando fotografiar el momento, ese momento en el deporte, de unos niños jugando, de animales corriendo,… donde todo encaja y crea la fotografía perfecta, un segundo más tarde esa fotografía desaparece, y no nos da tiempo de hacer varias tomas mientras por el medio comprobamos a ver que tal nos ha quedado el histograma. La exposición perfecta en estos casos es secundaria y simplemente confiamos que el sistema automático de la cámara haga el mejor trabajo posible.

Hay otra circunstancia donde derechear el histograma tampoco puede ser conveniente. Imaginaos que deseamos sacar una foto en concreto y la queremos sacar a una velocidad de 1/4 segundos, por no decir 1/50 o 1/100, el valor es lo de menos, con una apertura determinada dado que eso es lo que nos hace quedar el efecto que estamos buscando. Obviamente si fijamos tanto apertura como tiempo de exposición por motivos artísticos simplemente nos queda el ISO para poder mover el histograma de un lado a otro. Si para derechear el histograma implica aumentar el valor del ISO para la toma, la calidad de imagen que ganamos con la técnica la podemos perder por la introducción de ruido que se hace al aumentar el ISO, haciendo en gran parte de los casos deseable no derechear el histograma y mantener ISOs bajos.

Lo bueno de la fotografía digital es que casi cualquier afirmación que leas sobre cualquier tema es fácil de comprobar por uno mismo. El caso del tema tratado en el anterior artículo sobre derechear el histograma es fácil de comprobar, simplemente ponemos nuestra cámara en un trípode y vamos disparando poco a poco hasta que tengamos nuestro histograma casi tocando la parte derecha del mismo, para después simplemente mirar en el ordenador si nuestra imagen muestra mejor calidad en la zona de sombras (qué son las más beneficiadas de esta técnica).

Esta es la pequeña demostración que he realizado yo, tomando prestados un par de juguetes que tengo adornando la casa y con mi veterana Canon 40D hago unos cuantos disparos de prueba. Empiezo mirando el histograma casi tocando el lado izquierdo, para después ir aumentando el tiempo de exposición poco a poco hasta que el histograma en la cámara empieza a mostrar que ya está a la derecha del todo, justo antes de empezar a quemar cualquier zona de la imagen (exceptuando zonas con reflejos especulares). Al final obtuve las cuatro siguientes fotos:

Primera imagen, datos de la toma: 90mm, f11, 1/6s, ISO 100.

Histograma de la imagen anterior. El histograma está a la izquierda pero ningún pixel de la imagen era negro puro.

Segunda imagen, datos de la toma: 90mm, f11, 0.3s, ISO 100.

Histograma de la segunda imagen. Ya un pelín más a la derecha que el de la primera imagen.

Tercera imagen, datos de la toma: 90mm, f11, 0.6s, ISO 100.

Histograma de la tercera imagen. Ya estamos casi derecheados del todo.

Cuarta imagen, datos de la toma: 90mm, f11, 0.8s, ISO 100.

Histograma de la cuarta imagen. Listo, a partir de aquí empezamos a quemar la imagen.

Obviamente la primera imagen es mucho más oscura que la segunda, la segunda que la tercera y así sucesivamente. Fijaos que en ningún caso tenemos píxeles negros puros, es decir, es el sensor está recogiendo siempre información en los tonos oscuros de la imagen.

Ahora, para poder comparar las imágenes es necesario ajustarlas, básicamente ajusto en Lightroom tanto el punto blanco como negro de la imagen como tantas otras veces había comentado, quedándome las cuatro imágenes ejemplo con el siguiente aspecto y histograma:

Primera imagen con el punto de blanco y negro ajustados.

Histograma de la primera imagen una vez ajustados el punto de blanco y negro.

Segunda imagen con el punto de blanco y negro ajustados.

Histograma de la segunda imagen una vez ajustados el punto de blanco y negro.

Tercera imagen con el punto de blanco y negro ajustados.

Histograma de la tercera imagen una vez ajustados el punto de blanco y negro.

Cuarta imagen con el punto de blanco y negro ajustados.

Histograma de la cuarta imagen una vez ajustados el punto de blanco y negro.

A simple vista parece que las cuatro imágenes son completamente iguales, y que no hay diferencias entre las cuatro. Sin embargo, si hacemos un zoom en la zona de sombras, veremos claramente que la cuarta imagen es la que mejor calidad presenta, con un ruido mucho menor tanto en la cámara como en la sombra sobre el folio blanco que usé de fondo para esta foto.

Comparación de la calidad de la primera imagen contra la segunda.

Comparación de la calidad de la primera imagen contra la tercera.

Comparación de la calidad de la primera imagen contra la cuarta.

Este es un ejemplo muy sencillo que demuestra la gran mejora en la calidad de nuestras imágenes, sin embargo no siempre es conveniente o posible emplearla. Pero esto ya lo dejo para el siguiente artículo sobre el tema.

Ha llegado el momento de tocar uno de esos temas más «polémicos» de la fotografía digital, ¿Cómo exponer para sacar el máximo rendimiento en cuanto a calidad a nuestra cámara? Básicamente esto se conseguir empleando la técnica que se denomina «derechear el histograma» (exposing to the right (ettr)). Y pongo polémico, por que desde que el tema ha sido introducido por primera vez por Michael Reichmann en su famosa página Luminous Landscape, después de unas largas discusiones con Thomas Knoll (creador de Adobe Photoshop, Adobe Camara Raw, y Adobe Lightroom), no ha generado más que debates en foros a lo largo de todo internet.

En este primer artículo sobre el tema simplemente voy a introducir el problema, para que más adelante en futuras entradas en este blog, explicar las ventajas y desventajas, demostraciones gráficas, y como emplear la técnica en vuestras cámaras.

El asunto nace después de pensar en como funciona un sensor digital. Supongamos que nuestra cámara digital tiene un rango dinámico de unos 5 pasos de luz (es decir, entre el tono más oscuro al tono más claro puede almacenar cinco pasos de luz, cualquier valor fuera de ese rango será blanco puro o negro puro), y que al disparar en RAW (no tiene sentido usar esta técnica en JPEG), la cámara es capaz de almacenar 12 bits de información (realmente el manual y la cámara os van a decir que es 16 bits, pero raramente una cámara es capaz de distinguir tantos bits, sencillamente almacenan 12 bits en un archivo que puede llegar almacenar 16). Entonces con estos 12 bits, la cámara sería capaz de distinguir 4096 (2^12) tonos diferentes.

Lo lógico sería pensar que el sensor digital que tiene nuestra cámara repartiría esos 4096 valores de forma uniforme entre los 5 pasos de luz que es capaz de almacenar. Es decir, cada paso de luz la cámara, bajo esta suposición, sería capaz de almacenar 850 tonos distintos. Y aquí es donde viene el problema. El sensor digital no funciona de esta forma, el sensor digital, ya emplee tecnología CCD o CMOS, es un dispositivo lineal. Básicamente esto quiere decir que cada paso de luz que es capaz de almacenar, almacena el doble de luz que el anterior, y por lo tanto el doble de información. ¿Qué significa esto? Pues que para nuestro ejemplo la cámara funcionaría de la siguiente forma.

Paso de Luz Tonos que distingue
Para el primer paso de luz, que contiene los tonos más oscuros 128 tonos distintos
Para el segundo paso de luz, que contiene los tonos oscuros 256 tonos distintos
Para el tercer paso de luz, que contiene tonos intermedios 512 tonos distintos
Para el cuarto paso de luz, que contiene tonos brillantes 1024 tonos distintos
Para el quinto paso de luz, que contiene los tonos más brillantes 2048 tonos distintos

La tabla anterior lo que nos está indicando es que cuanto más a la derecha tengamos nuestro histograma, más tonos diferentes vamos a ser capaces de almacenar en nuestra imagen y mayor calidad tendrá la fotografía final, sobretodo en la zona de sombras.

Otra forma de entender esto, es que cuanto más tiempo este capturando luz nuestro sensor, sin que este se sature, es decir, nos empiece a quemar la fotografía, más información está capturando, con lo cual la relación señal/ruido es mucho mejor dando lugar a una imagen final de mayor calidad.

El principal problema, es que cuando abramos dichas imágenes en nuestro revelador RAW favorito, o las veamos en la pantalla de la cámara, veremos una imagen como lavada, muy brillante. El primer paso que tendremos que hacer es básicamente ajustar el histograma, por eso, en los ejemplos que suelo poner por aquí, lo primer que digo es que ajusto el punto de blanco y negro, para que mi imagen empiece a tomar el aspecto que deseo de ella, con la mayor calidad posible.

Cómo todo esto siempre se entiende mejor con un ejemplo, en el siguiente artículo que continua esta serie se centrará en una pequeña demostración gráfica de esta técnica.

El manejo del color en la fotografía para obtener una reproducción fiel en la pantalla, lo cual nos ayudará después a obtener una reproducción fiel en papel u otros dispositivos, comienza por el calibrado de al misma. A los que ya estamos en este mundillo no nos sorprende saber lo mucho que puede llegar a variar el color de una imagen con simplemente viéndola en un monitor a otro. Si lo que vemos en el monitor no es preciso, ¿Cómo esperamos poder reproducir fielmente eso en papel? A través de este pequeño video tutorial os muestro como calibrar vuestros monitores con un Spyder 3 Elite de Datacolor.

Continuando mi serie de vídeos explicativos introduzco ahora el siguiente, de nuevo centrado en Adobe Lightroom. En este ocasión toco un tema que siempre comento cuando hablo del procesado de mis propias fotos, el ajuste del punto blanco y negro de una imagen. Uno de los primeros ajustes que hago a cualquier imagen en mi flujo de revelado RAW habitual.

El polvo siempre ha sido el gran enemigo de la fotografía, pero ahora con la fotografía digital, cada vez que cambiamos la lente corremos el riesgo de que motas de polvo se pongan sobre nuestro sensor digital de nuestras cámaras. Es el precio que debemos pagar por la versatilidad que ofrecen las cámaras con lentes intercambiables. Sin embargo, a parte de limpiar con cierta frecuencia el sensor de nuestras cámaras, también tenemos soluciones para esas fotos ya tomadas con manchitas. Este pequeño vídeo comento como se hace dicho proceso en Adobe Lightroom.

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Después de 3 entradas sobre polarizadores creo que ya ha llegado la hora de hablar del caso típico para el que se usa un polarizador, o al menos, al que piensa casi cualquier persona en primer lugar: para intensificar los cielos. Como ya he comentado en los ejemplos anteriores, en ambos casos solamente he ajustado el punto de blanco y negro de la imagen.

Imagen 1 – Cadí-Moixeró – «SIN Polarizador». © 2011 David García Pérez

Este primer ejemplo es la imagen sacada sin el polarizador delante de la misma. En al siguiente imagen se puede apreciar claramente las ventajas del polarizador.

Imagen 2 – Cadí-Moixeró – «CON Polarizador». © 2011 David García Pérez

En ella vemos como el cielo tiene un azul más oscuro, y el contraste en las nubes es más pronunciado. También ha mejorado ligeramente las montañas, que parece más nítidas. Este efecto, se consigue cuando la imagen que queremos sacar está a un ángulo de 90 grados con respecto al sol.

Realmente no he puesto este ejemplo al principio por qué conseguir un resultado muy similar en el ordenador no debe ser muy difícil. Yo personalmente soy de la opinión que si la lente que tenemos lo permite, es más rápido usar un polarizador que andar después editando en el ordenador.

La mayor parte de mis fotografías están tomadas en temperaturas que deben oscilar entre los 10 grados celsius a los 30 y pocos. Bajo esas circunstancias no había notado para nada el fenómeno típico de las baterías de litio (las que se usan habitualmente en cámaras digitales), en el cual cuanto más frío hace, más rápido pierden su capacidad. Estas pequeñas excursiones que estuve haciendo durante esta primera parte del año a los Pirineos me están recordando lo contrario.

Las baterías de litio están diseñadas para funcionar bien en determinado rango de temperaturas, y al igual que los humanos no les gusta mucho ni el frío ni el calor, en condiciones extremas. Si salís con vuestra cámara hacer fotos lo que menos deseáis es que la batería os deje tirados. Con frío bajo cero realmente es increíble ver lo que se reduce el tiempo de uso de batería de litio. Así que uno de los consejos a seguir que probablemente ya escuchasteis en muchas ocasiones es mantener vuestras baterías calientes. Lo habitual es meterlas en algún bolsillo interior de vuestra ropa, de esta forma se mantienen a una temperatura decente y son capaces de conservar mucho mejor la carga.

Otro pequeño truco, es cuando una batería os deja de funcionar en condiciones de frío, cambiarla por uno de repuesto, y esta batería ya gastada guardarla de nuevo en un bolsillo interior vuestro. Al rato, cuando regrese a una temperatura más elevada, la podéis meter en la cámara de nuevo y os dará para sacar unos cuantos disparos más, hasta que se vuelva a enfriar y deje de suministrar carga eléctrica. Incluso otro consejo útil, es disparar durante varios minutos con una batería, y cambiarla periódicamente con otra que mantengamos caliente, de esta forma estiraremos la carga de ambas lo máximo posible.

Llevo dos artículos sobre los beneficios de un filtro polarizador a la hora de sacar algunos tipos concretos de fotografías (fuera del mundo de la fotografía de la naturaleza puede que su uso no interese lo más mínimo). Pero obviamente también existen desventajas, que hay que tener en cuenta a la hora de fotografiar:

  • Es un elemento más delante de tu sensor – Te gastas un montón de dinero en las mejores lentes que tu cartera te permite, para después ponerle delante de la misma un polarizador que te costó 10 euros. Pues va a ser que tu polarizador haga que todo el dinero gastado en la lente no valga para nada. El polarizador es otro elemento óptico delante del sensor, y la imagen final que produzca la cámara será tan buena como la del elemento con la peor calidad que pongas delante de ella.
  • Impide el paso de luz – Al poner una polarizador delante de la lente observarás como el indicador de tiempo de exposición te dice que necesitas más tiempo de exposición para hacer la misma foto, en las mismas condiciones de luz, a no tener un polarizador delante de la lente. Mi mejor polarizador que uso casi el 99% del tiempo a la hora de realizar fotos de paisaje quita dos pasos de luz. Esto quiere decir, que si antes de poner el polarizador delante de la lente necesito 1/60 segundos de exposición para hacer la foto, al poner el polarizador delante este tiempo se expande a 1/15 segundos. Si estamos disparando a mano, sin trípode, esto puede significar la diferencia entre que una foto salga movida o no. Por esto motivo muchos fotógrafos prefieren la gama de polarizadores LB de Singh-Ray, que quitan solamente 0.7 pasos de luz, aunque su precio los hacen prohibitivos para muchos de nosotros.
  • Puede crear destellos – Al poner una superficie de cristal delante de la lente, la luz al pasar a través de ambos elementos puede reflejarse entre los mismos provocando lo que se conoce como destellos. Algunas marcas de polarizadores incorporan varias capas de revestimiento sobre los mismos para precisamente evitar este tipo de problemas.
  • Es otro parámetro más a ajustar mientras sacas la foto – Si te parecía complicado tener que prestar atención al tiempo de exposición, iso, apertura, enfoque… mientras sacabas la foto, ahora tienes un factor más a tener en cuenta. Si mueves la cámara tendrás que volver a reajustar el polarizador para conseguir el efecto deseado.
  • En angulares puede provocar desuniformidades – Uno de los problemas más conocido de los polarizadores es a la hora de usarlos con lentes angulares, en particular si fotografiamos cielos, el polarizador puede provocar que una zona del cielo sea mucho más brillante que otra zona. Este es un efecto de amor odio entre muchos fotógrafos, algunos les encanta, otros lo odian. La imagen que cierra este artículo se puede apreciar claramente este fenómeno.

Liencres . © 2010 David García Pérez

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