puesta de sol

Casi todos los años, un grupo de amigos que nos conocimos en un taller de Eduardo Blanco en el valle de Larra-Belagua nos juntamos allí. un fin de semana, más que nada para pasar el fin de semana juntos, pero ya que estamos, obviamente alguna foto intentamos hacer. En este caso, el fin de semana escogido no prometía mucho… que confundido estaba.

El sábado por la tarde nos subimos hasta el alto del valle, donde casi hace frontera con Francia y donde el ojbetivo principal suele ser intantar pillar el pico Anie en puesta de sol o en su defecto, los valles llenos de niebla. En esta ocasión no tuvimos ni lo uno ni lo otro.

Sin embargo, tuvimos la suerte de que el sol se encaprichó con la ladera donde estábamos, coloreándola de amarillo y rosa. El viento que hacía y el hecho de que tenía poco seguro el trípode sobre la nieve hizo que amentara el ISO de la cámara para conseguir velocidades altas y que no me saliese nada movido empleando mi 70–200.

Últimas luces en Larra-Belagua

Últimas luces en Larra-Belagua [Sony A7r II (Amazon, eBay) con Canon 70-200 f4 IS L (Amazon, eBay). Foto sacada a ISO640, f9, 1/250 segundo de tiempo de exposición.] © David García Pérez 2019.

Eddie

Estaba a principios del mes de julio por Val d’Arán y me empezó a caer una tormenta encima. Estaba muy cerca el atardecer y ya daba todo por perdido en cuanto a luces. Decidí acercarme hasta un mirador donde se ve el valle de Artiga de Lin desde una posición alta para ver si bajaban nubes bajas por él y al menos hacía una foto.

Tuve unos minutos de descanso de la lluvía así que alguna foto de nubes bajando por el valle aún conseguí. Volvió empezar a llover, y como nunca doy nada por vencido, me metí en el coche a comerme el bocadillo de mi cena, esperando a que la hora de que el sol bajase por el horizonte pasase.

La luz cada vez empezaba a tener un color más amarillo, y lo que yo pensaba que sería una puesta de sol sosa se empezó a convertir en algo que prometía bastante. Mi principal problema es que estaba fatalmente colocado. Por donde estaban las nubes interesantes solamente tenía unas antenas repetidoras de televisión. Aún así, el color del cielo era tan precioso que aquí empecé hacer algunas fotos. Esta es la que más me gusta.

Eddie

Eddie [Sony A7r II (Amazon, eBay) con Canon 70-200 f4 IS L (Amazon, eBay). Foto sacada a ISO100, f11, 1,3 segundos de tiempo de exposición.] © David García Pérez 2018.

Últimas luces en Kirkjufell

Estaba leyendo el otro día que Kirkjufell (montaña iglesia en islandés) es la montaña más visitada de toda Islandia. No estoy muy seguro de esta afirmación, pero no me extrañaría.

Después de que Vueling nos cancelase el vuelo la noche anterior, nuestros planes en nuestro primer día en Islandia fueron a marcha rápida. Llegar, recoger la camper, comprar comida, y poner rumbo a la primera localización.

Nuestra idea era centrarnos en la zona norte de la isla, así que, con el tiempo algo justo para mi gusto, pusimos camino hacia la península de Snæfellsnes. Después de mirar varias localizaciones que no nos convencieron por el camino (de forma muy rápida), llegamos a Kirkjufell y ya no había mucho más tiempo de buscar.

Fue la primera pista de lo que había cambiado el turismo en Islandia en apenas 2 años (estaba leyendo estadísticas que del año pasado al actual aumentó en cerca del 40%), y eso se notaba. Casi no teníamos sitio donde aparcar la camioneta. Y después, aquello era un bullicio de gente.

Pero eso también vale para conocer gente nueva. Me da un poco de vergüenza decir que se me olvidó preguntarle el nombre, pero allí conocimos a un fotógrafo que daba talleres en el país, nos estuvo comentando más localizaciones de la montaña que podrían resultar interesantes para futuras visitas. Mientras hablábamos, la cosa se empezó a poner seria, y buscando algo de sitio entre tanta gente, conseguí la siguiente foto:

Últimas luces en Kirkjufell

Últimas luces en Kirkjufell [Sony A7 II con Canon 17-40f4 L. Foto sacada a ISO100, f11, 0,6 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2017.

Anochece en el Pedraforca

El verano posiblemente es la época que menos me gusta fotografiar. Amenace muy temprano y anochece muy tarde, quedan pocas horas para dormir, los precios suben y todo se llena de gente. Zonas como la costa son casi imposible de fotografiar y lo peor… llegan esos eternos anticiclones, con cielos azules sin nubes durante días. Esto es lo que parecía que nos iba a pasar en esta foto. No se veía ni una sola nube en el valle en toda la tarde. Para nuestra suerte, unas pocas nubes empezaron aparecer y el Pedraforca las atrapó, generando este bonita escena.

Anochece en el Pedraforca

Anochece en el Pedraforca [Sony A7 II (Amazon, eBay) con Canon 70-200 f4 IS L (Amazon, eBay). Foto sacada a ISO100, f11, 1/4 de segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2017.

Esta fotografía la he hecho básicamente de casualidad, puesto que buscando la localización de cómo llegar a Playa de los Patos casi me pierdo la puesta de sol… Una historia que empieza con una inocente charla con un ruso el atardecer anterior, mientras fotografiaba la puesta de sol en Benijo, ¿Qué podría salir mal?

Estaba yo en Benijo fotografiando la puesta de sol… una tarde concurrida por fotógrafos, en una esquina por la playa alguien fotografiando una postboda y en la otra esquina una chica fotografiando a otras dos, seguidos de un chico. Mientras yo me pongo hacer mis fotos intentando evitar que nadie me salga en el encuadre se me acerca chico por curiosidad. Era ruso y me cuenta que llevaban varios meses viviendo en Canarias. Su mujer era fotógrafa y ahora mismo estaba haciendo un book en la localización de una madre con su hija, trabajando únicamente con luz natural.

Mientras hablamos un poco me comenta que debería intentar fotografiar en la Playa de Patos la puesta de sol, que si me gustaba la Playa de Benijo, me gustaría la de Patos. Me dice más o menos en google maps dónde está para bajar a la playa. Localización que resultó ser un pelín errónea.

Al día siguiente, mientras busco localizaciones para fotografiar el amanecer en el Teide miro un poco como se llegaba a la playa que me habían indicado. Todo el mundo indicaba lo mismo, aquello no era fácil. Pero todos indicaban que el camino salía desde la Playa de Bollullo, no donde me había indicado el ruso.

Me acerco con tiempo, varias horas de antelación y llego a la Playa de Bollullo. Primer problema, allí solamente se podía dejar el coche en dos parkings privados. Hablando con los chicos que los gestionaban, ellos cerraban la valla a las 20:00 y hasta al día siguiente. La puesta de sol era sobre las 21:00 y pico, mal andábamos. Miro la zona y veo que la Playa de Bollullo también es muy fotogénica, después veo que el camino para llegar hasta la de Patos va pegado a las vergas de las fincas colindantes a un acantilado y que aquello lleva unos buenos 30 minutos de caminata o más. De todas formas, no podía dejar el coche ahí, si confiaba poder hacer el amanecer al día siguiente en el Teide.

Decido ir a probar por donde me había dicho el ruso, pero no encuentro la forma. Todo acceso al camino que va al acantilado está bloqueado por fincas valladas. Pero dando vueltas me encuentro con qué hay un camino indicado para bajar a la Playa del Ancón, la cual parece que puede ser un buena opción para una puesta de sol fotogénica. Dejo el coche lo más cerca posible y cargo con los trastos.

Después de caminar 20 minutos, llego hasta unas escaleras que bajan directamente a la playa. Empiezo a bajar las escaleras hasta que me encuentro que a 3 metros del suelo el mar se había llevado el resto, dejando un vacío hasta unas rocas con formas de bolos.

Allí no había nadie. Habían dejado una cuerda para bajar y subir. Pero viendo que estaba solo, que si bajaba no tenía muy claro que fuese a ser capaz de subir, y que aquella playa tenía pinta de desaparecer si subía la marea decidí que era mejor no arriesgarse. De vuelta al coche, otros 20 minutos caminando cargado como un burro cuesta arriba. En esos momentos ya estaba pensando que iba a fracasar en esta puesta de sol.

Cuando llego al coche, y después de buscar un sitio donde poder comprar algo de agua, que andaba seco. Decido volver a probar suerte en la Playa de Bollullo. A unos 15 minutos andando había varios huecos donde dejar el coche, que cuando bajara antes estaban ocupados, pero estaba apostando que la gente ya estaba marchándose de la playa para irse a cenar.

Mi apuesta dio resultado, pero por los pelos, justamente cuando llegué a uno de ellos, un chico acababa de llegar y estaba sacando su coche… aparqué el mío y empecé a coger todos los trastos de nuevo.

Bajando me crucé con una señora que me saludó, a los 5 minutos después, estaba de vuelta a mi lado con su coche, me preguntó si quería que me acercase. Aceptando su oferta, llegamos hasta el parking de la Playa de Bollullo. Me comentó que lo iban a cerrar ahora a las 8:00, pero que como ella y su marido, turistas franceses, iban a dormir en el coche, pues no les importaba quedarse ahí bloqueados hasta el día siguiente, y aún cerrado, se podía bajar hasta la playa.

Después de agradecerle el gesto, bajo hasta la Playa de Bollullo, preparo las cosas y empiezo hacer encuadres, que se acercaba la puesta de sol. Este es el resultado de uno de ellos:

Anochece en la Playa de Bollullo

Anochece en la Playa de Bollullo [Sony A7 II (Amazon, eBay) con Sony 24-70 2.8 GM (Amazon, eBay). Foto sacada a ISO100, f11, 8 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2017.

Atardecer en Lough Leane

En el año 2014 dos amigos y yo decidimos visitar Irlanda con el objetivo de disfrutar de sus maravillosos paisajes. Nuestros últimos días los pasamos en el Lough Loane. Un lago que está cerca del pueblo de Killarney hacia el suroeste de la isla.

Había sido un día gris, así que cuando empezó la puesta de sol y vemos como el castillo de Ross que está justo al lado se pone completamente naranja por la luz de sol nos sorprendemos.

Pero eso no iba a ser todo lo que daba el día. Una vez el sol dejó de iluminar el castillo, corremos detrás nuestra dado que el cielo estaba cogiendo un color increíble a nuestras espaldas, justo por donde se ponía el sol.

Desde un embarcadero intento pillar ese colorido reflejado en el lago, cuando justo en ese momento veo acercase una barca (vale, que alguien que entienda de estas cosas me diga como se llama exactamente esa embarcación) por el rabillo del ojo. Ahí recuerdo una pequeña parálisis mental… ¿Qué hago? ¿Subo el ISO para aumentar el tiempo de exposición? Al final, en esos segundos, me di cuenta de que no había tiempo, simplemente pulsé el disparador cuando la barca entró en el encuadre… creo que el movimiento conseguido, más por azar que por meditación, mejora la fotografía.

Botes en Lough Leane

Botes en Lough Leane [Canon 5D Mark II con Canon 17-40f4 L. Foto sacada a ISO100, f13, 0,5 de segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

De Elgol a los Cuillins

Hay un sitio en la Isla de Skye que se hizo muy famoso para fotógrafos después de la publicación del libro Scotland’s Coast de Joe Cornish y ese es el pueblo de Elgol. Elgol, situado en la península de Strathaird al sur de la isla es sin duda una de las zonas más preciosa de esa región, con su costa de rocas y unas vistas increíbles a los Black Cuillins.

Cuando llegamos allí el pasado agosto, la marea estaba bastante alta, y la famosa playa de rocas redondas bastante tapada. Como ya tenía una buena fotografía de esa playa de un viaje anterior decidí probar suerte con la zona que hay detrás de un acantilado.

El problema es que no sabía si la marea estaba subiendo y bajando. Pasé de todas formas pensando que como estuviese subiendo podía quedarme atrapado. La luz era todavía algo dura pero empecé hacer composiciones, algo que suelo hacer bastantes veces para familiarizarme con la zona.

A la media hora ya me di cuenta que iba a ser imposible volver por donde vine hasta que la marea bajase, que podría ser horas. Allí había otro fotógrafo que yo no conocía que estaba bastante tranquilo por la situación, así que yo también estaba tranquilo, a pesar que nada más que habíamos intercambiado un hola y nuestra preocupación de que no había ni una mísera nube en el cielo.

Pero cuando llegó el momento de la puesta de sol, ahí empezaron aparecer unas tímidas nubes que decidieron ponerse rojas como un tomate, como podéis ver aquí:

De Elgol a los Cuillins

De Elgol a los Cuillins [Sony A7 II con Canon 17-40f4 L. Foto sacada a ISO100, f13, 1/4 de segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2016.

Alguna que otra foto después, veo que el fotógrafo que me hacía compañía decide recoger los bártulos y irse de allí. Sube por una camino hacia la parte alta del acantilado y decidí probar suerte. Si subía por ahí probablemente podría llegar a la playa donde estaba antes, donde me esperaban mis compañeros de viaje.

Después de un par de intentos erróneos, unos cuantos gritos después del fotógrafo que estaba antes ahí encontré el camino de vuelta y pude regresar junto mis compañeros, y más importante, mi bocadillo de cena.

El pasado puente del 1 de noviembre estuve con unos amigos dando vueltas por el maravilloso parque natural de Ordesa – Monte Perdido, un paraíso natural que si no habéis visitado, no sé a que estáis esperando.

El tercer día de ese viaje lo dedicamos a buscar oportunidades fotográficas alrededor de la Pardina del Señor y Añisclo. Era un día sin una nube en el cielo, lo cual no suele ser precisamente las mejores condiciones para fotografiar bosque, aun así nos íbamos entreteniendo en cada esquina que nos parábamos.

Ya era por la tarde y había que tomar una decisión… continuar bajando la carretera hacia Sarvisé, donde íbamos parando a cada curva haciendo fotografías a las laderas iluminadas por las últimas horas de sol o regresar corriendo a una posible foto de atardecer del Monte Perdido.

La decisión final fue sacrificar la puesta de sol. Esas laderas daban mucho juego y en cada sitio que parábamos teníamos la sensación de conseguir mejores fotos que en el anterior, hasta que todo quedó en sombra. Después de continuar haciendo alguna foto a grupos de árboles con mezcla de colores interesantes, metemos todo en el maletero y volvemos camino a Broto, el pueblo donde estábamos durmiendo.

Pero el día aun nos tenía preparada una sorpresa, casi llegando a Sarvisé, mi compañero de aventuras me dice que pare y de la vuelta. A riesgo de recibir una buena colleja obedezco y aparco al lado de la entrada de un camino agrícola. Corriendo sacamos de nuevo las cosas del maletero y desde la propia carretera, mirando que no bajase ningún coche muy deprisa, empezamos a fotografiar estas montañas con las últimas luces del día, las cuales no tenemos muy claro como se llaman, pero desde luego estaban al lado, o tal vez en el mismo, parque natural de Ordesa.

Bonita despedida para un buen día

Bonita despedida para un buen día [Sony A7 II con Canon 70-200f4 IS L. Foto sacada a ISO100, f11 y 0,4 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2016.

Ya cuando hice la fotografía sabía que iba a tener que recortarla. No había tiempo a buscar una mejor localización dado que las luces duraron unos breves minutos, así que los árboles que teníamos en primer plano iban a tener que desaparecer de una forma o otra. El resultado panorámico tengo que decir que me gusta mucho. La foto fue siemplemente editada en Adobe Lightroom.

Cuando llegamos a una localización con potencial para ver si podemos hacer una puesta de sol o amanecer en ella, determinar por donde sale o se pone el sol, hace unos años, era un pelín más complicado de lo que podemos hacer hoy en día con simplemente un teléfono móvil. Empleando aplicaciones como PhotoPills es fácil saber por donde sale o se pone el sol, el día que estamos en la localización, o planificarlo ahí mismo para una futura visita.

En el siguiente vídeo os explico brevemente como emplear dicha aplicación para determinar esto.

Antes empleaba una aplicación gratuita llamada Sun Seeker, pero desde que compré PhotoPills, es la que empleo habitualmente, su modulo de realidad aumentada me parece más preciso.

Después de un buen amanecer en la región de Connemara y dar una vuelta por la zona para tomar nota para una futura visita empezamos a poner camino a la segunda localización que más ganas le teníamos después de la Calzada de los Gigantes, los acantilados de Moher.

Pero antes de llegar a la región de Clare en Irlanda, dónde se encuentran los acantilados, teníamos que hacer una última parada en la región de Galway, el castillo de Dunguaire. Nuestra visita fue breve, con una marea baja la verdad es que las posibilidades fotográficas de este bello castillo del siglo XVI se reducían.

El Castillo de Dunguaire

Castillo de Dunguaire [Canon 5D Mark II con Canon 70-200mm f4L IS. Toma sacada a IS0100, f13 y 1/30 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Ya habiendo comido por el camino, llegamos a nuestra base de operaciones para los dos próximos días, el pequeño pueblo de Lisdoonvarna, a 10 minutos en coche de los Cliffs de Moher. Como teníamos claro dónde íbamos hacer la puesta de sol, dedicamos parte de la tarde a ver si había alguna posibilidad de amanecer. Ya estábamos en una parte de la isla donde su costa no se prestaba mucho para salidas de sol, pero nosotros siempre lo intentamos igual. Encontramos una pequeña zona que no nos convencía mucho pero de lo que veíamos no había mucho más donde escoger.

Después de cenar llegamos al plato fuerte, nuestro primer contacto con los famosos acantilados de Moher (Cliffs of Moher), en irlandés denominados como Aillte an Mhothair, que literamente, según la Wikipedia, significa acantilados de la ruina. Son una impresionante pared vertical de hasta 214 metros de altura en su punto más alto. El nombre del Moher viene de una antigua fortaleza que se hizo sobre dichos acantilados (y yo que me estaba esperando alguna leyenda estilo la Calzada de los Gigantes…).

Nuestro primer día en la zona no dio para mucho, la puesta de sol fue sosa, por no decir inexistente. Había unas nubes densas en el horizonte, casi sin detalle, que nos dijeron que era de marcharse a casa cuando se convirtieron en intensa lluvia.

Cliffs of Moher

Cliffs of Moher [Canon 5D Mark II con Canon 70-200mm f4L IS. Toma sacada a IS0100, f11 y 1,6 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Al día siguiente de vuelta a nuestra rutina habitual, levantarnos temprano para hacer el amanecer. Bueno, más que hacer, intentarlo, al llegar al sitio no se veía nada en el horizonte y la lluvia intensa volvió hacer acto de presencia. Tocaba volver al hotel a dormir unas cuantas horas más. La vida del fotógrafo de naturaleza de vez en cuando es super estresante.

Después de un buen desayuno en el hotel donde estábamos durmiendo, nos disponemos a explorar un poco más la costa de la región de Clare (bueno, creo que este fue el día que antes hicimos una parada para comprar mermeladas caseras de la zona). Nuestra pequeña ruta nos llevó hasta el faro Loop Head, tal vez un pelín lejos de más.

Acantilados en Loop Head

Acantilados en Loop Head [Canon 5D Mark II con Canon 70-200mm f4L IS. Toma sacada a IS0100, f11 y 25 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Como la zona estaba nublada con una luz suave, nos dedicamos a fotografiar un poco los acantilados al lado del faro. No eran tan impresionantes como los de Moher, pero daban su juego. Y en este momento es cuando miro el reloj y me doy cuenta de que la habíamos liado de nuevo. Volvíamos a tener el tiempo justo para buscar un sitio donde cenar y regresar hasta los acantilados de Moher para hacer la puesta de sol.

Puesta de sol en Cliffs of Moher

Puesta de Sol en Cliffs of Moher [Canon 5D Mark II con Canon 17-40mm f4L. Toma sacada a IS0100, f13 y 1,6 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Cenando lo más rápido que pudimos, salimos corriendo hasta el aparcamiento de los Acantilados de Moher. La luz empezaba a prometer bastante y queríamos ver donde era el mejor sitio para hacer la foto. Camino hacia donde pensaba que era la mejor posición, un campesino de la zona se acerca hasta a mí y me empieza a comentar que él sabe donde es el mejor sitio para hacer la foto. Mientras caminamos hasta un mirador para indicarme bien donde es el lugar me enseña unas fotocopias de una revista donde hicieron una sesión fotográfica con una modelo en unas de sus fincas, curiosamente la revista es española.

Hora azul en Cliffs of Moher

Hora azul en Cliffs of Moher [Canon 5D Mark II con Canon 50mm f1.8 mark II. Toma sacada a IS0100, f11 y 1,6 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Después de darle las gracias por las indicaciones les digo a mis dos compañeros de viaje que yo empiezo a caminar hacia el sitio. Tenía pinta de que me llevaría unos 20 minutos largos llegar hasta allí y el sol estaba cada vez más bajo. Tuve una breve oportunidad de pillar los últimos rayos de sol antes de que este se escondiese de forma definitiva debajo de unas nubes. Esperamos un buen rato, y hasta que comenzó la hora azul, seguimos confiando de que algún rayo de luz se colase entre las nubes y iluminase de naranja los acantilados, pero no hubo suerte.

Definitivamente no conseguimos lo que buscábamos en la zona de Clare, pero tampoco nos marchamos con las manos vacías. Al día siguiente, después de un infructuoso intento de volver a fotografiar un amanecer en la zona, pusimos camino a la región de Kerry, donde pasaríamos el resto del viaje.

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