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Islandia: Jökulsárlón

Durante nuestro viaje a Islandia de este verano pasado paramos dos veces en lo que probablemente sea uno de sus lugares más emblemáticos, el lago glaciar de Jökulsárlón. Fue nuestra primera noche ahí y, después de nuestra parada en Stokkness, volvimos hasta ahí para darle un segundo intento a ese mar de hielo.

Navegando entre Icebergs

Navegando entre Icebergs [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f11 y 1/125 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Como ya había comentado, nuestra primera parada en el viaje fue la playa de Breiðamerkursandur, que se encuentra a la salida de Jökulsárlón, y nos quedamos a dormir esa noche en la zona. La mañana siguiente amaneció con una intensa lluvia (mal parecía que empezaba el viaje), así que decidimos levantarnos algo más tarde. Para cuando ya desayunamos y salimos de la autocaravana, el lago de Jökulsárlón estaba cubierto de una intensa niebla que dio lugar a unas curiosas oportunidades fotográficas.

Fría mañana en Jökulsárlón

Fría mañana en Jökulsárlón [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f11 y 1/125 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Jökulsárlón es sin lugar a duda el lago Glaciar más famoso de todo Islandia, y puede casi que del mundo. Con una extensión de 18 kilómetros cuadrados, está situado en el parque natural de Skaftafell, al sur del glaciar Vatnajökull. El lago suele encontrarse casi siempre lleno de icebergs, desprendidos de la lengua glaciar Breiðamerkurjökull. La separación entre el mar y el Glaciar es ínfima, tanto que se teme que el mar en el futuro pueda convertirlo de lago a entrante. Dado que por ese resquicio pasa la única carretera que circula por el sur de Islandia, el gobierno Islandés tiene planes para evitar que dicha situación llegue a pasar.

Icebergs

Icebergs [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f11 y 1/125 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Después de una hora disfrutando composiciones abstractas, recogeríamos campamento y nos marcharíamos hasta la zona de Stokkness. Regresaríamos a la mañana del día siguiente, como teníamos un día cubierto y una mayor cantidad de icebergs, decimos para uno rato para apreciarlo.

Gris amanecer

Gris amanecer [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f13 y 1/10 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Ese rato pasó a ser una hora, dónde sacamos todo el armamento, trípode y cámara. De todas formas, casi el 90% de las fotos que hice durante esa sesión fueron con mi 70–200, una lente muy infravalorada en fotografía de paisaje pero que yo adoro.

Hielo

Hielo [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f13 y 1/4 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Volveríamos para dormir ahí la noche. Pero ya sería para hacer la puesta de sol en el vecino lago de Breiðárlón y después el amanecer en la playa de Breiðamerkursandur.

Tenía pendiente desde hace un par de meses narrar nuestras peripecias por el último condado que visitado en nuestro viaje a Irlanda, uno de los más famosos para los amantes del paisaje y la fotografía de naturaleza: Co Kerry.

Quedaban 3 días de viaje y nos volvimos a levantar por última vez al lado de los acantilados de Moher, intentando fotografiar de nuevo un amanecer en la zona. No hubo suerte, unas ligeras pinceladas de color y de vuelta la lluvia. Co Clare se despedía de nosotros como nos había recibido. Tocaba el momento de empezar nuestro camino a la península de Dingle, en el condado de Kerry.

Anochece en Dingle

Anochece en Dingle [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a IS0100, f13 y 0,3 seg. Trípode
y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Después de dejar las cosas en el hotel nos vamos a explorar la zona de Dunquin Pier, la idea era fotografiar ahí la puesta de sol. Como siempre nos liamos y nos lleva la exploración más tiempo del necesario, así que corriendo de vuelta para cenar en el primer restaurante que nos encontremos.

De regreso a Dunquin Pier tomamos varias fotos por el camino, apartándonos a un lado cada vez que pasaba un coche por la estrecha carretera. Durante la puesta de sol comienza el estrés, la foto inicial con el Dunquin Pier no me convence cuando el espectáculo de luces comienza, así que toca moverme por la zona, cada vez más atraído hacia las dos islas que se veían al fondo: Great Blasket y Irishtooskert (entre otras).

Fotografiando en Dunquin Pier

Fotografiando en Dunquin Pier. © Manel Galera Medina 2014.

Al día siguiente ya nos marcharíamos de la zona. La lluvia de nuevo nos estropearía el amanecer y como de esta vez sí que teníamos tiempo, exploramos un poco más la zona de Dingle para guardar en la mente posibles localizaciones en el futuro, después de todo, por una vez en este viaje, nos sobraba el tiempo.

Lluvioso día en Killorglin

Lluvioso día en Killorglin [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a IS0100, f13 y 1/125 seg. Trípode
y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Llegaríamos al mediodía a Killarglin, el pueblo donde habíamos reservado nuestro último bed & breakfast del viaje. Comemos por la zona y ponemos camino a Killarney, el pueblo más importante de lo que se conoce como el anillo de Kerry, una de las carreteras que cada esquina esconde una joya para la gente que le guste la naturaleza.

Últimas horas de luz en el Castillo de Ross

Últimas horas de luz en el Castillo de Ross [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a IS0100, f13 y 0,5 seg. Trípode
y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Nuestra entrada en Killarney no fue muy exitosa. Un grandioso atasco nos esperaba. Parecía que si la mitad de Irlanda estuviese ahí de vacaciones. Con un poco de paciencia conseguimos cruzar el pueblo y ponernos a explorar los alrededores del lago Leane. Como siempre, y en la dinámica ya curtida durante el viaje, estábamos oteando posibles localizaciones para fotografiar el amanecer al día siguiente.

Antes de cenar nos dirigimos al castillo de Ross, zona donde planeábamos hacer la puesta de sol y queríamos ver antes de cenar, para tener una idea de lo que nos podíamos esperar. Con la experiencia del atasco anterior, decidimos dejar el coche a la entrada del pueblo y acercarnos caminando hasta algún sitio a cenar. No queríamos volver a experimentar el atasco de hace unas horas.

El sol se esconde en el lago

El sol se esconde en el lago [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a IS0100, f13 y 0,3 seg. Trípode
y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Después de cenar llego el momento de fotografiar la puesta de sol. Una vez llegamos al lago y pudimos ver como estaban las cosas parecía que la puesta de sol podría prometer mucho. Curiosamente de esta vez no hubo muchas peleas por la localización, cada uno de nosotros se fue a una esquina diferente.

Tuvimos 3 momentos claramente diferenciados durante esta puesta de sol. De entrada, posicionado para pillar la fotografía de los últimos rayos naranjas del sol golpeando el castillo. Pensaba que eso no iba a ocurrir, dado que el tiempo pasaba y el castillo seguí bajo la sombra de las nubes, pero cuando rompió, aquello se convirtió en un naranja increíblemente saturado que ilumino completamente el viejo castillo medieval.

Estelas de Luz

Estelas de luz [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a IS0100, f13 y 0,6 seg. Trípode
y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Justo después de fotografiar el castillo, corriendo a otro lado del lago a empezar a fotografiar el espectáculo de luces de la puesta de sol y las nubes que había alrededor. Irlanda parecía que se quería despedir de nosotros por todo lo alto. Mientras unos recogían sus barcas de remos después de una jornada deportiva por el lago, nosotros fotografíabamos como locos los últimos rayos de sol.

Cascada de Torc

Cascada de Torc [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a IS0100, f13 y 1,3 seg. Trípode
y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Cuando la hora azul se hizo presente, tocó volver a mirar al castillo, ahora con las nubes azules de fondo y este iluminado artificialmente. Realmente esta era la única foto que tenía en mente cuando llegué ahí. Después de la sesión es probablemente la foto menos interesante de todas las que hice.

Al día siguiente el amanecer sería de lo más soso y realmente ni me he molestado a trabajar ninguna de las fotos que hice en esa sesión. Después, durante el día, nos dedicamos a recorrer diferente localizaciones del anillo de Kerry, evitando los momentos de intensa lluvia. La verdad es que es una zona que uno puede perderse simplemente haciendo fotos.

El atardecer no depararía mucho y al día siguiente tocó levantarse para ir a coger el avión a Dublin. Nuestro periplo irlandés había terminado… habrá que volver en el futuro.

Después de un buen amanecer en la región de Connemara y dar una vuelta por la zona para tomar nota para una futura visita empezamos a poner camino a la segunda localización que más ganas le teníamos después de la Calzada de los Gigantes, los acantilados de Moher.

Pero antes de llegar a la región de Clare en Irlanda, dónde se encuentran los acantilados, teníamos que hacer una última parada en la región de Galway, el castillo de Dunguaire. Nuestra visita fue breve, con una marea baja la verdad es que las posibilidades fotográficas de este bello castillo del siglo XVI se reducían.

El Castillo de Dunguaire

Castillo de Dunguaire [Canon 5D Mark II con Canon 70-200mm f4L IS. Toma sacada a IS0100, f13 y 1/30 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Ya habiendo comido por el camino, llegamos a nuestra base de operaciones para los dos próximos días, el pequeño pueblo de Lisdoonvarna, a 10 minutos en coche de los Cliffs de Moher. Como teníamos claro dónde íbamos hacer la puesta de sol, dedicamos parte de la tarde a ver si había alguna posibilidad de amanecer. Ya estábamos en una parte de la isla donde su costa no se prestaba mucho para salidas de sol, pero nosotros siempre lo intentamos igual. Encontramos una pequeña zona que no nos convencía mucho pero de lo que veíamos no había mucho más donde escoger.

Después de cenar llegamos al plato fuerte, nuestro primer contacto con los famosos acantilados de Moher (Cliffs of Moher), en irlandés denominados como Aillte an Mhothair, que literamente, según la Wikipedia, significa acantilados de la ruina. Son una impresionante pared vertical de hasta 214 metros de altura en su punto más alto. El nombre del Moher viene de una antigua fortaleza que se hizo sobre dichos acantilados (y yo que me estaba esperando alguna leyenda estilo la Calzada de los Gigantes…).

Nuestro primer día en la zona no dio para mucho, la puesta de sol fue sosa, por no decir inexistente. Había unas nubes densas en el horizonte, casi sin detalle, que nos dijeron que era de marcharse a casa cuando se convirtieron en intensa lluvia.

Cliffs of Moher

Cliffs of Moher [Canon 5D Mark II con Canon 70-200mm f4L IS. Toma sacada a IS0100, f11 y 1,6 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Al día siguiente de vuelta a nuestra rutina habitual, levantarnos temprano para hacer el amanecer. Bueno, más que hacer, intentarlo, al llegar al sitio no se veía nada en el horizonte y la lluvia intensa volvió hacer acto de presencia. Tocaba volver al hotel a dormir unas cuantas horas más. La vida del fotógrafo de naturaleza de vez en cuando es super estresante.

Después de un buen desayuno en el hotel donde estábamos durmiendo, nos disponemos a explorar un poco más la costa de la región de Clare (bueno, creo que este fue el día que antes hicimos una parada para comprar mermeladas caseras de la zona). Nuestra pequeña ruta nos llevó hasta el faro Loop Head, tal vez un pelín lejos de más.

Acantilados en Loop Head

Acantilados en Loop Head [Canon 5D Mark II con Canon 70-200mm f4L IS. Toma sacada a IS0100, f11 y 25 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Como la zona estaba nublada con una luz suave, nos dedicamos a fotografiar un poco los acantilados al lado del faro. No eran tan impresionantes como los de Moher, pero daban su juego. Y en este momento es cuando miro el reloj y me doy cuenta de que la habíamos liado de nuevo. Volvíamos a tener el tiempo justo para buscar un sitio donde cenar y regresar hasta los acantilados de Moher para hacer la puesta de sol.

Puesta de sol en Cliffs of Moher

Puesta de Sol en Cliffs of Moher [Canon 5D Mark II con Canon 17-40mm f4L. Toma sacada a IS0100, f13 y 1,6 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Cenando lo más rápido que pudimos, salimos corriendo hasta el aparcamiento de los Acantilados de Moher. La luz empezaba a prometer bastante y queríamos ver donde era el mejor sitio para hacer la foto. Camino hacia donde pensaba que era la mejor posición, un campesino de la zona se acerca hasta a mí y me empieza a comentar que él sabe donde es el mejor sitio para hacer la foto. Mientras caminamos hasta un mirador para indicarme bien donde es el lugar me enseña unas fotocopias de una revista donde hicieron una sesión fotográfica con una modelo en unas de sus fincas, curiosamente la revista es española.

Hora azul en Cliffs of Moher

Hora azul en Cliffs of Moher [Canon 5D Mark II con Canon 50mm f1.8 mark II. Toma sacada a IS0100, f11 y 1,6 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

Después de darle las gracias por las indicaciones les digo a mis dos compañeros de viaje que yo empiezo a caminar hacia el sitio. Tenía pinta de que me llevaría unos 20 minutos largos llegar hasta allí y el sol estaba cada vez más bajo. Tuve una breve oportunidad de pillar los últimos rayos de sol antes de que este se escondiese de forma definitiva debajo de unas nubes. Esperamos un buen rato, y hasta que comenzó la hora azul, seguimos confiando de que algún rayo de luz se colase entre las nubes y iluminase de naranja los acantilados, pero no hubo suerte.

Definitivamente no conseguimos lo que buscábamos en la zona de Clare, pero tampoco nos marchamos con las manos vacías. Al día siguiente, después de un infructuoso intento de volver a fotografiar un amanecer en la zona, pusimos camino a la región de Kerry, donde pasaríamos el resto del viaje.

Mi último día en fotográfico Escocia (estaría un día más, pero ya sería para conducir hasta el aeropuerto y pillar mi avión de vuelta) y, por desgracia, las cosas no parecían empezar bien. Eran las 3:00 a.m. de la mañana y una intensa lluvia presagiaban lo que al final pasó, ni una sola foto de amanecer.

Regresé temprano al hostal pensando «bueno, ¡Al menos tengo más tiempo para dormir!». Craso error, a las 8:00 a.m. alarma antincendios a toda caña, salir hasta fuera con el fresquillo que hacía para que después me comenten que se había disparado por error… Bueno, ya que estábamos despiertos, bien podíamos empezar la mañana con un ducha y desayunando en el hostal.

Glen Coe

Glen Coe.

Último día y últimas oportunidades, así que a pesar de las pocas horas de sueño, estoy bastante despejado para intentar aprovecharlas al máximo. Las nubes de lluvia de la noche anterior todavía no han roto del todo y me crean oportunidades fotográficas nada más salir del hostal. Paso unos minutos fotografiando una cascada y parecía que mi mala suerte del día anterior continuaba. Me era imposible aflojar la rótula para liberar la zapata del 70-200 del trípode. Después de mucho luchar y dejarme la piel, literalmente, decido que es hora de optar por una segunda estrategia, acercarme hasta una gasolinera.

Cascadas en Glen Coe

Cascadas Glen Coe.

En la gasolinera oportunamente tiene una gran selección de herramientas de ferretería. Termino comprando un pequeño juego de llaves (20 libras que me costó la broma) y la rótula se rinde a la primera (ahora mismo un accesorio extra que va conmigo en la mochila es una herramienta multiusos que incorpora unos alicates).

Nada, de regreso al valle, más fotografías entre millones y millones de turistas que también estaban visitando la zona (era sábado), más fotos, y el trípode sin dar señales de querer fallar de nuevo. Poco a poco iban pasando las horas y las nubes comenzaban a marcharse dejando lugar a un fuerte sol que ya indicaba que no era mala idea ir a comer.

Arco Iris en Loch Bà

Arco Iris en Loch Bà.

Para de nuevo en la gasolinera anterior, donde al lado había un remolque hamburguesería, y empiezo a tratar con la primera escocesa a la cual tengo dificultades para entender ¡y yo que pensaba que hasta ese momento era un mito!… Con un poco de gasolina más en el deposito y una comida caliente al estomago, para variar, me dirijo hasta el Castillo Stalker, con un sol del medio día cada vez más fuerte que hacen que mi visita al mismo sea más turística que otra cosa.

Puesta de Sol hacia Loch Etive

Puesta de sol hacia Loch Etive.

Se acercaba la hora de la puesta de sol y el momento de regresar hasta la zona Rannoch Moor, para ver si tenía la suerte que no tuve el día anterior. Pero por el camino, bueno, hay que desviarse un poco, vuelvo a recorrer Glen Etive, que había visto alguna cosita que podría resultar interesante. Alguna fotografía por aquí y por allá, y la hora de la puesta de sol se me echaba encima.

Ya me lo habían advertido anteriormente; Dado que la capa de tierra sobre la roca no es muy grande, si llueve muy continuamente es muy fácil que la tierra se vuelva pantanosa. Los alrededores de Loch Bà realmente estaban bastante difíciles de caminar si no ibas con unas buenas botas de pesca, lo cual obviamente no era mi caso. Después de enterrarme un par de veces llegué a una localización que prometía bastante, desde varios ángulos tenía bastante cosas que fotografiar y el cielo prometía cosas interesantes.

Puesta de Sol en Loch Bà

Puesta de Sol en Loch Bà.

Tuve un poco de todo, sol entre nubes rotas, algún arco iris pasajero de alguna lluvias despistada de la mañana que caía a estas horas, islas pequeñas iluminadas por el sol… Realmente, fue una despedida digna del viaje.

Puesta de Sol en Loch Bà

Puesta de Sol en Loch Bà.

Bastante contento de la puesta de sol regresé al hotel para empezar a preparar las cosas. A la mañana siguiente intenté fotografiar el amanecer, para encontrarme con una niebla de lo más densa, y realmente creo que perdí oportunidad de hacer fotos interesantes. No es que las circunstancias impidiesen hacer algo decente, es que yo no estaba funcionando. ¡Qué le íbamos hacer! Tocó volver al hostal, dormir algo más, y empezar el tetris de la maleta, pera intentar volver a encajar todas las cosas dentro de ella, lo cual siempre es más fácil cuando se hace en casa con todo bien doblado… Una vez terminado el desayuno, varias horas de conducción hasta Edimburgo, mientras repasaba en mi cabeza los buenos momentos vividos durante este viaje.

Mi despedida de la Isla de Skye no fue afortunada, volví a intentar de nuevo el amanecer en Heast, y de esta vez si que encuentro la zona que me había indicado Dave, pero la suerte no acompaña. El motivo principal de la fotografía, las Five Sisters están completamente tapadas por nubes, y la cosa no promete mucho, tanto que no vais a ver ninguna foto de ese amanecer.

Vuelta a la rutina (¿no estáis cansados de que os cuente lo mismo artículo tras artículo?), dormir otras cuatro horas, levantarme, y bajar a desayunar. Dave y Ann ya estaban allí para despedirse, que claro, como no podía ser de otra forma, nos llevó como 2 horas de charlas sobre fotografía, naturaleza y la vida en general. De paso, indicándome donde debería parar para intentar conseguir alguna foto de camino a Glen Coe, último destino de mi ruta antes de volver a Barcelona a la rutina diaria.

Por el camino fui parando en varios punto que me había indicado Dave, desde puntos de carácter histórico como Glen Shiel, donde ocurrió la última batalla entre escoceses y ingleses (con españoles por medio), pasando por puntos donde se podían hacer alguna que otra foto interesante, hasta terminar con alguna recomendación de donde parar a comer por el camino.

entre Skye y Glen Coe

Entre Skye y Glen Coe.

Después de unas horitas de coche, me aproximo a Glen Coe y la cosa ya empieza a prometer. Después de hacer checking en el albergue donde iba a dormir estos dos últimas noches, toco empezar a reconocer la zona.

Las montañas escocesas no son muy altas, al menos las de esta zona no pasaban de los 1000 y poco metros. Pero desde luego, teniendo en cuenta que te encuentras alrededor de ellas casi a nivel de mar, y salen casi como champiñones para arriba, la sensación de inmensidad es bastante grande. A parte de esto, que creo que ya lo comenté anteriormente, Glen Coe te lleva a esa imagen que puedes llegar a tener de Escocia, esos grandes terrenos verdes, sin muchos árboles y completamente salvajes.

Después de revisar la zona de Loch Bâ (que ya no se puede considerar Glen Coe dado que pertenece a la región de Rannoch Moor), donde tenía pensado hacer el amanecer el día siguiente, me dirigí a la ladera de Buachaille Etive Mòr. Esta es una de montaña que destaca sobre las de su alrededor por su forma piramidal, y ya de paso un oportuno río pasa a su lado con un bonita cascada con la que fotografiarlo.

Y aquí, al lado del rio Etive, tuve uno de esos momentos que le alegran la vida a cualquier fotógrafo de paisaje. La mejor posición para hacer la foto ya estaba ocupada por un señor mayor, con su trípode de madera, y su cámara Linhof Technika, la cual nunca había visto en funcionamiento. Mientras esperaba haciendo algunas fotos a su lado, pensando que el encuadre donde él estaba era ideal, me deleité viendo como trabajaba. Se ponía una sábana por encima mientras ajustaba la composición a través de su vidrio esmerilado (no sé si es esta exactamente la traducción de ground glass dentro del ámbito fotográfico), después media la luz con un medidor externo, ajustaba apertura y tiempo de exposición en la lente, cebaba el obturador, y metía una placa en la cámara lista para ser expuesta. Y en este punto se puso a esperar, igual que yo miraba como se movían a una velocidad increíble las nubes sobre la montaña, y impacientemente estaba esperando el momento en que todo se cuadrase, mientras espantaba midges de su cara. Mientras echaba pestes y juraba por la bajo, seguía comprobando con el medidor que la luz no hubiese cambiado mucho. Hablamos un rato y cuatro placas después se da por vencido. Las nubes no se quieren poner detrás de la montaña como a él le gusta y toca el momento re recoger los bártulos y marcharse a otro lado. Después de despedirnos, llegó mi momento de aprovechar el hueco donde él había puesto su trípode.

Etive River

Etive River.

El lugar elegido para la puesta de sol era Loch Etive, el sitio en sí no es que sea muy interesante, a no ser que tengamos una puesta de sol de estas espectaculares con explosión de color, y estaba claro que mi suerte de los días anteriores no había cambiado. Unas bonitas nubes grises continuas, sin nada de textura, y con una ligera lluvia. Aquí no había mucho que hacer así que decidí regresar para dormir tranquilamente y ver si mi último día traía mejores cosas. Pero la fortuna debía tener pena por mí, y en mi camino de vuelta al albergue me encuentro de bruces con una manada de ciervos.

Ciervo

Esquivo ciervo mirando de reojo a malvado fotógrafo.

Paro el coche, pillo cámara y 70–200, que era lo más largo que tenía, subo ISO y juego un rato haciéndoles algunas fotos a lo lejos. Más de recuerdo que otra cosa, por qué obviamente se nota que lo de fotografiar bichos no es lo mío, y estos en concreto no les hizo mucha gracia ser fotografiados, intentaban mantenerse todo el rato a una distancia que mi 70–200 no les pudiese hacer una buena fotografía. Pero me alegraron el, hasta el momento, aburrido atardecer.

Sí una cosa tenía clara al comenzar el año es que mi objetivo fotográfico y vacacional sería intentar ir a visitar a mi amigo Alejandro Blanco en Chile y ir con él, y otra gente, hasta la Patagonia a pasar unos cuantos días fotografiando paisajes increíbles.

Tengo que reconocer que el camino hasta aquí no ha sido fácil, hubo que negociar bastante en el trabajo para asgurar los días, y no estaba claro que el grupo de gente con el que tenía pensado ir podrían conseguir ya sea las vacaciones o el dinero para el viaje. Pero parece que al final todo está empezando a tomar buen rumbo y yo diría que las posibilidades de ir se han incrementado hasta el 95%.

Y ahora que Alejandro nos ha preparado un incréible tour, Andes Photo Travel – Patagonia (sólo dos vacantes disponibles, daros prisa si queréis apuntaros!!!), hay que ir sí o sí. En sus propias palabras:

Si buscas fotografiar paisajes mundialmente reconocidos por su espectacular belleza, aprovecha esta oportunidad única de viajar a la Patagonia en un viaje pensado exclusivamente para fotógrafos a un precio que difícilmente encontrarás con otras agencias o fotógrafos.

Yo ya estoy deseando que llegue diciembre, que pase este aburrido verano de trabajo, coger la mochila, trípode, y a pasarme pocas horas durmiendo mientras intento fotografiar (lo que espero que sean) increíbles amaneceres y anocheceres.

Más información: Andes Photo Travel – Patagonia 2013.

El día empezaba con otro madrugón a las 3 de la mañana, lavarse la cara para despejarse un poco, recoger las baterías que había dejando cargando, mochila a la espalda y para el coche. Siempre con la sensación de que llegas tarde, dado que ya te marchas con una claridad enorme, que podría considerarse casi de día en otros sitios.

El punto del amanecer me lo había indicado Dave el día anterior, un pequeño descansillo en la carretera bastante cerca de donde estaba el Bed & Breakfast. No había nada de viento, y eso significaba una cosa, ¡nubes de midges! A ponerse guantes, el puff tapando cuello y parte de la cabeza, y vigilando cada dos por tres de que los huecos con la piel al descubierto fuesen los mínimos posibles.

Amanece en Skye

Amanece en Skye. [Canon 5D Mark II con Canon 70-200f4L IS y polarizador Hoya. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 2,5 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Por suerte, entre tanto midge, el amanecer me regaló unos colores rosados muy bonitos. La localización no me estaba encantando del todo, pero era un buen comienzo del día. Una vez hechas las fotos, y habiendo conseguido ya suficientes picaduras nuevas, de vuelta al coche, de vuelta al Bed & Breakfast, y a dormir otras cuatro horas.

Me levanto a las 10:00, pongo las tarjetas de memoria a descargar a un disco duro externo, y mientras tanto bajo a desayunar… Un buen desayuno escocés era lo mejor para empezar la mañana, con su morcilla (que se deshacía en la boca), sus salchicha cuadrada, su pan frito, bacon y huevos revueltos. Realmente era mi comida más importante del día, el resto del tiempo me lo pasaba de un sitio a otro con el coche picando aquí y allá.

Después del desayuno, subo arriba, una ducha, recojo las cosas y bajo de nuevo, donde ya me estaba esperando Dave con los mapas extendidos sobre la mesa para sugerirme una nueva ruta fotográfica para ese día.

Una vez consigo parar de hablar de fotografía con Dave (creo que podríamos estar hablando todo el día), mi primera parada es en Sligachan, donde hay un puente antiguo (no muy interesante la verdad) y después si subimos por un sendero podemos llegar al lado de una bonita cascada.

Paro después en el pueblo más grande de toda la Isla de Skye, Portree, donde como un fish and chips (de vez en cuando hasta comía caliente). Continuo hasta Claigan Coral Beach. Llegué un poco tarde para el objetivo principal, cuando baja la marea se pueden ver pequeños fósiles entre la arena, pero yo llegué cuando la marea ya estaba subiendo. Aunque teniendo en cuenta lo despistado que soy, a lo mejor los fósiles estaban allí y yo no vi ninguno.

Isla de los Leones Marinos

La isla de los leones marinos. [Canon 5D Mark II con 50mm f1.8 y polarizador B+W. Toma sacada a f11 con un tiempo de exposición de 1/15 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Hasta ese momento el día había ido de mejor a peor. De las nubes rotas de la mañana pasamos a una capa de nubes sosas, casi sin textura y con llovizna constante. Yo confiaba que según se acercase la puesta de sol la cosa mejorase, pero no tenía pinta de ser así. Me quedaba acercarme hasta mi último punto, pero antes decidí que ya no aguantaba más, paré en la única tienda que encontré por el camino a comprar un repelente de midges. No estoy muy seguro de si funciona o no, a partir de ese momento no tuve ningún día en que no hiciese ninguna brisa ligera que impidiese que volasen.

Bien, se acercaba el anochecer y me esperaba un rato largo de conducción hasta el último punto del día, Neist Point, un faro de los más vistoso al lado de unas curiosas formaciones de roca basáltica.

Aquí fue donde cometí un gran error, en vez de sacar la cámara y ponerme hacer fotos como un loco, me dediqué a explorar un poco el lugar, encuentro una esquina muy chula desde donde hacer la foto, bajo después hasta el faro (por una cuesta de pendiente bastante empinada y larga), hasta llegar a otra zona también la mar de interesante para hacer la foto. Obviamente todo esto con la cámara en el maletero del coche… y ahí fue cuando vi error, empezó a llover a cántaros.

20 minutos para volver empapado hasta el coche. De camino me encuentro un chico que me pregunta si hay un faro por aquí, le indico el largo camino hasta él mientras yo me meto en mi coche con la esperanza de secarme un poco y espero a que la lluvia cese. Mientras espero, el chico de antes vuelve y me ofrece comida o bebida por si me aburría en el coche, le digo que no es necesario mientras sigue cayendo una fuerte lluvia. Un queda una hora para que anocheciese así que decido tentar más mi suerte.

Neist Point

Neist Point. [Canon 5D Mark II con Canon 17-40f4L y polarizador Hoya. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 30 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Mientras esperaba, veo que el chico más lo que supongo que era su novia sacan trípodes, cámaras, etc… y se disponen a bajar. 20 minutos después también estaba yo bajando diciendo que al menos algo fotografiaría… a pesar de la lluvia. Justamente cuando bajaba parece que la suerte me favorece y para de llover. Hablo un rato más con el chico mientras cada uno hacemos nuestras fotos. El tiempo pasa volando mientras estamos entretenidos y el faro se enciende. Tengo una foto que medianamente me gusta y empiezo la subida para hacer una foto desde arriba que había pensando antes que podría quedar bien. Pero empieza a caer el diluvio. Era hora de reconocer que el día había terminado y tocaba volver al Bed & Breakfast para secarse, entrar el calor, y ver si el amanecer del día siguiente podría ser interesante.

Al tercer día llegó el momento de empezar a testear la disciplina que usaría a partir de ahora casi todos los días del viaje, acostarme sobre las 0:00 y levantarme a las 3:00, iba a fotografiar mi primer amanecer en la zona del pequeño faro que había visto el día anterior.

El faro está al lado de un pueblo que se llama Rhue, nombre que como los de la mayoría de la zona proviene del gaélico, el nombre completo en gaélico es “RudhaCadail” que significa “la punta de la gente durmiente.” La leyenda dice que le fue dado ese nombre debido a que los marineros que naufragaban en la zona aparecían al día siguiente durmiendo en las rocas donde se encuentra el pequeño faro sin ningún daño aparente.

Las rocas de la gente durmiente

Las rocas de la gente durmiente. [Canon 5D Mark II con Canon 24mm TS-E Mark II y polarizador Heliopan. Toma sacada a f11 con un tiempo de exposición de 2,5 segundos a ISO100 (3 fotografías tomadas con la misma lente, desplanzando la lente verticalmente usando su función de shift ó descentrado). En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

La cosa no parecía que iba a tomar mucho color, por un lado por donde salía el sol había unas nubes bastantes densas, por otro, del lado que yo quería fotografiar no había ni una sola nube. Saqué la cámara probando diversos encuadres, jugando con el pequeño faro, o con las islas Hébridas que podía ver en esa zona de mar, denominada The Minch.

Pequeño faro de Rhue

El pequeño faro de Rhue. [Canon 5D Mark II con Canon 70-200f4L IS. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 0,8 segundos a ISO100 (14 fotografías unidas después por software para conformar una toma panorámica). En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Entre las 5:00–6:00 regresé al hotel, hora de volver a dormir unas 3 horas más. Mi intención era levantarme antes de que terminase el turno de desayuno que tenía incluido en el precio del hotel. Levantar me levanté, cogí el cartelito de “no molestar”, lo colgué de la puerta, y continué durmiendo. A las 11:00 me desperté, ducha, y sobre las 12:00 a buscar un sitio donde comer y desayunar a la vez, un brunch de esos que le llaman.

Poco después era momento de ponerse a conducir de nuevo… tenía varias opciones pero al final me decidí ir hasta la península de Stoer. De camino paré en el Castillo de Ardvreck, las condiciones de luz con un sol fuerte de media tarde no eran idóneas para hacer fotografía, pero al menos si daban para un rato de turismo al viejo estilo.

Picar algo por el camino y cuando llegué a la península de Stoer llegaba la hora de empezar a explorar con calma cada una de las carreteritas que tenía.

Una primera parada en el Stoer Head Lighthouse, donde cometí el error de no saber en ese momento que si seguía un pequeño camino me llevaría hasta el impresionante, según parece, Old Man of Stoer. Más carreteras, mirando el móvil para ver por donde se pondría el sol y la mejor opción de pillar algo de color en las rocas me llevaron al final a decidirme a quedarme por unos acantilados cerca del pueblo de Culkein.

Anochece en Culkein

Anochece en Culkein. [Canon 5D Mark II con Canon 24mm TS-E Mark II y polarizador Heliopan. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 0,4 segundos a ISO100 (3 fotografías tomadas con la misma lente, desplanzando la lente verticalmente usando su función de shift ó descentrado). En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

No estaba muy seguro si podía llegar hasta esa zona por donde me metí, tenía que cruzar lo que parecía una finca vallada de alguien donde había dejado un montón de material de ganadería al aire libre. Como tampoco había mucha gente por allí tiré para adelante (más adelante averiguaría que aunque hubiese alguien no habría problema, pero eso es otra historia). Aun quedaba un hora larga hasta que se pusiese el sol, así que aproveché para cenar, configurar mi cámara pequeña para su tercer timelapse (estos aún tengo que ver si merece la pena como quedaron) y mirar cada una de las esquinas para los mejores ángulos.

Después de la puesta de sol no tenía la sensación de haber conseguido una foto interesante, y aprovechando que había notado como entre la puesta de sol, el comienzo de la hora azul y la fin de la misma pasa un buen rato, decidí que intentar pillar el faro que había visto antes en la hora azul podría dar resultado.

Stoer Head Lighthouse

Stoer Head Lighthouse. [Canon 5D Mark II con Canon 70-200f4L IS. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 15 segundos a ISO100 (8 fotografías unidas después por software para conformar una toma panorámica). En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

40 minutos después ahí estaba yo al borde de otro acantilado, al lado del faro, y teniendo que hacer un paseo más de lo necesario al coche por qué fui tan listo que me olvidé en el la mitad de lo que me hacía falta (otros 10 minutos perdidos). Pero como podéis observar el resultado final creo que ha merecido la pena. Me quedaba una hora y media larga de conducción después de esa foto, y con varias horas de conducción para llegar hasta la Isla de Skye al día siguiente, ya sabía que no me iba a levantar esa noche para pillar otro amanecer.

El segundo día amaneció tranquilo, de todos los días que estuve por allí, este fue uno de los días que no intenté levantarme para capturar el amanecer. Básicamente tenía 4 horas de conducción hasta Ullapool, donde iba a dormir los próximos dos días, y no quería ir muy dormido al volante cuando aun estaba un poco verde con eso de conducir por la izquierda.

Sabía que la primera parte del camino iba a ser feo, básicamente iba ir por autopistas hasta Ullapool en la línea más recta posible. Pero cuanto más al norte me acercaba, las carreteras se estrechaban y las vistas eran cada vez más increíbles. A eso de las 13:00 de la tarde llegué hasta allí, donde me dijeron que hasta las 15:00 no podría dejar mis cosas en la habituación o ellos darme las llaves. Así que nada, tenía dos horas que matar.

Aproveché para dar un paseo por el pueblo (el más grande de todos los que iba estar en este viaje, y no tendría más de 100 casas). Probar el fish and chips de allí, que me habían comentado que era de los mejores de todo el Reino Unido, y la verdad es que las patatas no eran gran cosa, pero el pedazo de filete de pescado frito, no estaba nada mal (creo que estos días fueron los que más comí pescado en los últimos años). Y ya de paso me acerqué hasta una zona de costa donde había una pequeño faro/baliza que parecía interesante para un primer amanecer.

Vuelvo al hotel, me dan la llave de la habitación, dejo la maleta allí, bajo corriendo al coche a empezar a explorar la primera zona que tenía marcada. Tenía todavía bastantes horas hasta la puesta de sol, pero en esta zona iba bastante a ciegas en cuanto posibles localizaciones fotográficas, así que me esperaban varias horas de exploración.

Me dirigí hacia una zona que llaman Inverpolly, había visto varias fotos de la zona, y la verdad es que podría resultar interesante. Tenía marcadas varias carreteras secundarias que explorar y ahí fue donde empezó lo divertido.

En este tipo de carreteras ya me acostumbré a dos cosas que iban a ser constantes a lo largo del viaje. De entrada las pistas donde puede haber una foto interesante, bueno, la mayor parte de ellas, eran pistas de doble sentido donde solamente cogía un coche, aunque a cada pocos de cientos de metros ponían una zona donde podías esperar por si te venía gente de frente para dejarlos pasar (por cierto, todo el mundo sonriéndote y saludándote, la verdad es que te hacía sentir muy bienvenido…). La segunda era, Oh my god!!! It’s full of sheeps!!!, pues eso, ovejas por todas las partes, y que les gustaba mucho comer la hierba que había al lado de las carreteras.

Anochecer in Inverpolly

Anochecer en Inverpolly. [Canon 5D Mark II con Canon 24mm TS-E Mark II y polarizador Heliopan. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 1,3 segundos a ISO100 (3 fotografías tomadas con la misma lente, desplanzando la lente verticalmente usando su función de shift ó descentrado). En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Por estas pistas no se puede ir muy rápido, así que esa exploración ya me dio para toda la tarde. Había encontrado un pequeño loch que resultaba bastante interesante, tenía vistas a las cumbres de varias montañas impresionantes y unas preciosas nubes en ese momento encima. La cosa prometía pero como veis por estos ejemplos no pude hacer la foto que tenía en mente.

Seguí dando más vueltas, viendo otras posibles ubicaciones, dándome cuenta que por suerte tenía el coche lleno de fruta y demás cosas para comer, esa iba ser mi cena, regresar a Ullapool, único pueblo con restaurantes para cenar era más de una hora en coche, y era demasiado pérdida de tiempo. Estaba claro que mi dieta no iba a ser muy equilibrada esos días.

Al final, y con muchas dudas, regresé a ese pequeño loch para hacer pasar la puesta de sol. Tenía la sensación de que no era mi mejor opción para fotografiar la puesta de sol, pero no había encontrado nada mejor y el tiempo se echaba encima. Y ahí fue donde tuve mi primer contacto con ellos, los midges.

Anochecer in Inverpolly

Anochecer en Inverpolly. [Canon 5D Mark II con Canon 17-40f4L y polarizador Hoya. Toma sacada a f8 con un tiempo de exposición de 0,5 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Los midges son unos diminutos mosquitos, no pueden volar si hay una pequeña brisa, y si andas rápido no te dan rodeado, y digo rodeado en el sentido literal de la palabra. Si te quedas quieto, y no hace brisa, te localizan, una nube de mosquitos te rodea, y se ponen a buscar cualquier hueco para chuparte sangre y así poder usarla para después poner huevos (son las hembras las que pican). La primera media hora no hacía viento, mis reflejos que tenía en mente podían convertirse en realidad, pero tengo que confesar que me dediqué más tiempo a quitarme estos bichos de encima que hacer fotografías (a lo largo del viaje ya me acostumbré a su presencia y picaduras).

Poco después vino una brisa ligera, adiós midges, adiós reflejos. Las nubes que me habían encantado no se veían por ningún lado, y la calima que tapaba las montañas era más fuerte de lo que pensaba. Hasta que llegó la hora azul estuve dando vueltas por allí, haciendo alguna que otra foto, y después de regreso al hotel pensando que podría haber sido mejor… pero bueno, me quedaban 3 horas antes de levantarme de nuevo para intentar fotografiar mi primer amanecer.

David Noton es probablemente uno de los fotógrafos de paisaje más famosos de todo el Reino Unido, aunque últimamente también estoy observando de él un trabajo más próximo a lo que podemos entender como fotografía social. Ya había seguido su trabajo con anterioridad, ya sea a través de su página web o a través de otros libros.

En esta ocasión, en su último libro, Photography Essentials Full Frame: Landscape photography & photography techniques, nos muestra su último trabajo, probablemente no sea su mejor trabajo, pero desde luego es un proyecto que a cualquiera le gustaría poder realizar en su vida. David Noton ha escogido 10 lugares del mundo, a los cuales visitar con su mujer, y hacer un pequeño mini reportaje fotografía de cada uno de ellos. De Marruecos a Bali, de Sudáfrica a Laos, de Provence a Umbría,… cada continente es retratado con la selección de las mejores fotos de dicha aventura.

Acompañando a cada foto hay unas breves descripciones de que paso por su cabeza antes de tomarlas, durante, y como las post-procesó. No entre en detalle en ninguno de estos aspectos, pero es suficiente como para hacerse una idea de lo que involucró cada una de las fotos.

Un libro tanto para disfrutar leyendo como para perderse en las imágenes que nos muestra.

De la contraportada:

Learn the secrets of stunning landscape photography in breathtaking locations from one of the world’s best-know experts in the field.

Follow David Noton’s journey across a wide range of geographical locations – from the exotic to those closer to home – and sahre the challenges he experiences along the way.

High queality printing showcases Noton’s peerles photography techniques.

Exciting and informative text gives invaluable insight into producing your own images.

Features practical shooting advice and essential technical information.

Explains professional post-production techniques.

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