faro

Te vienes a pasar una semana en Menorca, un pequeño viaje fotográfico para conocer la isla. Todo un poco aleatorio sin saber las posibilidades fotográficas de la misma. Como el día anterior no nos dio mucho tiempo para explorar, no teníamos muy claro donde hacer el amanecer, así que decidimos ir hasta el Faro de Favàritx. El sol salía justamente delante de él, las fotos que habíamos visto prometían, así que parecía una apuesta segura.

Después de conducir desde Cala en Blanes hasta el faro. Una hora de conducción algo con nervios, veíamos un cielo roto que se podía poner muy interesante, empezamos a tomar la estrecha carretera que lleva hasta el faro. Antes de llegar al faro ya veíamos posibles fotos con la carretera, pero seguimos. Hasta que llegamos justamente donde se termina la carretera, allí había un lago que no nos queda muy claro, si se crea por lluvia o por mala mar. En el lago vemos el faro reflejado y unas nubes reflejadas en un agua tranquila. Nos ponemos nerviosos hasta para aparcar. Con las prisas me doy cuenta a mitad de camino que me había dejado el trípode en el coche, de vuelta a él.

Nos ponemos hacer fotos, empezamos a comentar, estas nubes rotas que tenemos detrás se van a poner fantásticas, pena que no estén más adelante, ahí vienen las nubes, se ponen rosas rabiosas con el faro en el medio para cerrar el encuadre.

Amanece en faro favàritx

Amanece en el Faro Favàritx [Sony A7r II (Amazon, eBay) con Sony 24-70 2.8 GM (Amazon, eBay). Foto sacada a ISO100, f11, 1/3 segundo de tiempo de exposición.] © David García Pérez 2018.

Es una sensación rara hacer la foto que sabes que probablemente será lo mejor que hagas en el viaje el primer día del mismo.

Solpor no Cabo Vilán

Estas navidades mientras estaba visitando a mi familia en Galicia, como suelo hacer siempre, me escapé alguna que otra tarde hacer alguna foto por la Costa da Morte, sin duda, mi zona favorita de toda la geografía gallega, seguida muy de cerca de la mariña lucense.

Aunque ya tenía buenas fotos de este sitio, por falta de imaginación, decidí acercarme hasta el Cabo Vilán, uno de los sitios más preciosos de dicha costa, algo estropeado por la piscifactoria horrible que hicieron a su lado. Sin lugar a dudas, lo más característico de dicho cabo es el enorme faro que está justo en medio del mismo y el principal motivo de esta foto.

El faro actual que se puede ver en la foto entró en funcionamiento el 15 de enero de 1896. Fue el primer faro eléctrico puesto en funcionamiento en España y estaba sustituyendo un antiguo faro de vapor que había estado funcionando desde el año 1854. Este faro con su potente haz de luz que alcanza unos 55 km de distancia está marcando uno de los puntos más peligrosos de la Costa da Morte.

Solpor no Cabo Vilán

Solpor no Cabo Vilán [Sony A7 II con Canon 17-40f4 L. Foto sacada a ISO100, f13, 8 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2016.

La foto no tiene mucha complicación en sí. Me acerqué a una de mis esquinas habituales (esta zona tiene bastantes lugares para mejorar el encuadre… pero iba bastante justo de tiempo), puse el trípode, la cámara con el portafiltros y un polarizador delante (me pasé un pelín de más con él para mi gusto) y un filtro ND para darle algo más de movimiento al agua. Raramente no había casi nubes por donde se ponía el sol, así que el faro tomó ese color rojizo hasta casi los últimos rayos de luz.

El faro del Fangar se encuentra a mitad de camino de una larga lengua de arena en el Delta del Ebro. Antiguamente me habían dicho que con un todo terreno -que no tengo- se podría haber ido en coche hasta él, pero desde hace unos años está prohibido, así que si quieres llegar hasta el faro te espera una larga caminata por la arena.

Esta foto realmente la hice por los pelos hace casi un año. Llegamos con tiempo de sobra a la zona donde puedes aparcar el coche. Empezamos a andar y cuando ya nos encontramos las primeras dunas de arena nos paramos hacer fotos. A lo lejos se veía el faro y parecía cerca… error… Nuestra idea era fotografiarlo en la puesta de sol, pero subestimamos mucho el esfuerzo de caminar sobre la arena hasta allí… de tal forma que para cuando llegamos, el sol ya se había puesto.

De todas formas no me rendí, me gustaban las caprichosas formas de la arena que el viento había creado alrededor del faro. El cielo tenía algo de color y las nubes se movían rápidamente. Esta foto que veis aquí es la que más me gusta de las muchas que saqué esperando sacar algo productivo. Era la que tenía en mente revelar, por que me gustaba que la punta del faro estuviese al lado del hueco en las nubes. Todas las otras que hice no funcionan tan bien como esta.

Far del Fangar

Far del Fangar [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. HDR de 2 fotos sacadas a IS0100, f13 y 1/4 y 0,5 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2013.

La foto en sí en un HDR y me costó montarlo un poco, dado que el trípode se me debió mover entre toma y toma… menos mal que los softwares de hoy en día son bastante eficaces con estas cosas.

Nuestro periplo por Irlanda del Norte terminó en el maravilloso amanecer descrito en el anterior artículo. Tocaba cambiar de lugar y movernos hacia la comarca de Galway, iba a ser nuestro desplazamiento más largo del viaje, y aún por encima lo complicamos más.

Nuestra idea inicial era parar en unas tres zonas antes de llegar a la región de Connemara, que era dónde íbamos a pasar la noche. Cuando preparamos la ruta del viaje, en casita tan tranquilos, teníamos tiempo de sobra para todo. Pero ya el día anterior, empecé a jugar un poco con cálculos de tiempo del GPS y le comenté a mis compañeros que las cuentas no me estaba cuadrando.

De todas formas, después de fotografiar el amanecer, dormir unas horas, y desayunar, empezamos hacer kilómetros hasta nuestra primera localización, el faro de Fanad, todavía en el norte de la isla, y la verdad, para nada en camino de a donde queríamos ir por la tarde.

La verdad es que parecía que el tiempo jugaba de nuestra parte, cuando montábamos en el coche empezaba a llover, y cuando salíamos, paraba. Desde que salimos del hotel hasta el faro nos llovió constantemente, incluso durante momentos que era para parar el coche al lado de la carretera y esperar a que parase. Pero nada más llegar al faro el sol apareció tímidamente detrás de las nubes y la lluvia paró.

Fanad Lighthouse

Fanad Lighthouse [Canon 5D Mark II con Canon 50mm f1.8 mark II. Toma sacada a IS0100, f11 y 1/80 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

La zona del faro la tienen bastante vallada con carteles que indican claramente que no es posible pasar. Lo cual deja las posibilidades de encuadre un pelín limitadas. Exceptuando para nuestro intrépido Alex, que a costa de volver con sus posaderas completamente mojadas, consiguió llegar a un punto que daba un pelín más de juego.

Después de esta tranquila sesión fotográfica fue cuando nuestros temores se confirmaron, íbamos más que justos de tiempo para llegar al hotel, conseguir que nos diesen algo de cenar, y de paso explorar la zona para un posible amanecer el día siguiente y, si cuadraba, hacer unas cuantas fotos de atardecer. Así que todos de vuelta al coche y a ponerse hacer kilómetros, con calma pero sin pausa.

Llegamos con el tiempo justo al hotel, dejamos las cosa y parecía que la suerte nos acompañaba, dado que había un restaurante de comida rápida al lado (todavía estábamos con la impresión de Irlanda del Norte, dónde la densidad de restaurantes por kilómetro cuadrado es más baja que en Irlanda). Un par de cosillas al estómago y a ponernos a explorar las diferentes localizaciones.

El tiempo al anochecer no nos acompañaba para hacer las fotos. Las nubes de lluvia nos habían seguido hasta este sitio, así que simplemente después de mirar varias zonas decidimos una esquina concreta para fotografiar al día siguiente.

Twelfe Bens

Twelfe Bens [Canon 5D Mark II con Canon 17-40mm f4L. Toma sacada a IS0100, f11 y 0,3 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

No teníamos mucha esperanza para el amanecer, temíamos unas intensas nubes de lluvia, que aunque no lloviese, tapasen por dónde salía el sol y no nos dejasen hacer la foto buscada. Lo que sí no nos esperábamos era salir y no ver ni una sola nube en el cielo. Ahora nuestros temores eran los contrarios, nos iba a quedar un cielo un pelín soso !Si es que nunca llueve a gusto de un fotógrafo de naturaleza!

Llegamos a la zona que habíamos escogido, y después de distribuirnos un poco por que salíamos en los encuadres del uno al otro, empezamos a jugar con composiciones distintas usando unas estelas de avión que empezaban a pillar el color del amanecer. La suerte que tuvimos es que en el momento más oportuno, los montañas conocidas por Twelfe Bens ó Twelve Pines tenían unas simpáticas nubes encima, junto con un lago que a ratos hacían que estas se reflejasen en él.

También en ese momento tuve un problema. Debió aumentar la humedad y el polarizador se me empañó completamente. No hubo forma de hacer que se desempañase, tanto que la solución fue dejarlo en la mochila y rezar a que la lente no hiciese lo mismo.

Este día decidimos cambiar un poco la rutina habitual que teníamos. En vez de ir a dormir unas horas antes de volver a recorrer un poco más la zona por la mañana, decidimos acercarnos a la Abadía de Kylemore, que estaba a unos 20 minutos y le quedaba como una hora para seguir estado a la sombra de una ladera. Dado que no había muchas nubes en el cielo ahora era el momento de hacer la foto o dejarla para nuestro próximo viaje a Irlanda.

Kylemore Abbey

Kylemore Abbey [Canon 5D Mark II con Canon 50mm f1.8 mark II. Toma sacada a IS0100, f11 y 1/30 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

La abadía pasó a lo largo de su historia de las manos de tres grupos de personas. Construida como un castillo personal por un medico londinense en el siglo XIX, fue después vendida a los duques de Manchester, los cuales, por problemas de deudas de juego, la pondrían a la venta, siendo esta comprada por una grupo de monjas que escapan de Bélgica durante la primera guerra mundial, a principios del siglo pasado. Desde ese momento hasta ahora sigue en posesión de las monjas, junto con los extensos terrenos alrededor de ella.

Después de recoger las cosas y dar otra pequeña vuelta por la zona, tocó poner camino a uno de los platos fuertes de nuestro viaje. Camino a los acantilados más famosos de toda Irlanda.

El día empezaba con otro madrugón a las 3 de la mañana, lavarse la cara para despejarse un poco, recoger las baterías que había dejando cargando, mochila a la espalda y para el coche. Siempre con la sensación de que llegas tarde, dado que ya te marchas con una claridad enorme, que podría considerarse casi de día en otros sitios.

El punto del amanecer me lo había indicado Dave el día anterior, un pequeño descansillo en la carretera bastante cerca de donde estaba el Bed & Breakfast. No había nada de viento, y eso significaba una cosa, ¡nubes de midges! A ponerse guantes, el puff tapando cuello y parte de la cabeza, y vigilando cada dos por tres de que los huecos con la piel al descubierto fuesen los mínimos posibles.

Amanece en Skye

Amanece en Skye. [Canon 5D Mark II con Canon 70-200f4L IS y polarizador Hoya. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 2,5 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Por suerte, entre tanto midge, el amanecer me regaló unos colores rosados muy bonitos. La localización no me estaba encantando del todo, pero era un buen comienzo del día. Una vez hechas las fotos, y habiendo conseguido ya suficientes picaduras nuevas, de vuelta al coche, de vuelta al Bed & Breakfast, y a dormir otras cuatro horas.

Me levanto a las 10:00, pongo las tarjetas de memoria a descargar a un disco duro externo, y mientras tanto bajo a desayunar… Un buen desayuno escocés era lo mejor para empezar la mañana, con su morcilla (que se deshacía en la boca), sus salchicha cuadrada, su pan frito, bacon y huevos revueltos. Realmente era mi comida más importante del día, el resto del tiempo me lo pasaba de un sitio a otro con el coche picando aquí y allá.

Después del desayuno, subo arriba, una ducha, recojo las cosas y bajo de nuevo, donde ya me estaba esperando Dave con los mapas extendidos sobre la mesa para sugerirme una nueva ruta fotográfica para ese día.

Una vez consigo parar de hablar de fotografía con Dave (creo que podríamos estar hablando todo el día), mi primera parada es en Sligachan, donde hay un puente antiguo (no muy interesante la verdad) y después si subimos por un sendero podemos llegar al lado de una bonita cascada.

Paro después en el pueblo más grande de toda la Isla de Skye, Portree, donde como un fish and chips (de vez en cuando hasta comía caliente). Continuo hasta Claigan Coral Beach. Llegué un poco tarde para el objetivo principal, cuando baja la marea se pueden ver pequeños fósiles entre la arena, pero yo llegué cuando la marea ya estaba subiendo. Aunque teniendo en cuenta lo despistado que soy, a lo mejor los fósiles estaban allí y yo no vi ninguno.

Isla de los Leones Marinos

La isla de los leones marinos. [Canon 5D Mark II con 50mm f1.8 y polarizador B+W. Toma sacada a f11 con un tiempo de exposición de 1/15 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Hasta ese momento el día había ido de mejor a peor. De las nubes rotas de la mañana pasamos a una capa de nubes sosas, casi sin textura y con llovizna constante. Yo confiaba que según se acercase la puesta de sol la cosa mejorase, pero no tenía pinta de ser así. Me quedaba acercarme hasta mi último punto, pero antes decidí que ya no aguantaba más, paré en la única tienda que encontré por el camino a comprar un repelente de midges. No estoy muy seguro de si funciona o no, a partir de ese momento no tuve ningún día en que no hiciese ninguna brisa ligera que impidiese que volasen.

Bien, se acercaba el anochecer y me esperaba un rato largo de conducción hasta el último punto del día, Neist Point, un faro de los más vistoso al lado de unas curiosas formaciones de roca basáltica.

Aquí fue donde cometí un gran error, en vez de sacar la cámara y ponerme hacer fotos como un loco, me dediqué a explorar un poco el lugar, encuentro una esquina muy chula desde donde hacer la foto, bajo después hasta el faro (por una cuesta de pendiente bastante empinada y larga), hasta llegar a otra zona también la mar de interesante para hacer la foto. Obviamente todo esto con la cámara en el maletero del coche… y ahí fue cuando vi error, empezó a llover a cántaros.

20 minutos para volver empapado hasta el coche. De camino me encuentro un chico que me pregunta si hay un faro por aquí, le indico el largo camino hasta él mientras yo me meto en mi coche con la esperanza de secarme un poco y espero a que la lluvia cese. Mientras espero, el chico de antes vuelve y me ofrece comida o bebida por si me aburría en el coche, le digo que no es necesario mientras sigue cayendo una fuerte lluvia. Un queda una hora para que anocheciese así que decido tentar más mi suerte.

Neist Point

Neist Point. [Canon 5D Mark II con Canon 17-40f4L y polarizador Hoya. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 30 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Mientras esperaba, veo que el chico más lo que supongo que era su novia sacan trípodes, cámaras, etc… y se disponen a bajar. 20 minutos después también estaba yo bajando diciendo que al menos algo fotografiaría… a pesar de la lluvia. Justamente cuando bajaba parece que la suerte me favorece y para de llover. Hablo un rato más con el chico mientras cada uno hacemos nuestras fotos. El tiempo pasa volando mientras estamos entretenidos y el faro se enciende. Tengo una foto que medianamente me gusta y empiezo la subida para hacer una foto desde arriba que había pensando antes que podría quedar bien. Pero empieza a caer el diluvio. Era hora de reconocer que el día había terminado y tocaba volver al Bed & Breakfast para secarse, entrar el calor, y ver si el amanecer del día siguiente podría ser interesante.

Al tercer día llegó el momento de empezar a testear la disciplina que usaría a partir de ahora casi todos los días del viaje, acostarme sobre las 0:00 y levantarme a las 3:00, iba a fotografiar mi primer amanecer en la zona del pequeño faro que había visto el día anterior.

El faro está al lado de un pueblo que se llama Rhue, nombre que como los de la mayoría de la zona proviene del gaélico, el nombre completo en gaélico es “RudhaCadail” que significa “la punta de la gente durmiente.” La leyenda dice que le fue dado ese nombre debido a que los marineros que naufragaban en la zona aparecían al día siguiente durmiendo en las rocas donde se encuentra el pequeño faro sin ningún daño aparente.

Las rocas de la gente durmiente

Las rocas de la gente durmiente. [Canon 5D Mark II con Canon 24mm TS-E Mark II y polarizador Heliopan. Toma sacada a f11 con un tiempo de exposición de 2,5 segundos a ISO100 (3 fotografías tomadas con la misma lente, desplanzando la lente verticalmente usando su función de shift ó descentrado). En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

La cosa no parecía que iba a tomar mucho color, por un lado por donde salía el sol había unas nubes bastantes densas, por otro, del lado que yo quería fotografiar no había ni una sola nube. Saqué la cámara probando diversos encuadres, jugando con el pequeño faro, o con las islas Hébridas que podía ver en esa zona de mar, denominada The Minch.

Pequeño faro de Rhue

El pequeño faro de Rhue. [Canon 5D Mark II con Canon 70-200f4L IS. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 0,8 segundos a ISO100 (14 fotografías unidas después por software para conformar una toma panorámica). En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Entre las 5:00–6:00 regresé al hotel, hora de volver a dormir unas 3 horas más. Mi intención era levantarme antes de que terminase el turno de desayuno que tenía incluido en el precio del hotel. Levantar me levanté, cogí el cartelito de “no molestar”, lo colgué de la puerta, y continué durmiendo. A las 11:00 me desperté, ducha, y sobre las 12:00 a buscar un sitio donde comer y desayunar a la vez, un brunch de esos que le llaman.

Poco después era momento de ponerse a conducir de nuevo… tenía varias opciones pero al final me decidí ir hasta la península de Stoer. De camino paré en el Castillo de Ardvreck, las condiciones de luz con un sol fuerte de media tarde no eran idóneas para hacer fotografía, pero al menos si daban para un rato de turismo al viejo estilo.

Picar algo por el camino y cuando llegué a la península de Stoer llegaba la hora de empezar a explorar con calma cada una de las carreteritas que tenía.

Una primera parada en el Stoer Head Lighthouse, donde cometí el error de no saber en ese momento que si seguía un pequeño camino me llevaría hasta el impresionante, según parece, Old Man of Stoer. Más carreteras, mirando el móvil para ver por donde se pondría el sol y la mejor opción de pillar algo de color en las rocas me llevaron al final a decidirme a quedarme por unos acantilados cerca del pueblo de Culkein.

Anochece en Culkein

Anochece en Culkein. [Canon 5D Mark II con Canon 24mm TS-E Mark II y polarizador Heliopan. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 0,4 segundos a ISO100 (3 fotografías tomadas con la misma lente, desplanzando la lente verticalmente usando su función de shift ó descentrado). En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

No estaba muy seguro si podía llegar hasta esa zona por donde me metí, tenía que cruzar lo que parecía una finca vallada de alguien donde había dejado un montón de material de ganadería al aire libre. Como tampoco había mucha gente por allí tiré para adelante (más adelante averiguaría que aunque hubiese alguien no habría problema, pero eso es otra historia). Aun quedaba un hora larga hasta que se pusiese el sol, así que aproveché para cenar, configurar mi cámara pequeña para su tercer timelapse (estos aún tengo que ver si merece la pena como quedaron) y mirar cada una de las esquinas para los mejores ángulos.

Después de la puesta de sol no tenía la sensación de haber conseguido una foto interesante, y aprovechando que había notado como entre la puesta de sol, el comienzo de la hora azul y la fin de la misma pasa un buen rato, decidí que intentar pillar el faro que había visto antes en la hora azul podría dar resultado.

Stoer Head Lighthouse

Stoer Head Lighthouse. [Canon 5D Mark II con Canon 70-200f4L IS. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 15 segundos a ISO100 (8 fotografías unidas después por software para conformar una toma panorámica). En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

40 minutos después ahí estaba yo al borde de otro acantilado, al lado del faro, y teniendo que hacer un paseo más de lo necesario al coche por qué fui tan listo que me olvidé en el la mitad de lo que me hacía falta (otros 10 minutos perdidos). Pero como podéis observar el resultado final creo que ha merecido la pena. Me quedaba una hora y media larga de conducción después de esa foto, y con varias horas de conducción para llegar hasta la Isla de Skye al día siguiente, ya sabía que no me iba a levantar esa noche para pillar otro amanecer.

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