Si hay una persona que sigo ciegamente en cuanto a recomendaciones de como es mejor sacar una fotografía digital, como es más optimo revelarla, o imprimirla es Jeff Schewe. Un fotógrafo de Estados Unidos que suele colaborar con Adobe a la hora de testear sus productos, y con Epson para probar sus últimas impresoras. Una persona bastante metódica que se preocupa siempre de hacer una gran colección de pruebas para determinar las formas más óptimas para realizar cualquier tarea relacionada con la fotografía.

La Pirámide

La pirámide [Cámara: Canon 5D Mark II. Lente: Canon 17-40f4L. Exposición: ISO100, f16 y 0,5 seg. Toma sacada con trípode, disparador remoto, y espejo levantado.]. © David García Pérez 2012.

Basándome en lo que cuenta en diversos libros y vídeo tutoriales escribí el artículo: Modo de impresión en Adobe Lightroom: paso a paso, dónde en un párrafo detallaba lo siguiente:

Sí dicha resolución es superior a 180 ppp e inferior a 720 ppp para impresoras Epson o 600 ppp para impresoras HP y Canon podemos dejar la la casilla sin marcar, no nos va a mejorar la imagen, la impresora es capaz de hacer un excelente resultado (esta es una recomendación que le escuché a Jeff Schewe en diversos cursos sobre impresión actuales, la teoría era distinta hace un par de años atrás, y puede que cambie en el futuro, así que tomarlo con cuidado esta frase). En caso de que la resolución sea inferior a 180 ppp subirla hasta 360 ppp para impresoras Epson y a 300 ppp para impresoras HP y Canon. En caso de que sea superior (hoy en día con algunos sensores que llegan a los 80 megapixeles se puede dar el caso), bajarla a 720 ppp para impresoras Epson y 600 ppp para impresoras HP y Canon. Bueno, creo que no lo he liado demasiado.

Releyendo el párrafo creo que si lo he líado demasiado. Bueno, el asunto es que ahora el autor recomienda otro flujo un pelín diferente. En su artículo The Right Resolution, Schewe indica que si Lightroom pone que la resolución de la foto para un determinado tamaño en un papel determinado es inferior a 360 ppp para impresoras Epson ó 300 ppp para impresoras Canon (no ha hecho pruebas en impresoras HP), para obtener resultados óptimos, debemos subir la “resolución de impresión” a 360 ppp para Epson y 300 ppp para Canon. Lo divertido empieza cuando la resolución es superior a 360 ppp ó 300 ppp dependiendo de la marca de la impresora. En ese caso, lo recomendable es ajustar la resolución de impresión a 720 ppp para Epson y 600 para Canon. También recomienda desactivar el modo de “Alta velocidad” del driver para este tipo de impresión, y en el caso particular de Epson, en los “Ajustes de Impresión” seleccionar la opción de “Detalles finos” si nuestro modelo de impresora lo permite.

Tal y como dice el autor, las ganancias de calidad de impresión son pequeñas pero visibles a simple vista, y dado que están al alcance de unos simples clicks de ratón no hay motivo para no usarlas.

Schewe no sabe a ciencia cierta a que se debe esto, pero sus sospechas es que al no mandar la imagen en la resolución que la impresora está esperando, es el propio módulo de impresión de Mac OS X ó Windows los encargados de hacer el reescalado de la imagen a lo que espera la impresora. Sin embargo, si le decimos a Lightroom que haga dicho reescalado, usará algoritmos más óptimos para el tratamiento de imágenes. Schewe muestra diversas capturas en su artículo donde se pueden apreciar claramente las ventajas.

El fotógrafo Iñaki Relanzón presenta su nueva serie Making OfF, en la que nos mostrará algunas de las técnicas fotográficas más espectaculares para fotografiar los paisajes, la flora y la fauna de nuestro planeta.

Los vídeos serán publicados en el canal de Youtube: Iñaki Relanzón – Wildlife Photographer. En Fotonatura podéis leer una entrevista a Iñaki sobre este tema.

Tal vez una de las características que menos le prestamos atención, en particular si no hacemos fotografía macro, es la distancia mínima de enfoque de una lente. Por lo normal todas las lentes que tenemos en nuestra mochila serán capaces de enfocar a una distancia “infinita”, cuyo valor real variará de lente en lente. Pero al mismo tiempo tienen una distancia mínima de enfoque, a partir de la cual la lente es capaz de enfocar un objeto. Algo más cerca de esta distancia, saldrá borroso sí o sí, dado que la óptica no es capaz de enfocarlo

Distancia mínima de enfoque en el Tamron 90mm macro

La distancia mínima de enfoque en este objetivo Tamron 90mm Macro es de 0,29m.

Y sobretodo, desde el punto de vista de fotografía macro, es muy importante saber que esta distancia se mide a partir del sensor/película de nuestra cámara. En el ejemplo que podéis ver encima de este texto, la distancia mínima de enfoque es de 29 cm, lo cual nos permite acercar bastante la cámara al objeto que estamos fotografiando.

Diagrama de distancia mínima de enfoque

La distancia mínima de enfoque se mide desde el plano del sensor, tal y como se indica en este esquema gráfico.

Para poder saber a que altura está nuestro sensor en nuestras cámaras, estas suelen incorporar una marca indicando el plano del mismo. A partir de ella es desde donde tendríamos que medir para saber si el objeto que tenemos delante se puede enfocar o no.

Marca indicando la posición del plano del sensor dentro de la cámara

Marca indicando donde se encuentra el plano del sensor a partir del cual se mide la distancia mínima de enfoque en una cámara.

En la vida práctica, uno simplemente se va echando hacia atrás hasta que empieza a ver el punto que desea enfocado a través del visor ó pantalla de la cámara.

Mi amigo JuanLu me comentó que probablemente me gustaría la página web ISO1200 donde se dedican a publicar diversos vídeos sobre fotografía, ya sea desde pequeños tutoriales, capturas de sesiones de moda, o reportajes sobre algún fotógrafo. Y precisamente a través de estos últimos fue como descubrí a Nick Brandt, y su trabajo reciente: On This Earth, A Shadow Falls.

Esta colección de fotos presenta un trabajo de varios años viajando a Africa para fotografiar los animales en su hábitat natural. El artista muestra estas fotos como testamento de una riqueza animal que con el paso del tiempo puede desaparecer, como un testimonio de lo que deberíamos aspirar a conservar.

Pero no penséis que dichas fotografías son las tradicionales de fauna en acción que vemos una y otra vez, realmente viendo las fotos de Nick Brandt se ven los animales con carácter, muy expresivos, invitando al espectador a tomarse tiempo mirando cada foto. Aquí tenéis un pequeño vídeo donde el autor habla de su trabajo.

No estoy interesado en crear obras que son simplemente un documentario o llenas de acción y drama, las cuales han sido la norma en la fotografía de animales salvajes. Lo que estoy interesado es en mostrar los animales simplemente como son. Tal y como son antes de que no lo sean. Antes, en libertad al menos, dejen de existir. Este mundo esta terriblemente amenazado, y todo por nuestra culpa. Para mí, cada criatura, humana o no humana, tiene igual derecho de vivir, y este sentimiento, esta creencia de que cada animal y yo somos iguales, me afecta cada vez que encuadro un animal con mi cámara. Las fotografías son mi elegía a esas preciosas criaturas, a este increíblemente maravilloso mundo que está desapareciendo de forma continua y trágica delante de nuestros ojos.

Después de ver el vídeo tengo que confesar que me quedé enamorado de esta imagen. En Les Photographers podéis encontrar una entrevista del autor.

Como fotógrafos ya seamos aficionados o profesionales siempre nos gusta enseñar a la gente nuestras mejores imágenes, por qué después de todo, ¿para que hacemos las fotos sino? Y desde la introducción por parte de Apple del iPads se ha convertido en un dispositivo bastante versátil para realizar dicha tarea. En un dispositivo de tamaño reducido y con una gran pantalla podemos ir mostrando nuestras fotos a amigos o clientes de forma sencilla y rápida. Ahora bien, ¿Cuál es la mejor forma de exportar nuestras fotos de Lightroom de forma óptima en cuanto a calidad y lo más automáticamente posible?

Abriéndose

Abriéndose… [Cámara: Canon 5D Mark II. Lente: Tamron 90mm f2.8 macro. Exposición: ISO800, f7,1 y 1/160 seg. Toma sacada con trípode, disparador remoto, y espejo levantado.]. © David García Pérez 2012.

Nuestra primera parada es en Lightroom, en el modulo de “Librería”, en la barra de herramientas vertical de la izquierda, abajo de todo, tenemos unas utilidades conocidas como “Servicios de Publicación.”

Servicios de publicación de Lightroom

Si pulsamos sobre el botón “+” podemos añadir un nuevo servicio de publicación, en este caso será del tipo “Disco Duro” y lo configuramos de la siguiente forma:

Configurando un servicio de publicación en Lightroom
  • Descripción – Simplemente ponemos un nombre para poder identificarlo, en mi caso es simple y llanamente iPad.
  • Ubicación de exportación – En este caso simplemente estoy eligiendo una carpeta en el escritorio de mi ordenador.
  • Nombre de archivos – Lo dejo tal cual está, aunque podéis renombrarlos como deseéis, no es que sea muy relevante.
  • Vídeo – Selecciono no incluir ningún vídeo en esta exportación, principalmente por qué no suelo almacenar vídeos en Lightroom.
  • Ajustes de archivo – Aquí empezamos con lo interesante. De entrada obviamente el Formato de Imagen es JPEG, el Espacio de color tiene que ser sRGB, cualquier otro espacio de color hará que los colores representados en el iPad puedan ser muy distintos de los que vemos en Lightroom. La Calidad personalmente lo dejo en 80, me está dando bastantes buenos resultados sin crear un tamaño de fichero excesivo.
  • Cambiar tamaño de imagen – Siguiente parámetro interesante para configurar, y este dependerá de si tenemos un iPad original, un iPad 2, o un iPad de tercera generación. Para los dos primeros, como es mi caso particular, suelo reescalar las imágenes para que el borde corto sea de un tamaño de 1536 píxeles. Esto es el doble de resolución que tiene el borde corto de la pantalla de esos iPads, de esta forma, siempre podremos hacer un poco de zoom en la imagen cuando la mostramos, pero tampoco tendremos un fichero de tamaño increíblemente excesivo. Para los iPads de tercera generación, dado que han duplicado la resolución de la pantalla con respecto a modelos anteriores, pues ponemos el borde corto a 3072 píxeles. La Resolución la ignoramos, el tamaño que pongamos ahí no afectará para nada al resultado.
  • Enfoque de salida – En este caso seleccionamos un enfoque para Pantalla, y le ponemos como Cantidad alto, de esta forma los detalles de nuestras imágenes tendrán un aspecto magnífico en nuestros tabletas.
  • Metadatos – Esto a gusto del consumidor, en mi caso, por ningún motivo particular, simplemente exporto el copyright y mi información de contacto en la foto.
  • Marcas de agua – Yo particularmente no suelo poner ninguna.

Ya tenemos listo nuestro nuevo módulo de exportación de fotos, ahora solamente nos queda arrastrar las fotos que queramos publicar al mismo:

Añadiendo fotos al nuevo servicio de publicación

Una vez ahí, simplemente pulsamos el botón publicar y Lightroom automáticamente comenzará a exportar las imágenes a la carpeta que configuramos anterioremente.

Fotos listas para ser publicadas del Lightroom al iPad

Según vamos “publicando” fotos a dicha carpeta vemos que Lightroom las empieza a separar en publicadas y no publicadas, de esta forma sabemos perfectamente lo que no está publicado y lo que sí, al mismo tiempo que Lightroom evitará que exportemos duplicados. Si queremos eliminar una foto de las publicadas, la arrastramos de vuelta a las no publicadas.

Parte de las fotos ya exportadas al disco duro

Y listo, ya tenemos nuestras fotos preparadas en perfecta forma para ser visualizadas en el iPad en una carpeta en nuestro disco duro:

Ficheros exportados en la carpeta que habíamos seleccionado en el servicio de publciaciones

Ahora mismo hemos terminado con Lightroom y llega el momento de irnos a iTunes. Aquí simplemente seleccionamos en las opciones de exportación de fotos la carpeta que acabamos de crear.

Seleccionando en iTunes la carpeta para que exporte las imágenes del Lightroom

Listo, ahora ya podemos ver en la aplicación de fotos de nuestro iPad las fotos que acabamos de transferir. Si cambiamos cualquier cosa en Lightroom en el modo de publicaciones dichos cambios serán automáticamente reflejados en el iPad cada vez que lo sincronicemos con iTunes.

¿DNG o RAW propietario?

Uno de los grandes quebraderos de cabeza de fabricantes de programas como Adobe Lightroom, Apple Aperture, ó Capture One es la gran diversidad de formatos de archivo RAW propietarios que existen. En la última versión de Lightroom, Adobe da soporte a casi 300 formatos de fichero distintos, básicamente, a casi 300 modelos de cámaras digitales distintas.

Últimos colores del día

Últimos colores del día [Cámara: Canon 5D Mark II. Lente: Canon 70-200f4 IS USM. Filtro: Polarizador Helipoan. Exposición: ISO100, f13 y 1/60 seg. Toma sacada con trípode, disparador remoto, y espejo levantado.]. © David García Pérez 2012.

Todo esto no representaría más que una anécdota si no fuese por que dichos formatos son propietarios y su especificación no es pública. ¿Qué significa esto? Pues que cuando sale una nueva cámara al mercado, tanto Adobe como Apple como Phase One, entre otros, tienen que coger la cámara y hacer ingeniería inversa para averiguar como abrir dicho fichero, pudiendo así acceder a la información de la imagen. Es únicamente por este motivo cuando una cámara nueva sale al mercado tarda un tiempo en ser soportada por los programas más comunes, salvo contadas excepciones que hablaré más adelante. Ciertamente el fichero RAW se puede editar con el software nativo que viene con la cámara, si no fuese por que dicho software siempre suele ser horrible y no merece casi nunca la pena instalarlo.

¿Cuál es el principal problema de todo esto? Pues que siempre se corre el riesgo que el fabricante deje de dar soporte a este formato propietario en el futuro. Un claro ejemplo de esto es la conocida compañía americana Kodak. Este fue uno de los fabricantes pioneros en cámaras réflex digitales, y después de no tener mucho éxito en el mercado decidió dejar de dar soporte a las mismas. ¿El resultado? Que ya no había posibilidad de descargarse programas para seguir abriendo tus ficheros de imágenes en el ordenador. Era como si viniese un fuego y destrozase todos tus negativos. La situación no es tan alarmante por que fabricantes como Adobe, Apple, etc… siguen dando soporte a dichas cámaras a través de su software. Pero por muy grande que sea la compañía siempre puede desaparecer o dejar de crear el programa, con lo que ahí se nos van nuestras queridas fotos.

Adobe intentó poner una solución a este problema y creó un formato RAW abierto conocido como DNG (Digital Negative/Negativo Digital). Algunos fabricantes como Leica lo usan en sus cámaras, otros, pues hacen oídos sordos. Al ser un formato abierto cualquiera puede usarlo, todos los reveladores RAW del mercado lo soportan, y cuando, por ejemplo, Leica saca una cámara nueva al mercado, podemos abrir sus ficheros en nuestro programa favorito desde el primer día. En caso de que Adobe desaparezca, no pasa nada, el formato sigue ahí y cualquiera puede hacer un programa compatible con el mismo, sin necesidad de hacer ingeniería inversa.

La mayor parte de los programas nos permiten hacer una conversión del formato RAW propietario a DNG, sin ninguna perdida de calidad por realizar dicha transformación. No es una práctica desaconsejable salvo por un pequeño problema, que particularmente me afecta a mí. Para realizar mis copias de seguridad uso un programa conocido como Time Machine. Este programa, como otros, lo que hace es actualizar la copia de un fichero solamente si lo hemos modificado, mientras que al mismo tiempo guarda las versiones anteriores del mismo si queremos volver a ellas. Cuando modificamos un fichero RAW propietario, Lightroom -el programa que yo uso- crea un fichero xmp de texto con las modificaciones que yo aplico en el revelado, en ningún momento se modifica el fichero original. Este fichero ocupa mucho menos que 1 MB, con lo cual cualquier modificación que hagamos en el mismo no ocupará mucho espacio en nuestro disco dura de backup. Sin embargo, en el caso de ficheros DNG, los reveladores RAW suelen guardar dichos cambios en el propio archivo, con lo cual, imaginaos que estamos trabajando con un fichero que ocupa unos 20MB, hacemos unos pequeños cambios, ya tenemos en nuestro disco de backup dos ficheros de 20MB, hacemos más cambios otro día, ya ocupamos 60MB… y ahora para todas las imágenes que tenemos.

DNG sin embargo, si que se antoja como un formato muy apto para archivado de fotos, una vez estamos seguros que hemos terminado de trabajar con ellas, las convertimos a DNG y así nos aseguramos que pase lo que pase en el futuro siempre podremos seguir accediendo a ellas.

Últimamente con el grupo de gente con el que me escapo hacer fotos siempre surge el tema de lo difícil que es conseguir algunos filtros fotográficos, en particular el Lee Bigstopper. Tienda en que preguntas, tienda en la que dicen que probablemente no tengan stock de él mismo hasta dentro de varios meses. Después de ver el siguiente vídeo de como se fabrican no me extraña. Sabía que era un proceso artesanal, pero desde luego, no tanto como muestran aquí.

Fuente: DIY Photography.

Cuando ya llevas un tiempo haciendo fotos y con alguna gente considerando alguna de las que haces hasta buena te preguntas, ¿y si pudiese vivir de esto? ¿Qué pasos tendría que seguir? Obviamente conociéndome como me conozco para buscar información sobre cualquier pregunta que hago siempre recurro a mis sospechosos habituales, o internet, o un buen libro sobre el tema. Conociendo libros anteriores de Alain Briot, Marketing Fine Art Photography se me antojaba como ideal.

Aquí hay que hacer un pequeño paréntesis, a mí lo que realmente me gustaría es vender impresiones de mis fotos, y así como en países como Estados Unidos, Canada, Inglaterra, etc… hay mucha tradición de comprar fotografías impresas como forma de arte y decoración para una casa, en España eso no ocurre. Y por eso lo que me gustaría hacer a mí, se antoja como complicado por estos lares.

Y también ese sea el principal problema para nosotros de este libro. Se centra en vender a través de impresiones ya sea de forma on-line, exposiciones, o galerías de arte. Da muy buenos consejos sobre como preparar el material, el trato cara el cliente, marketing en sí, etc… el problema es que está pensado para un público anglosajón, casi incluso me atrevería a decir para un público estado unidense, más que europeo.

No por lo anterior deja de ser un libro recomendable. a parte de pensar en como preparar un plan de negocios, como tratar a los clientes y más importante aún, la inevitable crítica cara tu trabajo. la parte de como preparar e enviar los materiales me ha ayudado mucho en un pequeño proyecto que prontó comentaré por estas páginas.

En Smibs.tv tiene publica una entrevista con el autor del libro sobre el marketing en fotografía (está en inglés):

De la contraportada:

Many photographers have considered selling their work to amke a profit and help defray the high costs of equipment. However, they often don’t have the business and marketing knowledge required to successfully sell fine art photographs.
In Marketing Fine Art Photography, Alain Briot teaches you how to take control of the selling process and increase your profits. He offers practical, up-to-date and field-tested marketing techniques from the viewpoint of a fine art landscape photographer who earns a living from the sale of his prints. His approach is based on offering quality not quantity, and offering something unique rather than something that is mass-produced.
After a series of trials and errors, Briot devised a marketing system that allowed him to get out of debt, pay for a state-of-the-art studio, and purchase his first home, all from the sale of his photography. He has taught fine art photography marketing to noumerous students in seminars, through one-on-one consulting, and through his Marketing Mastery tutorial DVD.

Ya en su momento hablé de las ventajas de levantar el espejo cuando disparamos en trípode sin entrar en mucho detalle de por qué esto era debido. Hace casi ya un mes en un curso fotográfico de Iñaki Relanzón para MontsantFoto me acordé de que podía tratar este tema en un poco más de profundidad, aunque solamente se trate de un par de párrafos más y una gráfica.

O Roncudo despidese do Sol

O Roncudo despidese do Sol, © David García Pérez 2012.

La mayor parte de las cámaras reflex para poder mirar a través del visor óptico contienen un espejo. Este espejo se coloca entre el sensor y la lente, permitiendo que la luz que entra por esta última ser desviada hasta el visor. Cuando pulsamos el disparador, este espejo se aparta del medio para dejar que la luz pueda llegar hasta nuestro sensor. Ese movimiento que se hace muy rápidamente puede provocar vibraciones que se transmitan a través de todo el cuerpo de la cámara pudiendo resultar en una foto movida (si tenemos el liveview de la cámara activado, este espejo ya está levantado).

La perdida de calidad a través de las vibraciones que pueda introducir el levantamiento del espejo a la hora de hacer la foto dependerá de la velocidad a la que estemos disparando y también de nuestra cámara. Dependiendo de la cámara esta vibración durará más o menso, tal como demuestra el caso hipotético mostrado en la siguiente gráfica.

Vibración introducida por el espejo de una cámara reflex

Ejemplo hipotético donde el levantamiento del espejo introduciría vibraciones significativas las primers décimas de segundo de la toma.

Así como regla a tomar con precaución podemos decir que la vibración del espejo afecta más a las zonas intermedias (si estamos disparando con trípode), para velocidades altas como puede ser 1/500 segundo, la foto ya está hecha antes de que la vibración del espejo pueda influenciar el resultado. Para velocidades muy largas, como 30 segundos, la vibración que pueda introducir el espejo al principio de la toma es insignificante. Pero para velocidades como 1/10 dependiendo en una cámara reflex de 35 mm actual, puede hacer que nuestra foto sea solamente vibración. Pero como digo, esto depende de la cámara, la antigua cámara de medio formato Pentax 67 tenías que dejarla más de 15 segundos reposar después de levantar el espejo para que las vibraciones introducidas por este no afectasen a la imagen final.

Nota: Por reflex entendemos aquellas cámaras que a través de un visor nos permiten ver la imagen que entra por la lente de nuestra cámara. Pero curiosamente con el paso del tiempo y el avance de la tecnología esto no involucra que la cámara tenga un espejo. Si obviamos las cámaras con visor electrónico, donde la imagen capturada por el sensor es mostrada a través de una pequeña pantalla situada en el visor, con lo cual no hace falta ni pentaprisma ni espejo por el medio (esto ayuda a fabricar cuerpos más compactos), tenemos el caso de Sony con su tecnología de espejo traslucido, donde el espejo es fijo y deja pasar al mismo tiempo luz hasta el sensor y al visor óptico.

En su momento escribí este artículo sobre como crear un paspartú para nuestras fotos, con el objetivo de después enmarcarlas. Era un artículo que escribí de mis primeras experiencias y errores sobre el tema. Pero con el paso del tiempo he refinado mi técnica y ahora mi vida es más fácil gracias a unas pinzas.

El problema consistía básicamente en alinear la imagen sobre la lámina trasera para que quede bien una vez pegamos la ventana superior, sin que nos queden los bordes de la ventana y imagen mal alineados. Para ello, en el artículo original pintaba con lápiz el papel sobre la lámina de forma centrada, esperando que no existiesen errores de milímetros en ninguno de los pasos. Iluso de mí…

Al final he optado por una técnica mucha más sencilla y rápida que me da mejores resultados. consiste en alinear las lámina de atrás y la de la ventana, agarrarlas con una pinzas (usando unos retales de lámina para que no queden marcas).

Pinzas para sujetar las dos láminas mientras alineamos la fotografía impresa

Pinzas para sujetar las dos láminas mientras alineamos la fotografía impresa.

De esta forma nos queda suficiente holgura para meter la foto entre las dos láminas, y poco a poco alinearla hasta que nos quede perfecta en la ventana.

Fotografía alineada, ahora solamente falta pegarla a la lámina de atrás

Fotografía alineada, ahora solamente falta pegarla a la lámina de atrás.

De esta forma, una vez alineada la foto, simplemente volvemos fijar todo con un peso, para que no se nos mueva, quitamos las pinzas, la lámina de paspartú con la ventana hecha, y pegamos la foto como se indica en el artículo original.

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