Los filtros UV son esos filtros transparentes que te suelen vender en las tiendas nada más compras la cámara, mientras el dependiente trata de convencerte de ellos, tu piensas que realmente no valen para nada. Y fotográficamente hablando tendrás razón, a no ser que estés comprando una cámara de película.
Los filtros UV sirven para filtrar la radiación Ultravioleta, radiación que en película fotográfica antigua podía provocar que la imagen saliese menos nítida de lo deseado. Sin embargo, películas fotográficas modernas así como las cámaras digitales no se ven afectadas por dicha radiación (el Talón de Aquiles de las cámaras fotográficas digitales es la radiación infrarroja, que está al otro lado del espectro visible en comparación con la radiación ultravioleta, toda cámara digital delante del sensor lleva pegado un filtro infrarrojo).
Filtro UV. © 2011 David García Pérez
Por otro lado, hay que tener en cuenta, que los filtros UV de baja calidad, esos baratos que siempre nos intentan colar en las tiendas, tienen precisamente el efecto contrario, pueden ser perjudiciales para la calidad de la imagen. No podemos gastarnos más de 600 euros en una lente y después ponerle delante un filtro que nos costó 5 euros sin que este nos introduzca brillos y destellos en nuestras imágenes.
Sin embargo, si el filtro es bueno, la probabilidad de destello es mínima, y siempre nos vale para otra cosa, proteger la lente. Cualquier cosa que intente chocar contra nuestra lente chocará antes contra el filtro. Además, que lo que se ensuciará será el filtro y no nuestra lente. Este es un factor a tener en cuenta, sobretodo en el caso de que queramos revender la lente en el futuro.
Pero en cuanto a mejora en la calidad de imagen, ignorar lo que pone en la caja del filtro, en cuanto ese aspecto no hacen nada de nada. Si no os quedó claro, siempre podéis ver este vídeo de la fotógrafa Samantha Chrysanthou y Darwin Wiggett: