Jay Maisel es probablemente uno de los referentes actuales de la fotografía. Muchos de los fotógrafos que admiro y sigo siempre comentan orgullosos que ha asistido a alguno de los cursos que Jay imparte, o que en algún momento de su vida ha sido mentor suyo. Así que cuando vi que había sacado un libro sobre su forma de trabajar y aproximarse a la fotografía, sabía que tenía que comprarlo (el hecho de que compro casi todo libro de fotografía que pasa por delante de mis narices también puede que tenga algo que ver).
El título del libro no puede ser más oportuno: Light, Gesture & Color (luz, gesto y color). Estos son los tres pilares en los que se basa la forma de aproximarse a la fotografía de Jay Maysel. Para él el resto de las cosas no son relevantes. Una buena fotografía según él tiene alguna de estas cosas, una muy buena fotografía tiene dos, raramente comenta que consigue tener las tres en la misma foto.
Pero vayamos por partes, luz y color probablemente sean lo más fácil de describir. Después de todo, cualquier aficionado a la fotografía entiende la importancia de la luz. Aunque hay que decir que Jay se ríe del concepto de mala luz.
Una de las primeras cosas del Génesis es: “Y Dios dijo, ‘¡Qué se haga la luz!’; y la luz se hizo, y Dios vio que aquello era bueno…” Desde ese momento, los fotógrafos se han quejado sobre la “mala luz”.
Color es un término ambiguo. Color puede ser un montón de colores en una imagen o solamente uno. Puede ser la ausencia de color. Puede ser la yuxtaposición, así como colores complementarios.
Y nos queda Gesto. Gesto puede tratar sobre las formas de las cosas, o no. Gesto puede ser una expresión de una persona, pero también se lo podemos atribuir a cosas en las imágenes. Puede ser lo que la propia imagen nos quiera decir… los pequeños detalles que vemos en las imágenes, o los que nos atrae hacia ellas… O tal vez no me quedase nada claro después de leer el libro.
Sin embargo lo que más me gustó sin lugar a dudas, a parte de algunas de sus fotos, es su aproximación a la vida a través de la fotografía. Jay Maisel piensa que planificar una foto, prepararnos para ir a fotografiar algo, nos crea condicionantes que nos impiden ver las posibilidades fotográficas de un lugar.
Para Jay lo único que un fotógrafo debería hacer es sencillamente andar con una cámara encima en todo momento. Eso es lo que hace, cada vez que baja a comprar el pan, baja con la cámara. La cámara es una extensión de él, y cada vez que algo le llama la atención, lo fotografía. Tiene la filosofía de que si no se dispara en el momento se pierde la oportunidad de hacerlo después, y puede que esa oportunidad desapezca.
Te queda claro que esta forma de aproximarse a la fotografía también es la forma en la que se aproxima a la vida. Le encanta ver las cosas que nadie ve, o las que ya han visto todos anteriormente incluido él. Reflejar esos pequeños detalles a través de la fotografía y conservar esa belleza de forma eterna.