Uno de mis podcasts de fotografía favoritos es el que produce Brooks Jensen, siempre me quedo maravillado que en poco más de 3 minutos Brooks pueda tratar un tema con tanta profundidad, incluso dándole varias vueltas de tuerca a un concepto, idea, o razonamiento al cual el autor quiere llegar. Y uno que me llamó la atención fue la simple frase: “la mejor impresión que hagas será la que hagas mañana”.

Amanece en el Refugi de JM Blanc

Amanece en el Refugi de JM Blanc. [Cámara: Canon 40D. Lente: Canon 17-40L. Filtro: Polarizador Heliopan. Exposición: ISO100, f11 y 2,5 seg. Toma sacada con trípode, disparador remoto, y espejo levantado.]. © David García Pérez 2011.

El concepto es muy simple, y se puede aplicar a algo más que impresiones. El razonamiento de Brooks es que con el paso del tiempo, tu evolución como fotógrafo hace que la maestría en el procesado de imágenes y la salida final mejore. Hace que puedas exprimir cada vez más ese negativo o ese fichero RAW, sacarle más jugo, consiguiendo que la impresión final de la imagen mejore de forma considerable.

Yo mientras el autor del podcast hablaba, mi mente empezaba a divagar que eso también era cierto desde el punto de vista tecnológico. Por un lado tenemos que ahora mismo la mayor parte de la fotografía se hace en digital, habitualmente siendo el resultado de la misma un fichero RAW. Dicho fichero RAW ahora mismo se puede procesar con diversos programas, pero según pasa el tiempo, con nuevas versiones de esos programas la calidad final de la imagen que podemos conseguir mejora, ya sea por mejores algoritmos de demosaicing, correcciones de defectos de lente, mayor potencia a la hora de eliminar ruido de la imagen, etc. Por otro lado, la tecnología de impresión y fabricación de papeles mejora poco a poco. A principios de siglo era casi imposible pensar en que las impresoras de chorro de tinta creasen impresiones de calidad y perdurables, ahora mismo es casi imposible pensar en imprimir fotografías en alta calidad y con niveles de conservación aptos de un museo sin ellas.

Y al mismo tiempo, también me daba cuenta que esto invertía lo que ocurría muchas décadas atrás. Dónde cada vez que hacías una impresión de tus fotos, el fichero original se deterioraba cada vez más, y con el paso del tiempo era cada vez más difícil conseguir la misma calidad que se obtenía en las primeras impresiones. Hecho que dio lugar a las impresiones limitadas, que muchos fotógrafos siguen hoy en día a pesar de que con la tecnología actual, conseguir una y otra vez la misma copia idéntica con la misma calidad está al alcance de un click de ratón.

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