Siempre hay gran confusión entre lo que es puntos por pulgada y resolución, en este vídeo os explico ambos términos de forma clara.
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0 commentsEn este vídeo pruebo hacer una impresión fineart, sobre papel Hahnemühle Baryta y montada sobre una lamina de aluminio ya lista para ser colgada de la pared. La impresión fue realizada por el estudio Saal Digital.
Ya hace algún tiempo había publicado un vídeo donde explicaba como crear perfiles de color para impresión con el Colormunki Photo. En este vídeo explico como me enfrenté al problema de hacer lo mismo para el papel Canson Digital Photogloss, un papel demasiado pequeño, tamaño A5, para que funcione a las primeras con el Colormunki Photo:
Os acabáis de comprar vuestra nueva impresora fotográfica, una impresora capaz de imprimir esas fotos y poder verlas en papel de una vez por todas, que siempre es una experiencia muy distinta a verlas en monitor. Es el momento de empezar a buscar papeles, y ahí es cuando empiezan los problemas. Empezáis a ver términos como: Papel RC, Baryta, papel de algodón, RAG, OBA, Glossy, Luster… ¿Qué significa todo esto?
Amanece en la desembocadura del Ebro [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f8 y 1/5 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2016.
En este artículo voy a ir comentando poco a poco cada uno de estos términos, pero ya os advierto, muchos fabricantes usan los suyos propios y me resulta casi imposible ir mirando todos los papeles que existen. Probablemente mucha de la terminología ni la conozca, así que difícilmente la mencionaré aquí, pero al menos intentaré quitaros algunas de vuestras dudas. Un detalle a tener en cuenta antes de empezar es que hablaré solamente de papeles para impresoras fotográficas tipo inkjet/chorro de tinta/Giclée, o como queráis llamarlas. Vamos a ello.
Tipo de Material
Vamos a empezar hacer una gran separación, por un lado tenemos los substratos basados en “papel”, que dentro ya puedan llevar algodón, celulosa y ahora incluso los hay con partes metálicas y, por otro lado, de lienzo.
Dentro de papel podemos hacer más distinciones:
A partir de ahora, el resto de artículo solamente habla de términos relacionados con papel.
Tipo de superficie
Probablemente esta sea la primera distinción que entendemos a la hora de comprar papeles, la diferencia entre mate y brillo.
Un detalle importante para vuestra economía, si imprimís vosotros, los papeles mate siempre necesitan más tinta para ser impresos que una brillo.
Nomenclaturas para acabados
Como ya dije, cada fabricante le va poniendo los nombres que le da la gana al papel, pero hay algunas palabras que la larga se han vuelto un pelín estándar. Aquí menciono alguna de ellas:
Grosor/gramaje
Hay que tener un pelín de cuidado en diferenciar grosor y gramaje del papel. De entrada tenemos el gramaje del papel, que se mide en gramos por metro cuadrado. Y básicamente nos mide eso, si tenemos un metro cuadrado de este papel, el peso del mismo en gramos. Cuanto más alta sea esta cifra, cuando cojamos el papel mayor sensación de papel de calidad tendremos.
Uno pensaría que cuanto más gramaje tenga el papel más grueso será. Para mismo tipo de materiales es así, pero por ejemplo, un papel de algodón a igual gramaje, será siempre más grueso que un papel de celulosa. De todas formas este parámetro, el de grosor, solamente es importante para la configuración de nuestras impresoras fotográficas, dado que habrá que separar más la cabeza del papel para que este no lo roce mientras imprima.
Problemas
Estos papeles para impresoras fotográficos pueden presentar los siguientes tipos de problemas:
Consideraciones finales
Si vais a enmarcar vuestras fotos, tener en cuenta que cosas como el grosor y en cierta medida la textura se va perder al estar detrás de cristal. Al estar detrás de cristal el papel presentará reflejos sea o no mate.
Si la foto va a un portfolio, el tacto será uno de los parámetros más relevantes, grosor del papel, textura, etc. Eso sí, si este portfolio es en forma de libro, papeles muy gruesos se van a doblar mal.
Ya hacía bastante tiempo que quería crear una pequeña selección de fotografías para ser impresas en un portfolio. El pasado viaje a Islandia me dio la oportunidad. La verdad es que en ese 10 días de viajes me dio para una colección bastante uniforme de fotos. En el siguiente vídeo podéis ver el resultado de dicho portfolio que empleé para regalo de navidades. En el os explico como monté el portfolio en Lightroom y os muestro el resultado final:
Conseguir estos productos en España no es fácil. No sé muy bien por qué, pero mientras en librerías artísticas ves un montón de productos de Legion Paper, empresa madre de la casa Moab, no se ve tanto de su serie de papeles fotográficos. Os recomiendo que miréis la lista de distribuidores mundiales para ver como conseguirlos.
Sí hemos comprado una impresora fotográfica para imprimir nuestras fotos en casa y si usamos papeles diferentes de la marca que de impresora que tenemos nos encontraremos con la sorpresa de que no tendremos perfiles de color para los mismos. Muchos fabricantes de papel ofrecen perfiles de color para sus papeles para la mayoría de impresoras fotográficas que se venden hoy en día, pero aún así, siempre es posible conseguir más calidad si creamos el perfil nosotros mismos.
En el siguiente vídeo explico como creo un perfil de impresión para el papel Canson Platine Fiber Rag y la impresora Epson 3880, empleando el X-Rite ColorMunki Photo.
Es un proceso un pelín tedioso, más que nada por qué si dejamos secar bien el papel puede que tengamos que esperar un par de días para tener el perfil, pero los resultados merecen la pena.
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2 comments¡Si es que no se me puede sacar de casa! Uno estaba tan tranquilo, ya tenia hecha mi pequeña selección de papeles para usar en mi Epson 3880, hasta que me acerqué a una tienda para comprar cartón de paspartú, me pongo a mirar las muestras de papel para impresión fotográfica de una casa que no conocía, Awagami, y me marcho de la tienda con una caja de papel A4, un Kozo Thick White, nada barato por cierto, pero la tentación fue mayor de lo que pude resistir.
Caja del Awagami Kozo Thick White.
El comienzo de la relación con este papel no ha sido fácil, las recomendaciones para como configurar la impresora se me antojaron excasas. Después de leer por foros y demás, decidí configurarlo en el driver como un papel tipo Velvet Fine Art Print (hay que decirle a que equivalente de papel Epson es para que la impresora sepa cuanta cantidad de tinta hay que depositar, lo mismo pasa con impresoras de otras marcas). Habitualmente esta información en papeles de otras casas te viene claramente indicada por modelo de impresora. Supongo que es algo en lo que tendrá que trabajar un poquito más Awagami.
Una vez dicho esto, hay que decir que la presentación de este papel es lo mejor que he visto hasta el momento. El papel viene en una preciosa caja que realmente me la voy a quedar para llevar muestras de fotografía en ella. El papel dentro viene protegido por una bolsa de plástico, pero a diferencia de otras marcas, te indican claramente por que lado debes colocar el papel para imprimirlo (los papeles de impresión fotografía para impresoras de chorro de tinta, a excepción de los de doble cara, solamente llevan por un lado la superficie diseañada para “chupar” la tinta, y en papeles mate como este caso, puede ser bastante difícil a simple vista distinguir un lado del otro).
La bolsa de plástico que protege al papel del polvo tiene claramente indicada la cara por donde se debe imprimir el papel. Otras marcas podrían aprender de pequeños detalles como este.
Como nota negativa del embalaje, decir que la bolsa de plástico es de estas con solapa estilo sobre y el pegamento para agarrar la solapa está sobre la misma, en vez de sobre la bolsa, con lo cual al sacar el papel se nos puede enganchar a la solapa y dejar alguna marca en el mismo.
Dejando a un lado detalles de embalaje o configuraciones de impresora, lo que más me llamo la atención de este papel mientras miraba las diferentes muestras fue su textura. Leyendo la información que proporciona Awagami este es un papel tradicional japonés, denominado washi, o al menos imita ese estilo, fabricado con fibras de Kozo. El resultado es un papel mate, que no llega a ser blanco puro, con una textura exquisita.
En esta imagen se puede apreciar la textura del papel, algo que lo hace atractivo tanto desde un pinta de vista visual como táctil.
No es un papel muy grueso, 110g/m2, lo cual no lo hacen ideal para el enmarcado de fotos. Yo no lo compré pensando en enmarcar fotos con él, al ver lo “fino” que era y la textura que tenía se me mostró ideal para imprimir fotos que después al mostrárselas a la gente las pudiesen agarrar con la mano, la textura siempre le da un plus a las fotos impresas y al sentir el papel con las manos, hace que la experiencia no sea solamente visual.
Comparación entre el Awagami Kozo Thick White (la hoja que está encima) contra el Epson Premium Luster. Como podéis observar el contraste es mucho menor en el Kozo con unos negros y blancos menos fuertes (básicamente esto es debido a que el Luster es un papel semibrillo, la comparativa no es justa, pero nos vale para hacernos una idea de las propiedades de uno y otro).
Al ser un papel mate tiene los mismos problemas que cualquier otro papel mate comparado con uno semibrillo (escapar de los papeles brillantes o glossy). El contraste que ofrecen es mucho menor que el que ofrecen un papel semibrillo. Aunque de todas formas esto suele ser un aspecto que podremos apreciar solamente si comparamos la foto impresa contra otros papeles o contra la pantalla. Si solamente vemos la foto impresa en nuestro papel, nuestro ojo y nuestra mente se adaptará al rango de contraste mostrado.
En definitiva, un papel precioso, que probablemente no ganará ningún concurso en cuanto contraste o rango dinámico que se puede imprimir en él, pero que está más bien pensado con el objetivo de mostrar fotos en un papel que por si solo ya te entra por la vista y por el tacto.
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6 commentsSi hay una persona que sigo ciegamente en cuanto a recomendaciones de como es mejor sacar una fotografía digital, como es más optimo revelarla, o imprimirla es Jeff Schewe. Un fotógrafo de Estados Unidos que suele colaborar con Adobe a la hora de testear sus productos, y con Epson para probar sus últimas impresoras. Una persona bastante metódica que se preocupa siempre de hacer una gran colección de pruebas para determinar las formas más óptimas para realizar cualquier tarea relacionada con la fotografía.
La pirámide [Cámara: Canon 5D Mark II. Lente: Canon 17-40f4L. Exposición: ISO100, f16 y 0,5 seg. Toma sacada con trípode, disparador remoto, y espejo levantado.]. © David García Pérez 2012.
Basándome en lo que cuenta en diversos libros y vídeo tutoriales escribí el artículo: Modo de impresión en Adobe Lightroom: paso a paso, dónde en un párrafo detallaba lo siguiente:
Sí dicha resolución es superior a 180 ppp e inferior a 720 ppp para impresoras Epson o 600 ppp para impresoras HP y Canon podemos dejar la la casilla sin marcar, no nos va a mejorar la imagen, la impresora es capaz de hacer un excelente resultado (esta es una recomendación que le escuché a Jeff Schewe en diversos cursos sobre impresión actuales, la teoría era distinta hace un par de años atrás, y puede que cambie en el futuro, así que tomarlo con cuidado esta frase). En caso de que la resolución sea inferior a 180 ppp subirla hasta 360 ppp para impresoras Epson y a 300 ppp para impresoras HP y Canon. En caso de que sea superior (hoy en día con algunos sensores que llegan a los 80 megapixeles se puede dar el caso), bajarla a 720 ppp para impresoras Epson y 600 ppp para impresoras HP y Canon. Bueno, creo que no lo he liado demasiado.
Releyendo el párrafo creo que si lo he líado demasiado. Bueno, el asunto es que ahora el autor recomienda otro flujo un pelín diferente. En su artículo The Right Resolution, Schewe indica que si Lightroom pone que la resolución de la foto para un determinado tamaño en un papel determinado es inferior a 360 ppp para impresoras Epson ó 300 ppp para impresoras Canon (no ha hecho pruebas en impresoras HP), para obtener resultados óptimos, debemos subir la “resolución de impresión” a 360 ppp para Epson y 300 ppp para Canon. Lo divertido empieza cuando la resolución es superior a 360 ppp ó 300 ppp dependiendo de la marca de la impresora. En ese caso, lo recomendable es ajustar la resolución de impresión a 720 ppp para Epson y 600 para Canon. También recomienda desactivar el modo de “Alta velocidad” del driver para este tipo de impresión, y en el caso particular de Epson, en los “Ajustes de Impresión” seleccionar la opción de “Detalles finos” si nuestro modelo de impresora lo permite.
Tal y como dice el autor, las ganancias de calidad de impresión son pequeñas pero visibles a simple vista, y dado que están al alcance de unos simples clicks de ratón no hay motivo para no usarlas.
Schewe no sabe a ciencia cierta a que se debe esto, pero sus sospechas es que al no mandar la imagen en la resolución que la impresora está esperando, es el propio módulo de impresión de Mac OS X ó Windows los encargados de hacer el reescalado de la imagen a lo que espera la impresora. Sin embargo, si le decimos a Lightroom que haga dicho reescalado, usará algoritmos más óptimos para el tratamiento de imágenes. Schewe muestra diversas capturas en su artículo donde se pueden apreciar claramente las ventajas.
En su momento escribí este artículo sobre como crear un paspartú para nuestras fotos, con el objetivo de después enmarcarlas. Era un artículo que escribí de mis primeras experiencias y errores sobre el tema. Pero con el paso del tiempo he refinado mi técnica y ahora mi vida es más fácil gracias a unas pinzas.
El problema consistía básicamente en alinear la imagen sobre la lámina trasera para que quede bien una vez pegamos la ventana superior, sin que nos queden los bordes de la ventana y imagen mal alineados. Para ello, en el artículo original pintaba con lápiz el papel sobre la lámina de forma centrada, esperando que no existiesen errores de milímetros en ninguno de los pasos. Iluso de mí…
Al final he optado por una técnica mucha más sencilla y rápida que me da mejores resultados. consiste en alinear las lámina de atrás y la de la ventana, agarrarlas con una pinzas (usando unos retales de lámina para que no queden marcas).
Pinzas para sujetar las dos láminas mientras alineamos la fotografía impresa.
De esta forma nos queda suficiente holgura para meter la foto entre las dos láminas, y poco a poco alinearla hasta que nos quede perfecta en la ventana.
Fotografía alineada, ahora solamente falta pegarla a la lámina de atrás.
De esta forma, una vez alineada la foto, simplemente volvemos fijar todo con un peso, para que no se nos mueva, quitamos las pinzas, la lámina de paspartú con la ventana hecha, y pegamos la foto como se indica en el artículo original.
Uno de mis podcasts de fotografía favoritos es el que produce Brooks Jensen, siempre me quedo maravillado que en poco más de 3 minutos Brooks pueda tratar un tema con tanta profundidad, incluso dándole varias vueltas de tuerca a un concepto, idea, o razonamiento al cual el autor quiere llegar. Y uno que me llamó la atención fue la simple frase: “la mejor impresión que hagas será la que hagas mañana”.
Amanece en el Refugi de JM Blanc. [Cámara: Canon 40D. Lente: Canon 17-40L. Filtro: Polarizador Heliopan. Exposición: ISO100, f11 y 2,5 seg. Toma sacada con trípode, disparador remoto, y espejo levantado.]. © David García Pérez 2011.
El concepto es muy simple, y se puede aplicar a algo más que impresiones. El razonamiento de Brooks es que con el paso del tiempo, tu evolución como fotógrafo hace que la maestría en el procesado de imágenes y la salida final mejore. Hace que puedas exprimir cada vez más ese negativo o ese fichero RAW, sacarle más jugo, consiguiendo que la impresión final de la imagen mejore de forma considerable.
Yo mientras el autor del podcast hablaba, mi mente empezaba a divagar que eso también era cierto desde el punto de vista tecnológico. Por un lado tenemos que ahora mismo la mayor parte de la fotografía se hace en digital, habitualmente siendo el resultado de la misma un fichero RAW. Dicho fichero RAW ahora mismo se puede procesar con diversos programas, pero según pasa el tiempo, con nuevas versiones de esos programas la calidad final de la imagen que podemos conseguir mejora, ya sea por mejores algoritmos de demosaicing, correcciones de defectos de lente, mayor potencia a la hora de eliminar ruido de la imagen, etc. Por otro lado, la tecnología de impresión y fabricación de papeles mejora poco a poco. A principios de siglo era casi imposible pensar en que las impresoras de chorro de tinta creasen impresiones de calidad y perdurables, ahora mismo es casi imposible pensar en imprimir fotografías en alta calidad y con niveles de conservación aptos de un museo sin ellas.
Y al mismo tiempo, también me daba cuenta que esto invertía lo que ocurría muchas décadas atrás. Dónde cada vez que hacías una impresión de tus fotos, el fichero original se deterioraba cada vez más, y con el paso del tiempo era cada vez más difícil conseguir la misma calidad que se obtenía en las primeras impresiones. Hecho que dio lugar a las impresiones limitadas, que muchos fotógrafos siguen hoy en día a pesar de que con la tecnología actual, conseguir una y otra vez la misma copia idéntica con la misma calidad está al alcance de un click de ratón.
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