Limpieza de lentes fotográficas

Durante mi viaje a Islandia me ha pasado casi todas las sesiones fotográficas limpiando mis lentes. Si no era por la salitre que se depositaba del mar era por el spray de las cascadas junto con el viento que hacían que el 90% del tiempo hubiese agua sobre nuestra lente. Se me ocurrió que un corto vídeo explicando sobre como yo procedo a limpiar mis lentes os podría resultar interesante.

En el vídeo salen varios productos. El primero el Giottos Rocket, esta pera es la única que he encontrado que echa un buen chorro de aire sin llegar a botes de aire comprimido. Los paños de mircrofibra que salen en el vídeo son baratos y dan buenos resultados, pero recordar que por el borde pueden soltar pelusilla. Por internet no he encontrado ningún sitio dónde vendan los líquidos de limpieza a precios que no parezcan demasiado caros. Los que yo tengo de Lee los conseguí al comprar una serie de filtros y portafiltros, de forma que no me costasen muchísimo más los gastos de envío que los líquidos en sí.

Categorías: Técnica Vídeo

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Islandia: Cascada de Svartifoss

Era el tercer día en Islandia y ya estábamos mirando la predicción del tiempo de forma constante, era increíble lo que cambiaba de una esquina a otra de la isla y había que intentar maximizar al máximo las oportunidades fotográficas. La predicción del tiempo daba un día nublado por el sur de la isla. Así que decidimos que después de comer iríamos a fotografiar la cascada de Svartifoss, localizada bastante cerca del glaciar de Jükursárlón. Nada más llegar a la zona y viendo la gran cantidad de coches que había, sabíamos que solos no estaríamos durante nuestra sesión fotográfica.

Llegando a Svartifoss

Llegando a Svartifoss [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f16 y 0,8 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Svartifoss significa cascada negra y este nombre le viene dado por sus columnas de de basalto que la rodean. Dichas columnas fueron formadas por el extremadamente lento enfriamiento de la lava. La cascada se ubica dentro del parque natural de Skaftafell, siendo uno de sus mayores atractivos turísticos a parte del glaciar que hay al lado.

Para llegar hasta la cascada hay que caminar un poco, casi dos kilómetros con algo de pendiente. En unos 20 minutos a paso normal y sin much dificultad se llega perfectamente (aunque algunos del grupo se quejaron algo…). Realmente el paisaje fue un cambio a lo que habíamos estado viendo hasta el momento en Islandia. De prácticamente a no ver ningún árbol, pasamos a encontrarnos en medio de un bosque de árboles pequeños. Era como estar entrando en un país completamente distinto.

Dentro de Svartifoss

Dentro de Svartifoss [Canon 5D Mark II con Canon TS-E 24 mm f/3.5 L II. Panorámica de 3 fotos sacadas a IS0100, f16 y 0,5 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Según ibas subiendo, pasabas al lado de otras cascadas de impresionante tamaño y al poco rato ya tenías un vista hasta el delta por donde desembocaba el rio que estábamos recorriendo a contracorriente. En ese punto el contraste en el paisaje era aún más destacado. Desde el propio bosque veías las planicies contra el mar sin un solo árbol.

Cuando llegas a ver las cascada, estás más alto que la misma. Lo cual crea una vista interesante para ver el tamaño de la misma. Mientras nos aproximábamos, aprovechamos para ir haciendo unas fotos con el 70–200. En las fotos de este artículo donde he dejado el puente y gente podéis observar el tamaño de la misma. En estas composiciones es donde más destaca el nombre de la cascada: cascada negra, al ver el contraste de la roca basáltica con el verde de los árboles que al rodea.

Marchando de Svartifoss

Marchando de Svartifoss [Canon 5D Mark II con Canon TS-E 24 mm f/3.5 L II. Foto sacada a IS0100, f16 y 0,6 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Una vez llegados a la cascada, aquello fue un poco el proceso de a ver quién daba la vez. El flujo de gente era constante y todos querían hacer foto. Con paciencia y esperando a que la gente terminase sus fotos pudimos ir haciendo las nuestras, no sin algo de malabarismos típicos sobre las rocas para no mojarnos y poder colocar el trípode donde pensábamos que la composición iba a ser mejor.

Un poco más de paciencia requirió la última foto que podéis ver en este artículo, que realmente es la composición de dos fotos distintas para poder borrar de la misma todos los turistas que salían en ella. Es lo malo de ir a media tarde a uno de estos sitios en vez del amanecer donde seguro que estaríamos más tranquilos.

Cómo podéis ver por las últimas entradas que estoy publicando en este blog, el pasado mes de Agosto estuvimos unos 10 días por Islandia. No teníamos muy claro cuantas fotos íbamos hacer, hay que tener en cuenta que en una localización como en Islandia te puedes pasar todo el día haciendo fotos. Por otro lado también teníamos la posibilidad de grabar vídeos y timelapses. El temor de que llenásemos todas las tarjetas de memoria a mitad de viaje estaba muy presente. En el siguiente vídeo os explico como nos plantéamos el tema de copias de seguridad durante el viaje, de tal forma que si tuviesemos que formatar una tarjeta, todavía tuviesemos varias copias de seguridad. ¡Nunca se puede ser demasiado precavido!

El disco duro con lector de tarjetas que menciono en el vídeo es el Western Digital My Passport Wireless, pero nunca lo he usado ni sé lo efectivo que es. Otras opciones similares son los HyperDrive que tampoco he usado, sencillamente los menciono para completar el artículo.

El tarjetero que sale en el vídeo es pertenece a la serie Think Tank Pocket. El paranóico que hay dentro de mí hace que dicho tarjetero siempre esté atado a mí mochila, en este caso no es posible que se me caiga por accidente cuando se abre la misma.

La predicción del tiempo nos prometía una tarde tranquila aunque nublada por el sur de la isla. Sabíamos que al día siguiente queríamos ir hasta el famoso lago glaciar de Jökursárlón para hacer el amanecer en la playa de los hielos, pero no teníamos muy claro donde hacer el anochecer. Camino a Svartifoss, Alex se acordó del pequeño lago glaciar de Fjallsárlón. Paramos antes de ir a comer y nos enamoramos de él. La luz del medio día no invitaba a mucho, así que sencillamente supervisamos un poco la localización y nos marchamos hasta Svartifoss a comer y a fotografiar esa cascada.

Lago glaciar de Fjallsárlón

Lago glaciar de Fjallsárlón [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Panorámica de 40 fotos sacadas a IS0100, f13 y 1/10 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Regresando de Svartifoss recogemos un par de jóvenes autoestopistas que estaban realizando un viaje de varios meses por Islandia. Sana envidia nos daban. Según nos aproximábamos al lago nos empezamos a poner nerviosos. Las neblinas que emborronaban las lenguas de los glaciares y montañas que había atrás se habían marchado, lo que veíamos desde la carretera era un glaciar nítido y unas montañas perfectamente definidas. Sería la primera y última vez que lo veríamos así en nuestro viaje (el glaciar en el lago Jökursárlón solamente lo llegamos a intuir).

Pero nada más aparcar la autocaravana vimos la primera complicación. Había un montón de gente en la zona y no tenían pinta de turistas. Estaban bajando equipo de diversas furgonetas y camiones al borde del lago glaciar. Como ya comenté en la anterior entrada, esta sería otra de las ocasiones en nuestro viaje a Islandia que nos encontraríamos con un equipo de filmación. No nos queda muy claro que estaban grabando, pero desde luego les costó bastante a los actores bailar haciendo el tonto con la música del rey león, las dos horas que estuvimos haciendo fotos las dos horas que ellos estuvieron bailando.

El fotógrafo y el glaciar

El fotógrafo y el glaciar [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Panorámica de 4 fotos sacadas a IS0100, f13 y 1/10 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

El glaciar que podemos ver en el lago Fjallsárlón es el Vatnajökull, concretamente su lado sur. Este es el mismo glaciar que vemos en Jökursárlón y el más grande de Islandia (cubre el 8 por ciento del país) y uno de los mayores de Europa. Toda esta zona pertenece al Parque Nacional de Vatnajökull.

Como en muchas otras ocasiones empezamos acercarnos poco a poco al lago. Empezamos desde una vista más alta, todos nosotros haciendo una panorámica. Creo que las 40 fotos que le metí al Lightroom para montar la panorámica se le atragantaron un poco (aunque después de dejarlo un buen rato a lo suyo terminó por hacerla).

Después poco a poco nos acercamos al lago y continuamos haciendo fotos por la zona. Esa lengua glaciar pequeña que se puede ver a la izquierda de la primera imagen de este artículo me tenía cautivado. Me parecía increíblemente preciosa.

Justo antes de la lluvia.

Justo antes de la lluvia [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Panorámica de 30 fotos sacadas a IS0100, f13 y 1/6 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Teníamos la ligera esperanza de que el cielo cogiese algo de color. A pesar de estar nublado, parecía que la capa de nubes era lo suficientemente fina por donde se ponía el sol para que tomasen un color amarillo o rojo (con todos los tonos intermedios). Incluso cuando media hora antes del anochecer se puso a llover. Allí seguimos esperando debajo de la lluvia.

La lluvia no paró. Los de la película decidieron que era mejor dejarlo por hoy. Nosotros, después de varios minutos de la puesta de sol y viendo que el color no venía y la lluvia no se marchaba decimos retirarnos. Recogimos a nuestros autoestopistas para llevarlos hasta Jökursárlón, contentos a pesar de la falta de colores por la tarde que nos había ofrecido Islandia.

Islandia: Cascada de Skógafoss

De esta vez mi historia de mi primer viaje a Islandia va a ser un pelín distinta a viajes anteriores que he narrado en este blog. En vez de seguir un orden cronológico de los días por la zona voy a narrar un poco cada una de las localizaciones donde estuvimos, sin orden ninguno, más que el de revelado de las fotos mismas durante estos días. La única pega de esta forma de hacer las cosas es que esta primera entrada tendrá, a continuación, un pequeño párrafo introduciendo del viaje.

Amanece en Skógafoss

Amanece en Skógafoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 20 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Los últimos 10 días de agosto de este año los pasé en en Islandia. Éramos cuatro fotógrafos y para dos de nosotros era la primera vez en este bello país, para los otros dos, era la primera vez que iban con una mentalidad fotográfica, con lo que prácticamente era lo mismo. Como en el viaje teníamos solamente 10 días y un desconocimiento total del país no nos complicamos mucho, decidimos ir, mientras supervisábamos predicciones meteorológicas, a varias de las localizaciones más típicas del país. Nuestra intención es volver en el futuro y poco a poco ir descubriendo este paraíso para amantes de la naturaleza.

A mitad de viaje paramos en la famosa cascada de Skógafoss, que se encuentra en el sur de la isla, al lado de carretera 1, la carretera circular que recorre la isla y la más transitada por la mayoría de los turistas. Obviamente, al ser tan accesible dicha cascada a parte de impresionante hizo que cuando llegásemos a la localización aquello estuviese abarrotado de gente, por no mencionar un equipo de filmación con grúas montadas justo enfrente de la cascada para grabar una película ahí (este equipo nos la tenía jurada, nos los encontramos en cuatro localizaciones distintas).

Era normal que hubiese tanta gente, llegamos con la autocaravana al mediodía, y entre gente que paraba a visitar la cascada, gente que llegaba para montar su tienda en el camping que hay justo enfrente y los de la película… desechamos, la mayoría, la idea de hacer ninguna foto. Sí sí, ya sé que la luz del mediodía no es la mejor para fotografiar paisaje, pero cuando pega el sol a la cascada, debido a la espuma que produce esta, es muy fácil ver un doble arco iris sobre la misma.

Skógafoss al amanecer

Skógafoss al amanecer [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 3,2 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Nuestra idea no era quedarnos ahí, sencillamente íbamos a comer al lado de la cascada y de paso supervisar la localización, dado que queríamos fotografiarla al amanecer, cuando probablemente pudiésemos trabajar tranquilos (con el pequeño temor de que los de la película no recogiesen sus trastos, temor que al final resultó ser infundado). Fotografiar al amanecer en este tipo de localizaciones tan turísticas es una buena forma de evitar gente en el medio de nuestras fotografías, con la excepción de algún fotógrafo que tuviese la genial idea de también fotografiar la cascada el mismo día que tú.

Skógafoss es una cascada que produce el río Skógar al caer por unos acantilados al sur de Islandia que separan la línea de costa de las tierras altas de la misma (la terminación foss en islandés significa cascada). Como la mayor parte de las cosas en Islandia, sus dimensiones impresionan, con 25 metros de ancho y 60 metros de alto en una caída perfectamente vertical forman una de las cascadas más bonitas del país y probablemente una de las más visitadas por los turísticas que visitan cada año la isla (sino la que más). También es uno de los típicos puntos donde salen o terminan (depende de como se mire) muchas de las rutas de senderismo que cruzan el país de norte a sur (había buses que llevaban a gente directamente desde el aeropuerto hasta la cascada).

Cómo comenté, para fotografiarla llegamos al amanecer, teníamos un cielo completamente plano, así que decidí centrar las composiciones en la cascada misma, en todas ellas la cascada es el elemento principal, como podéis ver las tres fotos de ejemplo que pongo aquí. Con la fuerza que llevaba el agua, con dejar un medio segundo de exposición el efecto seda creado era inmediato.

Skógafoss, más de una hora después del amanecer

Skógafoss, más de una hora después del amanecer [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 1 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Nos fuimos aproximando poco a poco, la luz era suave y no cambiaba para nada. Curiosamente, salvo unos jóvenes turistas que no sabíamos que hacían levantados tan temprano, tuvimos durante más de una hora la cascada para nosotros solos. Cuando estábamos pensando en retirarnos empezamos a ver más gente y algún que otro fotógrafo en la zona, y muchos senderistas que empezaban su primera etapa de varios días para cruzar la isla desde el sur al norte de la misma.

Cómo muchas de las cascadas de Islandia, el rocío que provoca el agua al caer fue un problema cuando te acercabas un poco a la misma. Una constante durante todo nuestro viaje fue la técnica metódica de hacer una foto, limpiar lente con un trapo, volver hacer foto, volver a limpiar lente… al final terminabas con bastantes fotos del mismo encuadre, sencillamente para asegurarte que no había ninguna gota en la lente que estropease la foto cuando la viésemos en grande en el ordenador. Hay que indicar que en el caso particular se Skógafoss, también hacíamos bastante fotos para ver si las neblinas que levantaba la cascada creaban fotos interesantes con la ligera brisa que hacía (y no el viento fuerte con el que nos recibió el país en bastantes días del viaje).

Si subís hasta arriba del todo de la cascada, siguiendo el cauce del río Skógar, veréis como el mismo va creando cascadas más pequeñas y formas curiosas que merecen la pena perderse un rato para fotografiarlas.

Voy a parecer un disco rayado de tanto mencionar libros de David duChemin en este blog. Pero que le vamos hacer, si cuando sea mayor consigo hablar la mitad de bien que él sobre fotografía creo que podré morir tranquilo. En esta ocasión me centro en su último libro, publicado hace escasas semanas: Making the Image.

En Making the Image el autor asume que que el lector ya domina los temas técnicos de la fotografía, conoce su cámara, y que sus fotografías son casi siempre técnicamente perfectas, pero le falta algo, no consigue crear fotografías que podamos denomina “buenas”. Como decía Ansel Adams: “no hay nada peor que una fotografía nítida de un concepto dudoso”.

David duChemin en este libro nos lleva a través de unas 35 preguntas, preguntas que el mismo se hace durante el proceso de hacer fotografías, preguntas que le ayudan a que sus composiciones sean mejores, a conseguir transmitir lo que ve o siente en ese momento. Algunas de estas preguntas las podemos aplicar cuando hacemos la foto, otras también son válidas cuando revelamos dicha foto en nuestro ordenador.

Preguntas tan sencillas como “¿es esta la fotografía que quiero hacer? ¿Por qué?” ó “¿Hay patrones?”. Junto con cada pregunta el autor nos pone un ejemplo ilustrativo y nos explica como a él esas preguntas le ayudaron a escoger dicha composición.

Si uno está esperando en este libro la típica colección de reglas de composición que se olvide. Aquí no las va encontrar. Aquí solamente hay preguntas que ayudan a buscar los elementos básicos de una imagen, a simplificarla, y gracias a ello, transmitir un mensaje más relevante. Preguntas que nos ayudan a cuando vemos una escena y intuimos que ahí puede haber una fotografía, a ir buscándola poco a poco, muy probablemente con fotografías intermedias que nos lleven a la fotografía final.

El libro viene acompañado de un vídeo de 50 minutos donde David duChemin nos lleva a través de 3 fotografías suyas y todas las “miles” anteriores que llegó a sacar hasta que consiguió lo que buscaba, una fotografía que contase lo que realmente él estaba viendo en ese sitio (y aquí es lo importante, él, la fotografía realmente tiene que motivar primero al fotógrafo, sino, es difícil transmitir algo interesante).

A parte, junto con el libro se acompaña un pequeño PDF con todas las preguntas, ideal para poner en el móvil y ir mirándolo de vez en cuando antes de cada sesión fotográfica que hagamos. El autor no espera que nos aprendamos dichas preguntas de memoria, espera que poco a poco, las vayamos aplicando, y al igual que la técnica, que en algún momento se conviertan en algo tan automático que no nos demos cuenta de que estamos haciéndonos dichas preguntas cuando seleccionamos nuestras composiciones (aunque también David duChemin indica que son válidas para esos momentos que nos quedamos atascados y no sabemos que fotografiar).

Continúo mi periplo de artículos sobre las distintas vistas que nos ofrece el módulo de Biblioteca de Lightroom, donde ahora nos toca hablar de la vista de Comparar. Comparar, como su propio nombre indica, nos valdrá para comparar un conjunto de imágenes a distintos niveles de zoom de forma cómoda y así poder tomar la decisión de cual de todas las imágenes de una serie es la que más nos gusta para empezar a revelar.

Anochece en la Cala de la Roca del Paller.

Anochece en la Cala de la Roca del Paller [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f11 y 1/8 de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Personalmente, en temas de fotografía de paisaje, siempre hago varias fotos de la misma toma. Por un lado por seguridad, por otro lado por si la luz va cambiando o tal vez mientras voy ajustando el histograma. Pero si realmente hay una ocasión con la que termino con muchas fotos de la misma composición es cuando estoy fotografiando mar. El movimiento del mar es cambiante y siempre termino haciendo varias fotos hasta que creo que he capturado el movimiento del mismo como a mí me gusta. Aquí es cuando la vista de Comparar me ayudará a seleccionar al mejor de ellas (la vista de encuesta también es útil para esto, pero eso será otro artículo).

Lo primero que hago, en la vista de Cuadrícula del módulo de Biblioteca, es seleccionar una serie de imágenes de la misma toma, en este momento ya puede que descarte algunas de las mismas:

Seleccionando imágenes en el módulo cuadrícula de Lightroom

Antes de continuar con la explicación una pequeña aclaración. En la imagen anterior podéis observar que hay una imagen con su borde gris de selección que destaca sobre el resto. Esta imagen está más seleccionada, habitualmente es la primera con las que empezamos haciendo la selección. Para cambiar la imagen más seleccionada, necesitamos pinchar en la vista Cuadrícula sobre otra de las imágenes seleccionadas, esta pasará a tener el borde gris más claro (no pinchar sobre el borde gris, eso deselecciona la imagen).

Ahora si pulsamos la tecla C entraremos en la vista de Comparar, en ese momento nos mostrará a la izquierda la imagen “Seleccionar” (la traducción de Lightroom no es perfecta aquí) y a la derecha la imagen “Candidato”. La imagen “Seleccionar” será la que cuando seleccionamos antes la imagen en la vista Cuadrícula estaba más seleccionada:

Imágenes listas para ser comparadas.

Si os fijáis, en la imagen anterior, abajo tenemos la barra de herramientas con varios iconos (si en vuestro Lightroom no la veis, pulsar la tecla T):

Barra de herramientas de la vista de Comparar.

Del lado izquierdo tenemos 3 controles que nos permitirán que nos permitirán controlar como vemos las imágenes cuando hacemos zoom:

1- Este candado nos bloqueará ambas imágenes, si hacemos zoom en una se hará zoom en la otra y si movemos una se moverá la otra. Ojo, si lo desactivamos, y movemos una imagen la otra no se moverá, si volvemos a activar el candado, cuando movamos una se moverá igual cantidad la otra, pero no tienen que mostrar los mismo. Si queremos que muestren lo mismo tenemos que pulsar el botón 3, el de sincronizar.

2- Nos deja seleccionar el nivel de zoom con el que vemos las imágenes.

3- Sincroniza la vista entra ambas imágenes. Por defecto selecciona la vista actual de la imagen “Seleccionar” y copia posición y zoom de esa con la de “Candidato”.

Al lado derecho tenemos 4 botones que nos permitirán ir navegando entre las imágenes candidato y intercambiarlas con la seleccionada. De uno en uno:

4- Este botón hace que la imagen “Candidato” se convierta en “Seleccionar” y la “Seleccionar” en “Candidato”.

5- Este botón nos deja convertir la imagen de la derecha en “Seleccionar” y automáticamente nos muestra la siguiente imagen de las que seleccionamos en la vista Cuadrícula.

6- Hace que podemos cambiar la imagen “Candidato” para comparar la siguiente de las imágenes seleccionadas con la actual imagen “Seleccionar” (creo que no lo podía haber escrito más complicado).

7- Si pulsamos el botón “Hecho” sencillamente sala de la vista de Comparar y nos muestra la imagen “Seleccionar” en la vista de Lupa de Lightroom.

Lo que hago de vez en cuando, es una vez vuelto a la vista de Cuadrícula apilo todas las imágenes seleccionadas, de esta forma siempre se nos mostrará en la Cuadrícula únicamente la imagen “Seleccionar” (Lightroom siempre pone como imagen representativa de una pila la más seleccionada).

La gente que imprima fotos desde ordenador sabrá que imprimir desde Adobe Lightroom es esa pequeña delicia en comparación como se tiene que hacer desde programas como Photoshop. En Lightroom somos capaces de hacer plantillas y una vez pasado por el doloroso proceso de ir ajustando los distintos parámetros de la impresora, Lightroom se acordará para siempre de esa configuración de impresión.

En este vídeo explico paso a paso como podemos configurar Lightroom para imprimir en nuestra impresora fotográfica, prestando especial atención para que los colores que veamos en pantalla sean los que salen por la impresora:

Este vídeo forma parte de mi pequeña serie sobre manejo de color en fotografía que empecé con: Calibrado de un Monitor con ColorMunki Photo, continué con Creand un perfil de cámara con ColorChecker y Adobe DNG Profile Generator y completé con Creando un perfil de impresión con ColorMunki Photo.

La realidad es que relativamente pocos fotógrafos se convertirán en maestros del medio. En vez de eso permiten que el medio sea maestros de ellos y se embarcan en una interminable búsqueda de una nueva lente a un nuevo papel a un nuevo revelador a un nuevo cacharro, nunca estando con una pieza de equipo el tiempo suficiente para aprender sus capacidades, perdiéndose e un laberinto de información técnica que es de poco o no uso dado que no saben que hacer con ella.

Edward Weston

Es curioso, uno siempre suele pensar que esta fiebre compradora de equipo fotográfico pensando que esa nueva lente, esa nueva cámara conseguirá que por fin hagamos buenas fotos (nunca he visto una cámara, buena o mala, hacer una buena foto) es algo reciente, del boom de la década pasada de la fotografía digital. Pero veo que en la primera mitad del siglo pasado también tenían ese problema.

Teleférico de Barcelona

Teleférico de Barcelona [Panasonic GF-1 con Panasonic 20mm f1.7. Toma sacada a IS0100, f8 y 1/80 seg]. © David García Pérez 2011.

Aunque no voy a negar que equipo nuevos nos pueden dar buenos beneficios, como mayor rango dinámico o mayor nitidez, o que yo no soy el primero que me emociono con los avances de la tecnología (antes de la fotografía tenía un pasado geek muy fuerte en mi educación, ahora se ha convertido en geek fotográfico), soy consciente que las limitaciones en mis fotografías ya hace tiempo que no viene por temas de técnica o equipo (esto incluso desde que empecé en la fotografía). Las limitaciones viene de mi mismo, una mejor cámara, lente, o nuevo proceso de revelado en Photoshop/Lightroom no van hacer que una foto mala mía deje de ser mala.

Sí hemos comprado una impresora fotográfica para imprimir nuestras fotos en casa y si usamos papeles diferentes de la marca que de impresora que tenemos nos encontraremos con la sorpresa de que no tendremos perfiles de color para los mismos. Muchos fabricantes de papel ofrecen perfiles de color para sus papeles para la mayoría de impresoras fotográficas que se venden hoy en día, pero aún así, siempre es posible conseguir más calidad si creamos el perfil nosotros mismos.

En el siguiente vídeo explico como creo un perfil de impresión para el papel Canson Platine Fiber Rag y la impresora Epson 3880, empleando el X-Rite ColorMunki Photo.

Es un proceso un pelín tedioso, más que nada por qué si dejamos secar bien el papel puede que tengamos que esperar un par de días para tener el perfil, pero los resultados merecen la pena.

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