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Comentaba hace unos meses que desde febrero del 2012 la venta de cámaras fotográficas con lentes intercambiables ha ido decreciendo de forma continuada. En aquel momento me estaba centrando más en la evolución de mercado de cámaras réflex frente a las sin espejo (mirrorless).

Otoño en Coll de Pal

Otoño en Coll de Pal [Canon 5D Mark II con Canon 70 -200f4L IS. Toma sacada a IS0100, f13 y 1,3 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2014.

A pesar de que esta tendencia solamente está pasando desde los últimos dos años, parece que los propios fabricantes de cámaras no cuentan que esto levante cabeza, es más, incluso esperan que vaya a peor. En su informe a inversores, Sony predice que de aquí a 2017 venderá un 55% menos de sensores para cámaras digitales con lentes intercambiables (curiosamente, esperan seguir fabricando la misma cantidad de sensores y compensar la pérdida de ventas en cámaras digitales en otros productos como móviles (Sony ahora mismo es líder en fabricación de sensores para móviles, Apple los usa en sus famosos iPhone), coches, tablets…).

Si pensáis que tal vez Sony no sea un fabricante representativo, tener en cuenta que a parte de sus cámaras, fabrica los sensores para la mayoría de las cámaras que vende Nikon, para algunas cámaras de micro 4/3 y desde hace poco, prácticamente en todos los sensores de cámaras de medio formato de última generación (Phase One, Hasselblad o Pentax).

Tal vez esta tendencia os parezca rara, sobretodo si analizamos los pasos de los fabricantes últimamente, donde parece que están en una carrera a ver quien saca la cámara más atractiva (vale, todos los fabricantes excepto los dos que más venden, ya sabéis de quienes hablo). Incluso si nos fijamos en la propia compañía de dicho informe, que desde hace un par de años ninguna de sus cámaras dura en el mercado más de año y medio antes de que salga una versión que la mejora significativamente.

En The OnLine Photographer analizan la situación como los fabricantes minoritarios: Fuji, Sony, Olympus, Panasonic, etc. intentando por todos los medios hacerse un hueco en lo que parece que será el mercado lucrativo, el de gama alta, donde los márgenes de beneficios para el fabricante suelen ser más generosos. Lo cual analizan que es un situación interesante para nosotros, los fotógrafos, dado que nos permitirá acceder a mejores productos a precios más competitivos de lo habitual. La mala noticia sería, que si la frase anterior tiene razón, que para cuando el mercado se estabilice y queden los fabricantes que queden, los precios tenderán a subir.

Pase lo que pase, lo que si parece que es cierto es que cada vez los fabricantes de cámaras están fabricándolas pensando más en las características que un fotógrafo aprecia, más que en algo que medianamente contentará a mucha gente, experta e inexperta.

Pero, como cuando siempre escribo un artículo de estos, no me hagáis caso, que yo no soy ni experto en mercado ni nada, con opiniones altamente cuestionables.

En mi anterior artículo ya comentaba que llevaba algún tiempo pensando en escribir este sobre el declive del mercado fotográfico en los últimos dos años. Artículo que se escapa un poco de los típicos artículos que suelo escribir por este blog y ya veremos cual es el resultado (de entrada ya me excuso para que no me critiquéis mucho).

Ya hace algún tiempo que se sabe que el mercado consumidor de cámaras digitales está en declive. Ya poca gente lleva encima una de estas cámaras point-and-shoot que tan de moda estaban en la década pasada. El teléfono móvil se ha convertido en lo más conveniente, tiene calidad más que de sobre y a pesar de no tener una lente zoom, el hecho de que siempre lo llevamos encima y la posibilidad de compartir al momento las fotos que sacamos con quien queramos ha hecho las otras cámaras casi un recuerdo del pasado.

Amanecer en Neuvilleå

Amanecer en Neuville.

Lo que tal vez sorprenda alguno es que desde finales del año pasado este declive en ventas de cámaras se ha contagiado a sus hermanas mayores, las réflex digitales (por el momento el mercado de medio formato parece que sigue creciendo en ventas desde su caída y reestructuración de la década pasada, donde básicamente solamente unos pocos fabricantes han sobrevivido). La primera alerta saltó el año pasado cuando las ventas bajaron en general para todos los fabricantes, no se sabía si la crisis había llegado por fin a la réflex digitales o si el mercado ya había alcanzado su techo y estabilizado. Pero la situación parece que no se mantiene constante, últimas noticias indican que las ventas a mitad de esta año 2013 continúan mal, las réflex digitales y cámaras de lentes intercambiables en general habían vendido un 10% menos de unidades que con respecto al mismo periodo del año anterior. Desglosando por compañía Canon habría vendido un 23% menos, Nikon un 18% (más grave para ellos, dado que los productos fotógrafos representan más del 80% de su negocio, al contrario que la competencia), Sony y Fujifilm juntos habrían vendido un 35% menos de unidades (curiosamente Sony tiene la ventaja de fabrican sensores digitales de fotografía para telefonía móvil con lo cual recupera bastante inversión en este mercado gracias a eso).

Y la situación parece no mejorar ahora que nos acercamos a finales de año con las navidades en el horizonte. Nikon ya ha rebajado sus perspectivas de ventas y beneficios de este año por segunda vez consecutiva mientras que Sony también indica que su división de productos de imagen no esperan vender tanto como esperado. Estamos ante el segundo año consecutivo donde las ventas de réflex digitales bajan de manera significativa y dónde el mercado de compactas sin espejo (mirrorless) en vez de despegar como mucha gente anunciaba (yo incluido), cada vez venden menos unidades.

Hay muchas teorías de por qué esto puede estar pasando, por nombrar algunas que pasan ahora mismo por mi cabeza, siempre pensado que son pura especulación. En los últimos años estamos viendo como cada modelo de las réflex digitales más baratas no se diferencian mucho de los modelos del año pasado, realmente las diferencias son tan mínimas y las ventajas tan pocas que pocas veces justifican el gasto de una cámara a otra (en este caso estoy hablando de modelos de cámaras por menos de 1000 euros que son las que mayoritariamente se venden). La falta de conectividad de las mismas también es un factor importante, vale que ahora tienen wifi, pero siguen sin llegar a los niveles que tiene un teléfono móvil (y el último Apple iPhone 5 es capaz de alcanzar 10 frames por segundo, mucho más que la mayor parte de las cámaras que se venden hoy en día, y más que suficiente para capturar esas imágenes de tus hijos jugando, recordar, hablando del mercado consumista). Y por otro lado, volviendo al artículo anterior, el software siempre ha sido un gran descuidado por estas cámaras, son complejas de manejar para el que solamente quiere apretar un botón y sacar la foto, y carecen de esas 30.000 aplicaciones con las que después las puedes procesar al momento y compartirlas con tus amigos, familia, o mundo entero.

¿Es del todo malo? Pues la verdad es que yo veo esta situación con marcado interés y creo que de gran beneficio para nosotros. Los diferentes fabricantes ya han empezado a darse cuenta que el mercado consumidor ya no está muy interesado en sus productos, así que tienen que centrarse en el mercado entusiasta o profesional, haciendo productos cada vez más pensados para ellos. Cámaras que parezcan sexy para un/a fotógrafo/a. Un claro ejemplo de ellos es la serie Fuji X, Fujifilm de casi desaparecer del mercado se ha hecho su huequecito gracias a crear cámaras que cualquier fotógrafa/o desee utilizar. Si os fijáis en el proceso, primero se han centrado en crear productos que cualquier profesional quisiese utilizar para después sacar productos más baratos y tal vez menos atractivos para intentar también pillar algún consumidor despistado, y al mismo tiempo mimando a sus primeros compradores con actualizaciones de software que dan nueva vida a productos que ya llevan más de dos años en el mercado.

Olympus, casi a punto de desaparecer por una directiva más interesada en sus bolsillos que en la compañía, ha vuelto con cámaras de su serie OM-D (¿Quién pensó este nombre?), caracterizadas en tal vez su diseño retro pero con todos eses controles manuales que tanto nos gustan.

Sony está siguiendo un camino distinto. Centrándose en su punto fuerte, los mejores sensores que hay en el momento, deja de lado los toques retro, y se centra en introducir cámaras como la a7 ó a7r donde no se sacrifica la calidad pero se consigue un tamaño increíblemente pequeño, para una full-frame.

Incluso Nikon parece estar moviendo ficha, su Df está claramente orientada a cautivar a los fans más acérrimos de la marca, e incluso a los nostálgicos que quieran volver a sentir una cámara de las de antes pero con las ventajas del digital.

Y es que ahora parece que los fabricantes que sobrevivirán serán aquellos que sepan adaptarse a este mercado con productos innovadores para los fotógrafos, y mimándolos un poco, y mucho menos aquellos que sigan apostando por continuar las mismas fórmulas de siempre que parecen no estar funcionando. Tal como cita Michael Reichmann en su famosa página web:

No me malinterpretéis. La industria fotográfica seguirá estando vibrante. Simplemente requiere que los equivalentes de la industria a General Motors se den cuenta que el suelo está cambiando bajo sus pies antes de que los tire.

Tú y yo probablemente continuaremos haciendo nuestra fotografía con unas increíbles nuevas cámaras en los próximos años. Quizás no de las mismas compañías a a las que les hemos estado comprando en el pasado.

No he mencionado en ningún momento a Canon. Canon es el mayor fabricante de cámaras digitales, es cómo el Toyota de la fotografía, y desde hace ya bastantes años se ha puesto en esta posición conservativa, actualizando lo mínimo para seguir en la cabeza mientras sus rivales sacaban productos más interesantes. Se dice que cuando estás en la cima es más difícil que te quiten de ahí y sigas siendo líder. Pero también está la otra cara de la moneda, cuanto más alto estás, más grande puede ser la caída. Pero es curioso, que lo que no están haciendo con la fotografía lo están haciendo con el vídeo.

Poco a poco iremos viendo la consecuencias de esta crisis, tal vez en unos meses la situación cambie y todos veamos este artículo como una tontería… o tal vez veamos a la primera de las víctimas. Mientras tanto nosotros continuaremos disfrutando de nuestra fotografía.

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