Viajes

Islandia: Jökulsárlón

Durante nuestro viaje a Islandia de este verano pasado paramos dos veces en lo que probablemente sea uno de sus lugares más emblemáticos, el lago glaciar de Jökulsárlón. Fue nuestra primera noche ahí y, después de nuestra parada en Stokkness, volvimos hasta ahí para darle un segundo intento a ese mar de hielo.

Navegando entre Icebergs

Navegando entre Icebergs [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f11 y 1/125 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Como ya había comentado, nuestra primera parada en el viaje fue la playa de Breiðamerkursandur, que se encuentra a la salida de Jökulsárlón, y nos quedamos a dormir esa noche en la zona. La mañana siguiente amaneció con una intensa lluvia (mal parecía que empezaba el viaje), así que decidimos levantarnos algo más tarde. Para cuando ya desayunamos y salimos de la autocaravana, el lago de Jökulsárlón estaba cubierto de una intensa niebla que dio lugar a unas curiosas oportunidades fotográficas.

Fría mañana en Jökulsárlón

Fría mañana en Jökulsárlón [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f11 y 1/125 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Jökulsárlón es sin lugar a duda el lago Glaciar más famoso de todo Islandia, y puede casi que del mundo. Con una extensión de 18 kilómetros cuadrados, está situado en el parque natural de Skaftafell, al sur del glaciar Vatnajökull. El lago suele encontrarse casi siempre lleno de icebergs, desprendidos de la lengua glaciar Breiðamerkurjökull. La separación entre el mar y el Glaciar es ínfima, tanto que se teme que el mar en el futuro pueda convertirlo de lago a entrante. Dado que por ese resquicio pasa la única carretera que circula por el sur de Islandia, el gobierno Islandés tiene planes para evitar que dicha situación llegue a pasar.

Icebergs

Icebergs [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f11 y 1/125 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Después de una hora disfrutando composiciones abstractas, recogeríamos campamento y nos marcharíamos hasta la zona de Stokkness. Regresaríamos a la mañana del día siguiente, como teníamos un día cubierto y una mayor cantidad de icebergs, decimos para uno rato para apreciarlo.

Gris amanecer

Gris amanecer [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f13 y 1/10 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Ese rato pasó a ser una hora, dónde sacamos todo el armamento, trípode y cámara. De todas formas, casi el 90% de las fotos que hice durante esa sesión fueron con mi 70–200, una lente muy infravalorada en fotografía de paisaje pero que yo adoro.

Hielo

Hielo [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f13 y 1/4 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Volveríamos para dormir ahí la noche. Pero ya sería para hacer la puesta de sol en el vecino lago de Breiðárlón y después el amanecer en la playa de Breiðamerkursandur.

Islandia: Kirkjufell

Kirkjufell fue nuestro último destino en Islandia, y a pesar que aún me quedan un par de sitios que hablar en este blog antes de cerrar este último capítulo de nuestro viaje de este verano a Islandia, vamos a centrarnos en este último para esta semana. La traducción de Kirkjufell del islandés sería montaña iglesia, creo que, viendo las fotos, es fácil entender por qué.

Puesta de sol en Kirkjufell

Puesta de sol en Kirkjufell [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a ISO100, f13 y 1 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

En Kirkjufell fotografiaríamos nuestra última puesta de sol y amanecer en Islandia. El viaje hasta ahí fue bastante complicado, especialmente para nuestro conductor. Un intenso viento hacía muy complicado conducir la autocaravana por las largas planicies que había que atravesar hasta esa zona. La tranquilidad llegó cuando empezamos a cruzar la mitad de la península de Snæfellsnes, donde en su lado norte se encuentra la montaña de Kirkjufell.

Tal fue debido a esa tranquilidad, pero cuando empezamos a cruzar esa zona vimos unas increíbles praderas de roca volcánica (en la península de Snæfellsnes se encuentra el volcán Snæfellsjökull, que puede ser visto a 120 km de distancia desde Reykjavík). Tanto nos gustó la zona que volvimos justo después de comer a intentar hacer alguna foto. Tengo que decir de lo que volví, no me quedé con nada, pero desde luego es una zona que deseo explorar con calma la próxima vez que vuelva.

Hora azul en Kirkjufell

Hora azul en Kirkjufell [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a ISO100, f13 y 30 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Al lado de Kirkufell hay una serie de cascadas en escalera, conocidas como Kirkjufellsfoss. Desde la más arriba de todo se puede fotografiar las cascadas con la montaña sin que se vea la carretera o cualquier otro rastro de civilización humana, que es lo que podéis observar en la foto que al principio de este artículo. Desde la cascada de abajo y es casi imposible que no se vean los cables de la luz o la carretera que hay entre las cascadas y la montaña.

Frío amanecer en Kirkjufell

Frío amanecer en Kirkjufell [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Panorámica de 4 fotos sacadas a ISO100, f13 y 4 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Con un sabor agridulce hicimos nuestras últimas fotos esa mañana, antes de recoger las cosas, desayunar y poner rumbo a Keflavík para coger nuestro avión de regreso a Barcelona (con una más que necesaria parada por el camino en unos baños públicos… no vaya a ser que no nos dejasen montar en el avión).

Islandia: Brúarfoss

Nuestra visita a la preciosa cascada de Brúarfoss fue a un par de días de nuestro regreso de Islandia a casa. Llevábamos un buen rato de sitio turístico a sitio turístico, con la excepción de Þjófafoss. Brúarfoss para nosotros fue una rareza, un día que estuvimos solos, sin turistas alrededor durante la puesta de sol. Un día que Islandia decidió que no hacía falta torturarnos con vientos fuertes… bueno, viento en general. Probablemente fue nuestra tarde más tranquila durante todo el viaje.

Puesta de sol en Brúarfoss

Puesta de sol en Brúarfoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. HDR de 4 imágenes sacadas a ISO100 y f13. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Brúarfoss no es una cascada muy grande. Comparado con lo que habíamos visto hasta el momento incluso podemos decir que es una cascada pequeña para términos islandeses. Sin embargo, el agua glaciar a partir de la que se forma le da un intenso color azul al agua que llama fuertemente la atención.

Puesta de sol en Brúarfoss

Puesta de sol en Brúarfoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. HDR de 4 imágenes sacadas a ISO100 y f13. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Localizar Brúarfoss es increíblemente difícil. Viendo la zona en Google Maps no parece que lo sea, pero una vez te metes con el coche en la urbanización que hay al lado de ella, cualquier referencia se pierde. Los arbustos y pequeños desniveles hacen imposible saber exactamente hacia donde va el camino.

Agua azul de Brúarfoss

Agua azul de Brúarfoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Fusión de 2 imágenes sacadas a ISO100 y f13. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

La forma más fácil para llegar a la cascada es a través de una urbanización que te deja a 10 minutos caminando de la misma. Antes de ir ahí había leído que de vez en cuando la urbanización cierra la entrada a vehículos, dado que la cascada se está convirtiendo en demasiado turística. Por suerte no fue así, dado que la otra alternativa donde dejar el coche es bastante lejos.

Últimos toques del sol en Brúarfoss

Últimos toques del sol en Brúarfoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. HDR de 4 imágenes sacadas a ISO100 y f13. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Para ver un mapa de la urbanización que hay al lado lo mejor es usar la siguiente página web: [ja.is][maps], Google Maps no tiene un mapa de las carreteras ahí. Buscar un track de la ruta hasta la cascada también sería interesante si no os queréis perder.

Empieza la hora azul en Brúarfoss

Empieza la hora azul en Brúarfoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. HDR de 4 imágenes sacadas a ISO100 y f13. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

La cascada cuenta con un puente al lado de la misma, así que es fácil fotografiarla desde ambos lados o desde el propio puente. Estuvimos ahí un buen rato, tranquilos, disfrutando el momento, hasta que casi no veíamos nada. Se notaba que hacía tiempo que no estábamos tan tranquilos.

Durante nuestro periplo por el sur de Islandia hicimos una parada obligatoria en la ciudad de Vík y Mýrdal. Este pequeño pueblo de 291 habitantes se encuentra a 180 km de Reykjavík en la costa sur de la isla. A pesar de su pequeño tamaño es el asentamiento humano más grande a 70 kilómetros a la redonda.

Viento, mar y arena

Viento, mar y arena [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a ISO100, f11 y 1/4 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

El atractivo turístico más importante de Vík y Mýrdal es su playa de arena de basalto negro. Esta fina arena negra es el resultado del océano atlántico a lo largo de los años destruyendo lo que se cree que eran una gran formación de acantilados de columnas de basalto. Hay que tener en cuenta que entre la Antártida (sí, me estoy refiriendo al polo sur) y esta playa solamente hay mar.

Probablemente su segundo atractivo turístico sea su pintoresca iglesia (¿Cuál no en Islandia?) que no visitamos al ver unas excavadoras a su alrededor. Este iglesia tiene una interesante historia detrás, pero tengo que irme un poco por las ramas para contarla (yo siempre me voy por las ramas…). Al lado de Vík í Mýrdal se encuentra el glaciar Mýrdalsjökull, que justamente está encima del volcán Katla. La última erupción registrada de esta volcán fue en el año 1918, por este motivo se cree que este volcán, activo, pueda sufrir una erupción dentro de poco. Esto provocaría el rápido deshielo del glaciar que está encima de él, pudiendo provocar una riada de agua que arrase el pueblo. Se cree que en esa circunstancia el único edificio seguro sería la iglesia, que ya sobrevivió a la anterior erupción. De forma periódica, todos los habitantes del pueblo participan en simulacros de evacuación a la iglesia.

Puesta de sol en Dyrhólaey

Puesta de sol en Dyrhólaey [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a ISO100, f11 y 1/4 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Llegamos a Vík y Mýrdal justo después de comer. Teníamos planeado hacer al día siguiente el amanecer en la playa del pueblo, así que fue lo primero que fuimos a inspeccionar. Paseando por la playa poco a poco nos fuimos acercando a los acantilados para encontrarnos con la primera sorpresa que no esperábamos ver, frailecillos. En todas las guías que habíamos visto decían que a finales de Julio los frailecillos abandonan Islandia, pero parece que no es tan raro verlos hasta en Septiembre. Intentamos hacerles unas fotos desde ahí, pero estaban bastante altos en el acantilado y para mi 70–200m se hacía imposible.

Puesta de sol en Dyrhólaey

Puesta de sol en Dyrhólaey [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a ISO100, f11 y 0,3 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Contentos de al menos haber visto el pajarillo por primera vez en nuestra vida nos desplazamos hasta la playa de Reynisfjara. No teníamos muy claro si hacer la puesta de sol ahí o no. Después de visitar la zona decidimos probar mejor suerte en la península de Dyrhólaey, después de todo, lo más característico de Reynisfjara, sus columnas de basalto en el mar conocidas como Reynisdrangar, también las íbamos a ver mañana desde la playa de Vík í Mýrdal.

Frailecillos en el acantilado

Frailecillos en el acantilado [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a ISO800, f4 y 1/50 seg]. © David García Pérez 2015.

Cuando vimos la carretera que subía hasta Dyrhólaey, no las teníamos todas con nosotros. Una carretera de tierra con fuerte pendiente podía ser demasiado para la autocaravana, menos mal que no teníamos el viento en contra. Después de subirla más airosos de lo que esperábamos, llegamos hasta el faro que hay en la cima. La idea era fotografiar el famoso arco de piedra, pero el viento nos hizo cambiar de opinión. Para fotografiarlo había que acercase al borde del acantilado con el viento empujándote al vacío. Algo que no nos apetecía particularmente.

Reunión de Frailecillos

Reunión de Frailecillos [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a ISO1600, f4 y 1/160 seg]. © David García Pérez 2015.

Personalmente me decanté por fotografiar la puesta de sol hacia el lado contrario, donde teníamos unas interesantes vistas a un paisaje muy particular de Islandia. Al ponerse se nos presentó delante nuestra la oportunidad de volver a intentar fotografiar frailecillos. No siendo el tipo de fotografía que suelo hacer, la verdad es que estoy bastante contento de los resultados.

Amanece en Vík í Mýrdal

Amanece en Vík í Mýrdal [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a ISO100, f11 y 0,6 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

La mañana siguiente, a la hora de fotografiar el amanecer hacía un intenso viento, tan intenso que solamente podíamos disparar en la dirección de viento, cualquier intento de encarar el viento terminabas con arena en todas las partes de la cara. En las fotografías se puede apreciar el movimiento de la arena con el viento.

Hasta aquí llegó nuestra visita a la zona de . Después de una breve visita a unos baños públicos en el pueblo y una tienda de recuerdos (camiseta, buff y guantes cayeron), llegó la hora de hacer ruta hacia el oeste.

Continuo mostrando el resultado fotográfico de mi viaje a Islandia este año. La siguiente parada es en la cascada Þjófafoss, localizada ya hacia el interior de la isla, aún así cerca de la zona sur de la misma. Una cascada algo alejada de las principales puntos turísticos del país, lo cual jugó en nuestra ventaja de alejarnos de las masas de turistas y estar algo más tranquilos mientras hacíamos nuestras fotos. El viento por su parte decidió que seguiría con nosotros esta parte del viaje.

Partimos desde la cascada de Skógafoss y el GPS decidió meternos por la carretera 268 para llegar hasta la carretera 26, desde la cual se accede a la cascada de Þjófafoss. En la parte final de la carretera 268, que es de grava, nos empezó a gustar bastante el paisaje, como íbamos con tiempo decidimos parar al lado de un río hacer algunas fotos.

Camino a Þjófafoss

Camino a Þjófafoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a IS0100, f11 y 1 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

La forma de las nubes daba una pista de la velocidad del viento. Para nuestra desgracia, el viento que daba esas formas tan caprichosas a las nubes también nos acompañaba a ras de suelo. Esto sería una constante en nuestra visita a esta cascada. Fijaros en esta foto del amanecer del día siguiente de como iban de protegidos contra el viento mis compañeros de viaje:

Nada a la intemperie

Nada a la intemperie [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a IS0100, f11 y 1 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Una vez en la carretera 26, y bastante cerca de donde se junta con la 286 (dirección norte), aparece un desvío a mano izquierda, el cual hay que recorrer durante unos pocos kms para llegar hasta la cascada. Una vez allí la lluvia junto con el fuerte viento nos impidió hacer nada. Como mucho protegernos detrás de la autocaravana donde, bajo su protección contra el viento, pudimos hacer alguna que otra fotografía del campo de lava adyacente (llamado Merkurhraun), mientras esperábamos a que la lluvia parase para la puesta de sol.

Campo de lava en Þjófafoss

Campo de lava en Þjófafoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Panorámica de 10 fotos, tomas sacadas a IS0100, f11 y 1 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Þjófafoss es una cascada del río Þjórsá, el río más largo de Islandia, con unos 230 kilómetros de longitud. No es la más alta pero sí la más ancha de Islandia. Su nombre significa cascada del ladrón y la historia dice que un ladrón se ahogó en dicha cascada y de ahí su nombre.

El río Þjórsá se divide antes de la montaña Búrfell, poco antes de al cascada Þjófafoss, que queda a uno de los lados de la montaña. Otra leyenda dice que dicha zona, con el río dividido en dos, fue creada por un gigante que no quería mojarse los pies cada vez que tenía que cruzar el río de un lado a otro.

Anochece en Þjófafoss

Anochece en Þjófafoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a IS0100, f11 y 4 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Cuando ya casi empezaba a ser de noche dejó de llover, lo cual nos permitió robar un par de fotos rápidas a la cascada antes de volver a meternos en la autocaravana para cenar y dormir, esperando que durante el amanecer tuviésemos mejor suerte.

Amanece en Þjófafoss

Amanece en Þjófafoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a IS0100, f11 y 1 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

En el amanecer el viento seguía ahí, pero al menos no llovía. No tuvimos colores en el cielo pero las nubes daban juego. Una vez nos cansamos de limpiar el spray sobre la lente de la cascada nos volvimos hasta el campo de lava hacer alguna foto más.

Merkurhraun

[Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Toma sacada a IS0100, f13 y 0,3 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Al rato no quedaba más que hacer. Recoger las cosas, desayunar, y de vuelta a la carretera a continuando hacia el oeste de la isla.

Ya sabía yo que un mes de octubre lleno de carga de trabajo, compromisos sociales y escapadas de para intentar fotografiar al máximo los colores de otoño me iban a pasar factura en el blog. Mi ritmo de dos entradas por semana se ha parado y esta hago entrada casi en la prórroga.

Bueno, a lo que íbamos, este vídeo que ay publiqué la semana pasada en mi canal de YouTube comento como funcionan los controles de revelado de Lightroom para ajustar el tono de las imágenes de forma global. Es una explicación muy básica pero esencial para entender como afectará cada controla a nuestras imágenes.

Por otro lado, se me olvidó indicar en el propio vídeo que los controles son adaptativos a la imagen. Según el tipo de imagen que tengamos nos permitirán mayor o menos rango. Especialmente en el caso de imágenes HDR, donde dichos controles nos permitirán un mayor rango para poder ajustar de forma más cómoda el gran rango dinámico que tienen dichas imágenes (aunque hay que decir que para este tipo de imágenes, Adobe se quedó algo corta).

Bueno, tal vez más conocida por los no autóctonos, incapaces que somos de pronunciar una palabra como Breiðamerkursandur. Esta playa es lo que geográficamente se conoce como un “sandur”, una planicie provocada por sedimentos fluviales provenientes de la fusión de glaciares. En este caso por los glaciares: Breiðamerkurjökull, Fjallsjökull y Hrútárjökull durante varios cientos de años.

Encarando al mar

Encarando al mar [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f11 y 1 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Aunque quizás por lo que es más famosa Breiðamerkursandur es por que está localizada en la salida del lago glaciar Jökulsárlón, probablemente el lago glaciar más famoso de Islandia. Dependiendo del momento del día, esta playa está llena de trozos de hielo proveniente de los icebergs del lago glaciar que son llevados al mar con la subida y bajada de la marea.

Frío amanecer I

Frío amanecer I [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 1 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Cuando vi fotos de este sitio antes de ir hasta ahí, siempre pensé que se trataba de pequeños hielos, no mucho más altos que el tobillo de uno. Como engañan las proporciones en las fotos, sobretodo cuando no se tiene ninguna referencia cerca. Estos hielos pueden llegar a ser bastante grandes, más altos que uno mismo, y parece increíble como el mar es capaz de moverlos como si fuese nada. En ese momento entendí la advertencia de que era mejor vigilar las olas por si estas movían hacia a ti una porción de hielo que podría golpearte en las piernas provocándote alguna lesión o tirarte el trípode con tu cámara al suelo.

Frío amanecer II

Frío amanecer II [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 0,8 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Nuestro primer día en Islandia condujimos hasta aquí. Llegamos a la hora de la puesta de sol pero no veríamos mucho. Teníamos unas nubes cerradas que de vez en cuando soltaban algo de lluvia. Para más mala suerte, el viento venía del mar hacia la costa, así que la lente se empañaba fácilmente. Aún así esto no nos detuvo para hacer fotos. Resultado de esa sesión es la primera foto que adorna este artículo. La única foto que salvé, los pequeños trozos de hielo eran constantemente movidos por el mar, lo cual hacía sumamente complicado encuadrar… cada ola que pasaba la configuración de hielos cambiaba por completo.

Tímido amanecer

Tímido amanecer [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 0,5 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

La segunda sesión y última en esta zona, fue un amanecer varios días después. La noche anterior había caído una fuerte lluvia y no esperábamos mucho del amanecer. ¡Qué equivocados estábamos! A pesar de estar nublado por donde salía el sol, toda esa zona era lo suficientemente fina para que tomase color rojo y amarillos, dando un toque de contraste con el frío azul del hielo.

Estelas en el hielo

Estelas en el hielo [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 0,5 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Esa mañana la cantidad de hielo era sumamente mayor que la anterior vez. Tanto que era casi imposible aislar nada. También el tamaño de las porciones era mucho mayor, lo cual si que facilitaba fotografiarlos. Estos no eran movidos tan frecuentemente por la fuerza del mar, evitando que la composición cambiase o los hielos saliesen movidos.

Piedras, arena y hielo

Piedras, arena y hielo [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f11 y 0,8 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Por supuesto, la fina arena negra era otro de los elementos compositivos más interesantes de la playa. Su contraste con los hielos se puede apreciar en todas las fotos que decoran este artículo. Hablando de la arena, esta fina arena negra se cuela por todas la partes. Vigilar vuestro trípode, que aquí a parte de la sal también sufrirá por dicha arena.

Hace algunos días publiqué un breve vídeo sobre como me aproximé a una sesión fotográfica de amanecer en el Néouvielle, en los Pirineos franceses. En el siguiente vídeo os explico como revelé una de las fotos que se muestran ahí. En este caso la edición es muy sencilla y directa, como veis, sin prisas pero sin pausas en menos de 10 minutos tengo la foto lista con Lightroom:

El resultado final en grande:

Amanece en Néouvielle

Amanecer en Néouvielle [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f11 y 1,3 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Antes de cerrar perdonar por la calidad del sonido en el último minuto del vídeo. Tuve un error con el equipo de grabación que provocó que perdiese el audio en esta zona.

Islandia: Seljalandsfoss

En nuestro viaje a Islandia sabíamos que iba a ser imposible estar tranquilos haciendo fotos todos los días en la localización. Como era nuestro primer viaje queríamos ver varias de las localizaciones más famosas, tanto para fotógrafos como para turistas habituales. Este es el caso de Seljalandsfoss que se encuentra a dos minutos de la carretera 1 o la circular, la más transitada por los visitantes de la isla (a parte de que la cascada la ves si vas en dirección este desde la propia carretera).

Seljalandsfoss

Seljalandsfoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 1,3 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Una solución hubiese sido fotografiarla al amanecer, como hicimos en el caso de la cascada de Skógafoss. Pero en un viaje de solamente 10 días y con tantos sitios que queríamos ver, alguno tendría que ceder para no ser fotografiado en las mejores condiciones. De todas formas, Seljalandsfoss es una cascada para ser fotografiada en el atardecer. Dado que uno se puede meter detrás de la cascada y fotografiar el sol a través de ella durante la puesta.

Si habéis leído las entradas anteriores sobre este viaje a Islandia ya sabréis que cada dos por tres nos encontrábamos con un equipo de rodaje filmando una película. De las cuatro veces esta fue la que más molestó. Se habían metido dentro de la cascada y estaban formando una cola de turistas que también querían entrar dentro para ver la cascada desde allí. La opción era o no fotografiar la cascada o fotografiarla con gente y sencillamente dejarse llevar. Esto fue lo último por lo que optamos.

Vistas desde lo alto de Seljalandsfoss

Vistas desde lo alto de Seljalandsfoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 0,5 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Como queríamos estar algo tranquilos, un amigo y yo decidimos subir un montículo a la derecha de la cascada, según miras a la misma, para evitar algo el bullicio y poder concentrarnos. La idea que al principio parecía buena, comenzó a complicarse un poco durante la subida. El terreno estaba bastante mojado de las lluvias anteriores y con la pendiente que había, uno iba resbalando de vez en cuando. No me preocupaba la subida, sino la futura bajada, todo apuntaba que sería casi con mi culo rozándose ladera abajo. Cuando llegamos arriba del todo vimos que por otro lado había una subida mucho más tranquila, estaba claro que teníamos que haber estudiado el problema con más calma.

Seljalandsfoss

Vistas desde lo alto de Seljalandsfoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 0,5 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Desde arriba a parte de fotografiar la cascada también ganamos las vistas hacia el mar donde había unas fantásticas nubes que, con el delta del río, hicieron una foto que podéis ver acompañando este texto.

Como media hora antes de la puesta de sol la gente del rodaje empezó a recoger todo, y nosotros aprovechamos para acercarnos hasta la cascada y intentar fotografiarla desde atrás. Seljalandsfoss es una cascada de 60 metros de altura y meterse dentro de ella es bastante impresionante. Todas las fotos que hice desde ahí las tuve que tirar, fue imposible hacer una donde no tuviese alguna gota de agua sobre la lente o alguna zona empañada.

Seljalandsfoss y la granja

Seljalandsfoss y la granja [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f11 y 1 segundo de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Estuvimos hasta casi noche cerrada. Fotografiando la cascada ya desde el río, el (río líquido). No me he molestado en editar ninguna de estas fotos, la iluminación artificial que le han puesto a la cascada por su atractivo turístico no me acaba de convencer en los resultados.

Gljúfurárfoss

Gljúfurárfoss [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 0,4 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Al día siguiente nos acercamos a la cascada de Gljúfurárfoss, una cascada que está a un kilómetro de distancia de Seljalandsfoss. Es una cascada curiosa, dado que está dentro de una grieta. Las fotos que le hice desde fuera no me gustaron ninguna y os pongo decorando este artículo una desde dentro. Fotografiarla dentro es altamente complicado, esperar que la cámara se os esté mojando constantemente y vosotros también. Aunque había gente que pasaba haciendo equilibrios entre las rocas, realmente para meterse dentro sin muchas preocupaciones unas botas de agua es lo más recomendable.

Islandia: Vesturhorn y Stokksnes

Teníamos un plan en nuestro viaje a Islandia, nada más salir del aeropuerto, nuestro objetivo sería intentar llegar lo antes posible hasta la localización más lejos que teníamos pensado fotografiar y después volver poco a poco de vuelta hacia el aeropuerto intentando fotografiar todo lo que pudiésemos en las mejores condiciones. Esta localización más lejana en nuestro primer viaje a Islandia era la península de Stokkness, siempre vigilada por las preciosas montañas de Vesturhorn.

Montañas de Vesturhorn en Stokksness

Montañas de Vesturhorn en Stokksness [Canon 5D Mark II con Canon TS-E 24 mm f/3.5 L II. Panorámica de 3 fotos sacadas a IS0100, f11 y 8 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Las montañas de Vesturhorn no son muy altas, unos 500 metros de altura, pero salen casi verticales desde el suelo y desde la playa y la zona de dunas de arena negra resultan bastante impresionantes, dando lugar a grandes oportunidades fotográficas. Al final de la península hay un faro, aunque esa zona está vallada, y no se permite el acceso a la gente. A la derecha del faro sale un camino que nos permite ir recorriendo una preciosa costa.

Esta región tiene la importancia histórica de ser una de las primeras localizaciones en Islandia donde se asentaron poblaciones humanas, aunque de esos restos poco queda.

Exceptuando la zona del faro, toda esta región es de propiedad privada, aunque hay cierta controversia en internet al respecto, si queréis acceder a ella hay que pagarle al dueño del Viking Café (unos 6 euros por cabeza), que está justo al lado de la carretera que lleva hasta al faro. El Viking Café también es un camping, por lo que si queréis pasar la noche ahí para hacer el amanecer hay que pagar un extra más, tal y como hicimos nosotros.

Cuando miramos la predicción del tiempo para ese día, nos decía que para el anochecer la zona de Stokksnes había una alta probabilidad de lluvia, pero que sí subíamos un poco más arriba, hasta la costa de Lækjavík. En teoría teníamos posibilidades de una puesta de sol interesante por esa zona. Supongo que podemos dar gracias de que no lloviese.

Costa de Lækjavík

Costa de Lækjavík [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. Foto sacada a IS0100, f13 y 1/15 seg. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Paramos en una playa con un obelisco gigantesco en el medio, y a pesar de ir con botas de agua, un compañero y yo nos mojamos casi hasta la ropa interior… menos mal que soy gallego y ya debería estar acostumbrado a los caprichos del atlántico. No sería la última vez que experimento lo frías que están estas aguas nórdicas en este viaje. Antes de marcharnos, las nieblas que había entre rocas y montañas cercanas nos llaman la atención y nos dedicamos a pasear hasta casi el anochecer fotografiándolas.

Costa de Lækjavík

Costa de Lækjavík [Canon 5D Mark II con Canon 70–200f4L IS. HDR de 5 imágenes sacadas de 0,4 segundos a 1/13 segundos, f16 a IS0100. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Volvemos hasta la zona de Stokksness y dormimos, confiando que al día siguiente tuviésemos un buen amanecer. Supongo que podemos dar gracias que durante las primeras horas del amanecer pudimos ver la montaña de Vesturhorn. Aunque poco duró, rápidamente las nubes que entraban del mar la volvieron a tapar. Pasamos la mañana jugando con las nubes y con la arena negra de la playa. Casi cuando nos marchábamos, paramos en la pequeña laguna para jugar un rato con las dunas pequeñas y los reflejos del sol, único momento que las nubes pillaron algo de color tímidamente.

Dunas de Stokksness

Dunas de Stokksness [Canon 5D Mark II con Canon EF 17-40 F4L. Tomas sacadas a IS0100, f13 y 20 segundos de tiempo de exposición. Trípode y disparador remoto utilizado]. © David García Pérez 2015.

Antes de marcharnos de la zona, paramos en un pequeño set de rodaje que montaron en la zona para rodar una película de vikingos. O esa aventura contaba el propietario del Viking Café. La verdad es que los escenarios parecían que estaban a punto de caerse en cualquier momento (a parte de quedar reflejados en alguna foto de las que hicimos durante nuestro amanecer). Sin más dilación, había llegado el momento de poner rumbo oeste, el resto de la isla nos estaba esperando.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies