Ahora mismo, en unos minutos, tengo un programa en vivo en Photo Espresso, donde charlaré con Peter Urban sobre páginas web interesantes para fotógrafos. Eso sí, en inglés. Lo podréis ver en vivo a través de esta web: SmibsTV Live. Y después se repetirá durante unas horas.

Citando su blog:

Join host Peter Urban and guest photographer and blogger, David Garcia Perez as they highlight the internet’s most important websites for photographers. They will talk about influential photographers and bloggers and the evolution of some of the greatest websites online today.

Después del primer artículo donde introduzco de forma muy básica como se construye un histograma, ahora toca explicar un poco como leerlos. Para la gente que no vea estos artículos únicos, simplemente decir que es la única herramienta útil para juzgar la exposición de una foto en una cámara digital.

En el mundo de carrete y película fotográfica, uno nunca sabía si una imagen estaba bien expuesta hasta que revelaba la foto, aunque con la experiencia era bastante más frecuente el acierto que el fallo. En la era digital, la gente suele juzgar la exposición mirando la pantalla de su cámara, uno toma una foto, mira la pantalla y juzga si está muy brillante (sobreexpuesta) u oscura (subexpuesta) y ese es uno de los grandes errores hoy en día. Lo que veas en la pantalla depende de varios factores completamente independientes de lo que realmente ha capturado el sensor. Depende de la configuración de brillo y contraste que tengas puesto a la pantalla de tu cámara, depende de las condiciones de iluminación ambiental donde estás viendo la foto y, obviamente, depende de la calidad de la pantalla. Todo esto después lleva a que nos llevemos sorpresas a la hora de ver las fotos en un ordenador.

El histograma será la herramienta que nos diga sí la foto está bien expuesta o no, dado que lo que nos muestra será la distribución tonal que consiguió capturar el sensor (aquí hay un gran «pero,» lo introduciré más adelante en futuros artículos, para no complicar este). Nada mejor que ver esto a través de una serie de ejemplos.

Ejemplo 1 – Imagen con exposición «normal».

En esta primera imagen vemos como todo el histograma está repartido desde la izquierda, zona de tonos oscuros – negros, hasta la derecha, zona de tonos claros – blancos. La mayor parte de los pixeles se encuentra entre estos dos puntos (las barras son más grandes que en los bordes del histograma), esto quiere decir como se muestra en la imagen, que hay una buena distribución entre tonos oscuros y claros. Cómo veis, el histograma no indica donde están esos pixeles, sino simplemente cuantos hay de cada tipo.

Ejemplo 2 – Imagen subexpuesta.

En este segundo ejemplo vemos a través del histograma como la mayor parte de los píxeles tiene valores oscuros, siendo la mayor parte de ellos de color negro puro. Simplemente hay que fijarse que alta es la gráfica en su lado izquierda, lo cual indica que hay muchos más píxeles con esos valores. Cómo veis, comparada con la primera versión de la imagen, esta es muy oscura. Si vemos un histograma así en la cámara, quiere decir que gran parte de la imagen será negro puro, sin ningún detalle en la zona de sombras de la misma.

Ejemplo 3 – Imagen sobreexpuesta.

Y ahora, en el último ejemplo, tenemos el caso contrario. La concentración de píxeles está a la derecha del histograma. Como se observa en la gráfica de la figura superior, el pico está a la derecha de la imagen, indicando que una gran parte de los píxeles son blanco puro. Sí esto lo vemos en la cámara, indica que hemos sobreexpuesto la imagen, gran parte de los píxeles son blanco puro, y de ahí va a ser imposible sacar ningún detalle, por mucho que se intente procesar en Photoshop.

Bien, hay que tener en cuenta que en este ejemplo, obviamente la primera imagen tiene el histograma derecho, es la que permite ver la imagen sin perder ningún detalle en ninguna parte. Ahora bien, por motivos artísticos, muchas imágenes que nos vamos encontrar tendrán su histograma muy a la derecha, imágenes en clave alta, o el histograma muy a la izquierda, imágenes en clave baja.

La introducción de la fotografía digital se trajo consigo la introducción de una herramienta fundamental en esta era, el histograma. Concepto extraño para mucha gente que pocas veces se toca en profundidad pero fundamental para entender conceptos como exposición en fotografía digital o procesado básico de imágenes (y avanzado también, pero realmente no suelo hacer cosas muy complicadas con el ordenador, aunque la gente después piense lo contrario). Este artículo va introducir el histograma de forma muy básica, no os va revelar nada nuevo para muchos, pero me servirá como base para otros artículos que escriba ya de mayor utilidad.

En estadística, un histograma es una representación gráfica, mostrando de forma visual una distribución de datos. Es una estimación de de la distribución de probabilidad de una variable continua, introducido inicialmente por Karl Pearson.

¿Qué? ¿Recordando vuestras clases de matemáticas? No es que sea de mucha ayuda esa información a la hora de aplicarlo a imágenes, pero navegando un poco más por la wikipedia llegamos al concepto de histograma de imagen:

El histograma de una imagen es un tipo de histograma que actúa como una representación gráfica de la distribución tonal de la imagen digital. Dibuja el número de pixels para cada valor de tono de la imagen. Mirando al histograma de una imagen específica el espectador será capaz de juzgar su distribución tonal a simple vista.

Esta descripción ya parece un poco más útil, pero creo que la mejor forma de entenderlo es de manera gráfica. Tomemos por ejemplo la figura debajo de este texto. En este caso imagen 1 es una imagen de 4 píxeles, los cuales solamente pueden tener dos valores, u tonos como los introduje anteriormente, uno negro y otro blanco. Para crear el histograma simplemente contamos, tenemos 3 píxeles negros: A1, B1 y A2, y un único pixel blanco: B2. Un histograma no es más que un gráfico de barras reflejando esa cuenta. Como podéis ver en la imagen después del párrafo, la barra del negro tiene un valor de 3 (3 píxeles negros), frente a la barra del blanco que tiene un valor 1 (un único pixel blanco).

Imagen 1 – Histograma para una imagen 4×4.

Por tradición, convenio, o lo que queráis, se le asigna siempre el valor numérico 0 al negro, por eso en el gráfico anterior la barra representando cuantos píxeles son negros en la imagen está a la izquierda. No era un ejemplo muy difícil, ahora tomemos el ejemplo 2, una imagen de 9 píxeles, pero lo complicamos, ahora tenemos 3 valores de color: negro, gris y blanco. Pues repetimos lo mismo, tenemos 2 píxeles negros: A1 y A2, 3 píxeles grises: B1, C2 y B3, y 4 píxeles blancos: C1, B2, A3 y C3. Lo cual volvemos a representar en un diagrama de barras, como se muestra en la imagen a continuación. Como veis mantenemos la continuidad a la hora de representar, vamos de valores más oscuros a más claros.

Ahora en una imagen actual que capturan vuestras cámaras, la cosa se complica mucho más. Por ejemplo, una imagen JPEG tiene 256 niveles de iluminación, desde negro a blanco, tenemos 253 valores posibles de gris, lo cual hace que el histograma tenga un aspecto como este.

Imagen 2 – Complicamos las cosas !Ahora la imagen tiene un tamaño de 9×9 píxeles!.

Sí, la imagen anterior es en color, realmente en este caso tendríamos 3 histogramas, uno para el rojo, otro para el verde y otro para el azul. La cámara, photoshop u otro programa lo que suele hacer es representarnos un histograma mezcla de esos colores, pero eso ya lo trataremos en otros artículos.

Cita

La madre naturaleza es desordenada, y es el reto para todo fotógrafo de la naturaleza el intentar simplificar dicho desorden.

Michael Reichmann en su Luminous Landscape Video Journal 14.

Antes de nada, perdonar por las fotos de ejemplo. No es que sea una gran foto, el encuadre no me me gusta para nada, pero valen perfectamente para lo que quiero ilustrar en este pequeño artículo. Al menos sé que el autor no se va a quejar de que diga que las fotos en sí son malas.

Bien, estamos en la época digital y yo os voy hablar de filtros, ¿filtros? ¿Pero esa no era algo para el mundo analógico que hoy en día con un ordenador se soluciona? Pues yo personalmente considero que no en dos casos particulares, uno de ellos es el del polarizador. Desde mi punto de vista este es un filtro que tiene que estar en toda la mochila/bolsa de alguien que le guste hacer fotografía de la naturaleza. No voy a empezar por el típico ejemplo de usarlo para oscurecer el cielo, eso realmente sí que lo puede hacer Photoshop con mayor o menor trabajo. Voy a empezar con uno de los casos que es más útil, fotografiando agua.

El ejemplo es la típica cascada de río, probablemente, esta en concreto, esté fotografiada en miles de ocasiones por su fácil acceso en el Parqué Natural de Montseny. Esta primera fotografía está sacada sin ningún filtro delante de la cámara. El único ajuste que se ha hecho en el ordenador ha sido ajustar el punto de blanco y negro con Lightroom.

Cascada en Santa Fé del Montseny – «SIN Polarizador». © 2011 David García Pérez

Ahora, para la segunda toma, puse un filtro polarizador delante de la lente (en concreto un polarizador estándar de la marca Heliopan). De nuevo, el único ajuste realizado es el punto de blanco y negro con Lightroom, cualquier otro parámetro como saturación, contraste, brillo, etc… está tal cual los saco la cámara (esta última frase es peligrosa, quiero decir que no toqué esos controles en Lightroom, modificar el punto de blanco y negro afecta a esos parámetros de forma indirecta). Si os fijáis en las rocas, veréis como al poner el polarizador, y girándolo en su punto de mayor polarización, el carácter de la imagen cambia totalmente, las rocas ganan contraste, y un tono que personalmente me gusta más, al contrario de ese gris soso que se ve en la primera imagen.

Cascada en Santa Fé del Montseny – «Con Polarizador». © 2011 David García Pérez

Por otro lado, el polarizador aumenta también, de forma ligera, la saturación de la imagen, esto último se puede apreciar ligeramente en las hojas muertas en los bordes de la cascada.

Hay más usos del polarizador que intentaré explicar aquí, siempre y cuando me encuentre con ejemplos interesantes cuando salga hacer fotos, cosas como obscurecer el cielo, resaltar la saturación en bosques, cambiar el tono del agua del mar, reflejos, etc.

Todo tiene un comienzo

Sí, todo tiene un comienzo, y ahora toca comenzar con este blog. Es curioso que empiece un nuevo blog, sobretodo cuando tengo mi blog personal davidGP.com en prácticamente muerto. Pero los motivos son obvios, para aquellos que me conocéis sabéis por qué, aquellos que han llegado hasta aquí por error, simplemente decir que desde los dos últimos años mi vida ha girado entorno a una única pasión, la fotografía.

Así qué, llevo dos años con una cámara de fotos, ¿Y ya pienso que soy todo un profesional? Pues la verdad es que no, no creo que lo sea, probablemente nunca llegue a serlo, pero los objetivos de esta página web están muy claros para mí. De entrada, me valen para pararme y explicar de forma detallada todo lo que aprendí de fotografía estos dos últimos años. Siempre se dice que cuando tienes que explicar una cosa es cuando realmente la aprendes, y mi experiencia personal me lo ha demostrado en más de una ocasión. Segundo, escribiendo sobre lo que sé aquí de fotografía, poniendo mis propias fotos y explicar lo que he hecho con ellas, etc. me valdrá para que me critiquéis, para que me digáis cosas como: ¡Pero tú eres tonto! ¡Eso no se hace así!, ¿Por qué no has hecho eso? etc. Sí, la idea es que se me critique abiertamente, por qué como decía al principio, yo aún estoy aprendiendo.

Amanecer en el Faro de la Illa Pancha. © 2010 David García Pérez.

Realmente, tal y como decía el fotógrafo Guy Tal en su artículo: «Aprende fotografía en 81 años,» lo divertido de la fotografía no es hacer buenas fotos, es el proceso, es considerar que todavía tienes cosas por aprender, por darte cuenta que hay otras formas de hacer las cosas, para no quedarte estancado sacando siempre la misma foto. Y es que en la fotografía se puede aplicar la típica frase: «Cuanto más sé, más me doy cuenta de cuanto me falta aún por aprender.»

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