Mi despedida de la Isla de Skye no fue afortunada, volví a intentar de nuevo el amanecer en Heast, y de esta vez si que encuentro la zona que me había indicado Dave, pero la suerte no acompaña. El motivo principal de la fotografía, las Five Sisters están completamente tapadas por nubes, y la cosa no promete mucho, tanto que no vais a ver ninguna foto de ese amanecer.

Vuelta a la rutina (¿no estáis cansados de que os cuente lo mismo artículo tras artículo?), dormir otras cuatro horas, levantarme, y bajar a desayunar. Dave y Ann ya estaban allí para despedirse, que claro, como no podía ser de otra forma, nos llevó como 2 horas de charlas sobre fotografía, naturaleza y la vida en general. De paso, indicándome donde debería parar para intentar conseguir alguna foto de camino a Glen Coe, último destino de mi ruta antes de volver a Barcelona a la rutina diaria.

Por el camino fui parando en varios punto que me había indicado Dave, desde puntos de carácter histórico como Glen Shiel, donde ocurrió la última batalla entre escoceses y ingleses (con españoles por medio), pasando por puntos donde se podían hacer alguna que otra foto interesante, hasta terminar con alguna recomendación de donde parar a comer por el camino.

entre Skye y Glen Coe

Entre Skye y Glen Coe.

Después de unas horitas de coche, me aproximo a Glen Coe y la cosa ya empieza a prometer. Después de hacer checking en el albergue donde iba a dormir estos dos últimas noches, toco empezar a reconocer la zona.

Las montañas escocesas no son muy altas, al menos las de esta zona no pasaban de los 1000 y poco metros. Pero desde luego, teniendo en cuenta que te encuentras alrededor de ellas casi a nivel de mar, y salen casi como champiñones para arriba, la sensación de inmensidad es bastante grande. A parte de esto, que creo que ya lo comenté anteriormente, Glen Coe te lleva a esa imagen que puedes llegar a tener de Escocia, esos grandes terrenos verdes, sin muchos árboles y completamente salvajes.

Después de revisar la zona de Loch Bâ (que ya no se puede considerar Glen Coe dado que pertenece a la región de Rannoch Moor), donde tenía pensado hacer el amanecer el día siguiente, me dirigí a la ladera de Buachaille Etive Mòr. Esta es una de montaña que destaca sobre las de su alrededor por su forma piramidal, y ya de paso un oportuno río pasa a su lado con un bonita cascada con la que fotografiarlo.

Y aquí, al lado del rio Etive, tuve uno de esos momentos que le alegran la vida a cualquier fotógrafo de paisaje. La mejor posición para hacer la foto ya estaba ocupada por un señor mayor, con su trípode de madera, y su cámara Linhof Technika, la cual nunca había visto en funcionamiento. Mientras esperaba haciendo algunas fotos a su lado, pensando que el encuadre donde él estaba era ideal, me deleité viendo como trabajaba. Se ponía una sábana por encima mientras ajustaba la composición a través de su vidrio esmerilado (no sé si es esta exactamente la traducción de ground glass dentro del ámbito fotográfico), después media la luz con un medidor externo, ajustaba apertura y tiempo de exposición en la lente, cebaba el obturador, y metía una placa en la cámara lista para ser expuesta. Y en este punto se puso a esperar, igual que yo miraba como se movían a una velocidad increíble las nubes sobre la montaña, y impacientemente estaba esperando el momento en que todo se cuadrase, mientras espantaba midges de su cara. Mientras echaba pestes y juraba por la bajo, seguía comprobando con el medidor que la luz no hubiese cambiado mucho. Hablamos un rato y cuatro placas después se da por vencido. Las nubes no se quieren poner detrás de la montaña como a él le gusta y toca el momento re recoger los bártulos y marcharse a otro lado. Después de despedirnos, llegó mi momento de aprovechar el hueco donde él había puesto su trípode.

Etive River

Etive River.

El lugar elegido para la puesta de sol era Loch Etive, el sitio en sí no es que sea muy interesante, a no ser que tengamos una puesta de sol de estas espectaculares con explosión de color, y estaba claro que mi suerte de los días anteriores no había cambiado. Unas bonitas nubes grises continuas, sin nada de textura, y con una ligera lluvia. Aquí no había mucho que hacer así que decidí regresar para dormir tranquilamente y ver si mi último día traía mejores cosas. Pero la fortuna debía tener pena por mí, y en mi camino de vuelta al albergue me encuentro de bruces con una manada de ciervos.

Ciervo

Esquivo ciervo mirando de reojo a malvado fotógrafo.

Paro el coche, pillo cámara y 70–200, que era lo más largo que tenía, subo ISO y juego un rato haciéndoles algunas fotos a lo lejos. Más de recuerdo que otra cosa, por qué obviamente se nota que lo de fotografiar bichos no es lo mío, y estos en concreto no les hizo mucha gracia ser fotografiados, intentaban mantenerse todo el rato a una distancia que mi 70–200 no les pudiese hacer una buena fotografía. Pero me alegraron el, hasta el momento, aburrido atardecer.

Después de esta “pequeña” pausa de varios meses donde no actualizaba nada en el blog, continuemos narrando como fueron mis aventuras por Escocia, tierra a la cual tengo muchas ganas de volver a pesar de un día como este, donde parece que la mayor parte de las cosas salen al revés.

Otra día más, la misma rutina por la mañana. Me levanto a las 3:00 de la mañana, más dormido que despierto, me visto, cojo las cosas, para el coche y me dirijo hasta una zona que me había dicho Dave. No lo había explorado bien el día anterior y veo que hay unos bonitos postes eléctricos que me van a molestar increíblemente, me muevo más por la zona, y no encuentra nada que mejore lo actual. Bueno, ya estaba despierto y intento hacer lo mejor que pueda de dicha situación.

Amanece en Heist

Amanecer en Heist.

De regreso al bed and breakfast mientras pienso en el desayuno que me esperaría a la mañana siguiente como consuelo. Otras cuatro horitas de sueño para después levantarse, ducha y a desayunar. Como todos los días Dave estaba por allí con el desayuno listo y planos para indicarme una pequeña ruta por fuera de Skye.

Mi primera parada fue en Mam Ratagan, un mirador desde el que se pueden ver las cinco hermanas (five sisters), unas montañas muy características de la zona. Las condiciones de luz dejaban de ser las ideales, así que después de disfrutar un poco el paisaje y pensar un rato si era un buen sitio para hacer un amanecer al día siguiente, continué haciendo kilómetros en el coche.

Siguiente parada en la desembocadura del rio Kylerhea, donde había una sucesión de pequeñas playas y bastante gente acampada en ellas. La verdad es que el día era frío, y después de un pequeño paseo simplemente haciendo un par de fotos de recuerdo más que otra cosa, a conducir hasta el siguiente punto.

Desembocadura de rio

Desembocadura del rio Kylerhea.

Dave me había recomendado seguir por una carretera hasta llegar a unas estructuras de la edad de hierro conocidas como Broch. Básicamente son crudas fortalezas de piedra. Según me contaron cuando los clanes escoceses iban a robar ganado o mujeres y niños al clan vecino, de forma defensiva, la gente y animales se refugiaban en estas estructuras hasta que el asedio pasase. Y aquí es donde yo cometo un pequeño error. Empezó a llover de forma significativa y me pasé de largo el primer Broch que me había indicado Dave ¡Y eso que no era pequeño! Continué conduciendo hasta que el camino se convirtió en una carretera de tierra, por el momento la carretera parecía buena, así que no me importó continuar con el Opel Corsa por ahí. Pero las cosas se complicaron y decidí que lo mejor era parar, no vaya ser que me quedase perdido en medio de la nada. Había leído que el otro Broch estaba como a una milla, así que continué con los trastos a pie, hasta llegar a las ruinas de una edificación de piedra que la verdad es que no estoy para nada seguro si era el Broch o los restos de una cabaña de pastoreo. Pero al menos la lluvia había pasado y yo disfruté de un par de solitarias horas en medio de la nada.

Restos de un Broch

Restos de un Broch.

De regreso hacia Skye veo perfectamente el primer Broch que se conservaba de forma excepcional, decido fotografiarlo, bueno, le hago un par de fotos de recuerdos. Nada más sacar la cámara parece que la lluvia que me había dejado tranquilo hasta ese momento pensó que era una buena oportunidad para volver a incordiar.

El día no había sido muy productivo fotográficamente hablando. Viendo que el tiempo se me echaba encima decidí que lo mejor era irse de camino hasta el punto de la puesta de sol, el pequeño pueblo pesquero de Plockton. El pueblo es bastante fotográfico, pero la intensa lluvia decidió que me centrase en mi segundo objetivo, por una vez en el viaje, cenar caliente. Me habían comentado que la sopa era un plato típico en los restaurantes del pueblo, y la verdad, es que con el frío húmedo que tenía encima, algo caliente para calentar el cuerpo apetecía mucho.

Después de la cena y ya con el tiempo justo, tocó el momento de acercase al punto de la puesta de sol. confieso que me perdí un poco hasta encontrar una posición elevada y óptima. Y como las cosas no habían estado funcionando bien ese día, la verdad es que tampoco iban a comenzar a funcionar ahora. El disparador de timelapses de la segunda cámara dejó de funcionar. Después de varios minutos de pelea decidí centrarme en hacer fotos y olvidarme del tema, una pena, por qué el movimiento de nubes era espectacular.

Anochecer en Plockton

Anochecer en Plockton, Skye y los Cullins de fondo.

La verdad es que después de procesar las fotos de esa puesta de sol me quedo con la sensación de que no lo aproveché. Veo las fotos y realmente considero que no hacen justicia a lo que sentí. No os confundáis, no hacía unas condiciones de esa foto espectacular de puesta de sol, pero realmente estaba disfrutando mucho las condiciones cambiantes de las nubes, con ese contraste entre amarillos y azules. Ahora cuando miro mis fotos finales no consigo revivir esos momentos.

En mi anterior artículo ya comentaba que llevaba algún tiempo pensando en escribir este sobre el declive del mercado fotográfico en los últimos dos años. Artículo que se escapa un poco de los típicos artículos que suelo escribir por este blog y ya veremos cual es el resultado (de entrada ya me excuso para que no me critiquéis mucho).

Ya hace algún tiempo que se sabe que el mercado consumidor de cámaras digitales está en declive. Ya poca gente lleva encima una de estas cámaras point-and-shoot que tan de moda estaban en la década pasada. El teléfono móvil se ha convertido en lo más conveniente, tiene calidad más que de sobre y a pesar de no tener una lente zoom, el hecho de que siempre lo llevamos encima y la posibilidad de compartir al momento las fotos que sacamos con quien queramos ha hecho las otras cámaras casi un recuerdo del pasado.

Amanecer en Neuvilleå

Amanecer en Neuville.

Lo que tal vez sorprenda alguno es que desde finales del año pasado este declive en ventas de cámaras se ha contagiado a sus hermanas mayores, las réflex digitales (por el momento el mercado de medio formato parece que sigue creciendo en ventas desde su caída y reestructuración de la década pasada, donde básicamente solamente unos pocos fabricantes han sobrevivido). La primera alerta saltó el año pasado cuando las ventas bajaron en general para todos los fabricantes, no se sabía si la crisis había llegado por fin a la réflex digitales o si el mercado ya había alcanzado su techo y estabilizado. Pero la situación parece que no se mantiene constante, últimas noticias indican que las ventas a mitad de esta año 2013 continúan mal, las réflex digitales y cámaras de lentes intercambiables en general habían vendido un 10% menos de unidades que con respecto al mismo periodo del año anterior. Desglosando por compañía Canon habría vendido un 23% menos, Nikon un 18% (más grave para ellos, dado que los productos fotógrafos representan más del 80% de su negocio, al contrario que la competencia), Sony y Fujifilm juntos habrían vendido un 35% menos de unidades (curiosamente Sony tiene la ventaja de fabrican sensores digitales de fotografía para telefonía móvil con lo cual recupera bastante inversión en este mercado gracias a eso).

Y la situación parece no mejorar ahora que nos acercamos a finales de año con las navidades en el horizonte. Nikon ya ha rebajado sus perspectivas de ventas y beneficios de este año por segunda vez consecutiva mientras que Sony también indica que su división de productos de imagen no esperan vender tanto como esperado. Estamos ante el segundo año consecutivo donde las ventas de réflex digitales bajan de manera significativa y dónde el mercado de compactas sin espejo (mirrorless) en vez de despegar como mucha gente anunciaba (yo incluido), cada vez venden menos unidades.

Hay muchas teorías de por qué esto puede estar pasando, por nombrar algunas que pasan ahora mismo por mi cabeza, siempre pensado que son pura especulación. En los últimos años estamos viendo como cada modelo de las réflex digitales más baratas no se diferencian mucho de los modelos del año pasado, realmente las diferencias son tan mínimas y las ventajas tan pocas que pocas veces justifican el gasto de una cámara a otra (en este caso estoy hablando de modelos de cámaras por menos de 1000 euros que son las que mayoritariamente se venden). La falta de conectividad de las mismas también es un factor importante, vale que ahora tienen wifi, pero siguen sin llegar a los niveles que tiene un teléfono móvil (y el último Apple iPhone 5 es capaz de alcanzar 10 frames por segundo, mucho más que la mayor parte de las cámaras que se venden hoy en día, y más que suficiente para capturar esas imágenes de tus hijos jugando, recordar, hablando del mercado consumista). Y por otro lado, volviendo al artículo anterior, el software siempre ha sido un gran descuidado por estas cámaras, son complejas de manejar para el que solamente quiere apretar un botón y sacar la foto, y carecen de esas 30.000 aplicaciones con las que después las puedes procesar al momento y compartirlas con tus amigos, familia, o mundo entero.

¿Es del todo malo? Pues la verdad es que yo veo esta situación con marcado interés y creo que de gran beneficio para nosotros. Los diferentes fabricantes ya han empezado a darse cuenta que el mercado consumidor ya no está muy interesado en sus productos, así que tienen que centrarse en el mercado entusiasta o profesional, haciendo productos cada vez más pensados para ellos. Cámaras que parezcan sexy para un/a fotógrafo/a. Un claro ejemplo de ellos es la serie Fuji X, Fujifilm de casi desaparecer del mercado se ha hecho su huequecito gracias a crear cámaras que cualquier fotógrafa/o desee utilizar. Si os fijáis en el proceso, primero se han centrado en crear productos que cualquier profesional quisiese utilizar para después sacar productos más baratos y tal vez menos atractivos para intentar también pillar algún consumidor despistado, y al mismo tiempo mimando a sus primeros compradores con actualizaciones de software que dan nueva vida a productos que ya llevan más de dos años en el mercado.

Olympus, casi a punto de desaparecer por una directiva más interesada en sus bolsillos que en la compañía, ha vuelto con cámaras de su serie OM-D (¿Quién pensó este nombre?), caracterizadas en tal vez su diseño retro pero con todos eses controles manuales que tanto nos gustan.

Sony está siguiendo un camino distinto. Centrándose en su punto fuerte, los mejores sensores que hay en el momento, deja de lado los toques retro, y se centra en introducir cámaras como la a7 ó a7r donde no se sacrifica la calidad pero se consigue un tamaño increíblemente pequeño, para una full-frame.

Incluso Nikon parece estar moviendo ficha, su Df está claramente orientada a cautivar a los fans más acérrimos de la marca, e incluso a los nostálgicos que quieran volver a sentir una cámara de las de antes pero con las ventajas del digital.

Y es que ahora parece que los fabricantes que sobrevivirán serán aquellos que sepan adaptarse a este mercado con productos innovadores para los fotógrafos, y mimándolos un poco, y mucho menos aquellos que sigan apostando por continuar las mismas fórmulas de siempre que parecen no estar funcionando. Tal como cita Michael Reichmann en su famosa página web:

No me malinterpretéis. La industria fotográfica seguirá estando vibrante. Simplemente requiere que los equivalentes de la industria a General Motors se den cuenta que el suelo está cambiando bajo sus pies antes de que los tire.

Tú y yo probablemente continuaremos haciendo nuestra fotografía con unas increíbles nuevas cámaras en los próximos años. Quizás no de las mismas compañías a a las que les hemos estado comprando en el pasado.

No he mencionado en ningún momento a Canon. Canon es el mayor fabricante de cámaras digitales, es cómo el Toyota de la fotografía, y desde hace ya bastantes años se ha puesto en esta posición conservativa, actualizando lo mínimo para seguir en la cabeza mientras sus rivales sacaban productos más interesantes. Se dice que cuando estás en la cima es más difícil que te quiten de ahí y sigas siendo líder. Pero también está la otra cara de la moneda, cuanto más alto estás, más grande puede ser la caída. Pero es curioso, que lo que no están haciendo con la fotografía lo están haciendo con el vídeo.

Poco a poco iremos viendo la consecuencias de esta crisis, tal vez en unos meses la situación cambie y todos veamos este artículo como una tontería… o tal vez veamos a la primera de las víctimas. Mientras tanto nosotros continuaremos disfrutando de nuestra fotografía.

Software en cámaras digitales

Ya llevo algún tiempo con la idea de escribir un artículo sobre la situación actual del mercado fotográfico. El principal problema es que me meto en un ámbito en el que no me siento lo suficiente cómodo para hablar, que probablemente no mucha gente esté de acuerdo con lo que digo (no que me resulte muy importante) y, quizás lo más relevante, que de aquí en unos años se vea lo equivocado que estaba. Y mientras preparaba en una libreta diversas ideas para ese artículo este otro surgió por si solo, con entidad y fuerza propia para ser una pequeña primera entrada antes de publicar el otro. Se basa en una idea que lleva tiempo rondándome la cabeza, la revolución más importante de la fotografía ya no pasa tanto por nuevos sensores o nuevas lentes, sino por el software que venga integrado con las cámaras. Algo que los fabricantes no paran de descuidar y ya empiezan a pagar el precio, sobretodo en el mercado consumidor.

Vivimos en una época dónde el software es más importante que el hardware en el cual se ejecuta (en la medida de las cosas). Simplemente hay que mirar en el mercado de la telefonía móvil y como ha cambiado en los últimos 4 a 5 años. Me acuerdo perfectamente cuando lo importante era el hardware que se compraba en el smartphone, cuando un Nokia N95 o N93 era lo no va más, no por el sistema operativo, sino por que permitían grabar vídeos HD. Poco después llegaron los iPhone y los Android, con terminales que ofrecían menos batería, cámaras peores (estoy hablando de la época del 3G o 3GS…), pero mucho mejor software, mucha mejor forma de acceder a internet con ellos, y más importante, una mejor gama de aplicaciones que poder instalar en ellos. Nokia y Blackberry ya están pagando las consecuencias de no saber adaptarse a este cambio, impulsado más por lo que software ha permitido hacer que lo que el hardware permite hacer.

Cala S'Aguia

Cala S’Aguia en Blanes.

Es increíble ver como los fabricantes de cámaras digitales también descuidan este aspecto de sus productos. Si hay una cosa que siempre es una constante en toda análisis de una cámara Sony NEX es lo malo que es el software de las mismas, y como entorpece la labor del fotógrafa/o interponiéndose en el medio (bueno, ahora los análisis dicen que malo era al principio, ahora ha mejorado lo suficiente para ser usable, o en los análisis de su nueva A7 ó A7r: "menos mal que no han usado el software de las NEX).

Bueno, Sony tal vez descuidó el aspecto de la usabilidad, pero casi es peor el caso de Canon, que tiene entre sus propios usuarios y compradores el ejemplo claro de cómo se deben hacer las cosas, pero parece que no dan aprendido la lección. Estoy hablando de Magic Lantern, un proyecto desinteresado que ya lleva varios años demostrándole a Canon lo que realmente pueden hacer sus cámaras si sus programadores dedicasen un par de mesecillos de trabajo. Yo lo he instalado en mi Canon 5D Mark II y se ha convertido en otra cámara. Ya no necesito comprar un dispositivo externo para tener un intervalómetro, con un solo botón consigo que la cámara calcule la exposición correcta derecheando el histograma, o ¡puedo ver mi histograma en RAW!, por no hablar de hacer braketing de forma correcta. ¡Y porqué no grabo vídeo1 realmente no sé cuantas cámaras Canon ha conseguido vender a productores de vídeo gracias a que Magic Lantern existe.

Y mientras Canon no aprendió con Magic Lantern, tal vez los que si aprendieron fueron la gente de Fuji. En un mercado dónde cada vez se venden menos cámaras (esto para el siguiente artículo), Fuji ha decidido desmarcarse de sus competidores con su sistema Fuji X o sus cámaras de la serie X100. Estas cámaras ya tienen varios años, pero Fuji no simplemente saca nuevos modelos mejores para que la gente año tras años se tenga que comprar una nueva cámara para conseguir una característica nueva, no, también se dedica a actualizar el firmware de las existentes, añadiendo nuevos funcionalidades que antes no existían como Focus Peaking o mejorando la velocidad de autoenfoque.

Y ya por no hablar de las tonterías de entregarte las cámaras con el revelador RAW de juguete (si exceptuamos los fabricantes de medio formato que te venden la cámara con un software como Capture One, entre otros). Pero bueno, no sé si por error o por que están aprendiendo, al menos ahora Canon regala con sus cámaras Adobe Lightroom en Estados Unidos.

Mientras los profesionales ven limitado, o tal vez más complicado de lo necesario, lo que pueden hacer en sus cámaras por que los fabricantes no se han tomado un par de tardes para añadir a las mismas algo tan sencillo como un intervalómetro (ya no hablemos de un Focus Peaking, o un histograma en RAW…), el consumidor prefiere usar su teléfono móvil para hacer fotos, al menos de esa forma podrá compartir al momento la foto que ha hecho, lo cual es mucho más importante que la calidad o nitidez de la misma.

Si la noche anterior había llegado a casa después de escapar de una auténtica tromba de agua, 3 horas después de meterme en la cama y intentar fotografiar el amanecer, la cosa no había mejorado mucho. Mirase a donde mirase solamente se veía lluvias, el objetivo era claro, era hora de volverse a meter en cama y recuperar algo del sueño perdido otros días.

Vuelta a la rutina de todos los días en Skye, desayuno fuerte por la mañana, ducha, coger la mochila y hablar con Dave sobre que sitios visitar hoy para hacer fotografías. Tocaba visitar la parte noroeste de la isla y esperar que la lluvia intensa parase en un momento o otro.

Mi primera parada del día sería Portree (me acabo de dar cuanta que había dicho que me acercara hasta aquí en la anterior entrada, lo cual es un error. Perdón). El pueblo en sí no es que tuviese mucho que ver, pero realmente estaba a reventar de gente (creo que fue la mayor agrupación de gente que vi desde que saliera de Edimburgo varios días antes).

Varias vueltas por el pueblo la cosa no parecía que me motivase en gran medida fotográficamente hablando, así que decido comprar un fish & chips para llevar, y vuelvo hacer camino para buscar otra localización más interesante.

Parada por el camino, donde di cuenta de mis fish & chips, unos pocos kilómetros más y ya estaba en otra de las recomendaciones, The Storr. Como para llegar hasta él, según me habían dicho, había que hacer una ruta de varios kilómetros a pie, decidí intentarlo en otro momento. Ahora mismo estaba lloviendo bastante y todavía no tenía toda la ropa seca de la noche anterior.

Más kilómetros y llego a la desembocadura de un río que estaba lleno de cascadas. Seguía lloviznando, pero es una de estas situaciones ideales para fotografiar este tipo de paisajes.

Cascadas en Skye

Cataratas en Skye. [Canon 5D Mark II con Canon 70-200f4L IS y polarizador Hoya. Toma sacada a f11 con un tiempo de exposición de 0,5 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Cascadas en Skye

Cataratas en Skye. [Canon 5D Mark II con Canon 70-200f4L IS y polarizador Hoya. Toma sacada a f11 con un tiempo de exposición de 0,3 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Después de estar un buen rato trabajando dichas cascadas, hora de desplazarse hasta el Castillo de Duntulm. Un castillo del que poco más que quedan sus muros y donde se recomienda no entrar pero que toda la gente hace caso omiso a esa recomendación (mira que no tuve que esperar a que no me saliese nadie para poder hacer la foto).

Cascadas en Skye

Castillo de Duntulm. [Canon 5D Mark II con Canon 17-40f4L y polarizador Hoya. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 1/25 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

La siguiente recomendación que me habían hecho era visitar las montañas de Quiraing. Ya había visto algunas fotos de las mismas por internet y parecían de lo más interesante. Tomé la pequeña carretera que pasa a través de ellas, y no las vi. Estaban completamente tapadas por nubes, iba conduciendo casi a 20 km por hora por que poco se veía con la niebla. Las tendré que ver la próxima vez que viaje a Skye.

El anochecer ya estaba cerca y aquí empezaba mi principal preocupación. Donde estaba ahora mismo la puesta de sol iba a ser inexistente, ¿me arriesgaba a mirar como estaban las condiciones en otro sitio?

Me acerqué hasta Elgol, por allí las nubes parecían interesantes, craso error, de interesantes nada, es más, otro sitio completamente tapado por la niebla. De vuelta para atrás, ya lo tenía decidido, necesitaba un sujeto que no quedase mal debajo de un montón de nubes, color en la puesta de sol no iba haber seguro. Empecé a hacer kilómetros hasta el Castillo de Eilean Donan.

Castillo de Eilean Donan

Cataratas en Skye. [Canon 5D Mark II con Canon 70-200f4L IS y polarizador Hoya. Toma sacada a f11 con un tiempo de exposición de 20 segundos a ISO100. Foto panorámica compuesta de 13 imágenes. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Llegué hasta allí y obviamente no era el único fotógrafo en la zona. Poco a poco fui haciendo fotos, el castillo llamaba todo el rato a una foto panorámica, y justamente cuando la termino, mientras pienso que no lo van iluminar, encienden las luces, ¡A empezar de nuevo!

Castillo de Eilean Donan

Castillo de Eilean Donan. [Canon 5D Mark II con Canon 17-40f4L y polarizador Hoya. Toma sacada a f11 con un tiempo de exposición de 30 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Continuo haciendo fotos y cojo el coche para irme un pelín lejos para pillar el castillo desde otro ángulo. No era el único que había pensado esa composición, allí me encuentro un grupo de otros cuatro fotógrafos. Charlo un rato con ellos mientras seguimos haciendo fotos como locos.

Después de despedirme, recoger las cosas, me marcho satisfecho de vuelta al bed & breakfast, con la sensación de que me llevaba más de una buena foto en la cámara.

Sí una cosa tenía clara al comenzar el año es que mi objetivo fotográfico y vacacional sería intentar ir a visitar a mi amigo Alejandro Blanco en Chile y ir con él, y otra gente, hasta la Patagonia a pasar unos cuantos días fotografiando paisajes increíbles.

Tengo que reconocer que el camino hasta aquí no ha sido fácil, hubo que negociar bastante en el trabajo para asgurar los días, y no estaba claro que el grupo de gente con el que tenía pensado ir podrían conseguir ya sea las vacaciones o el dinero para el viaje. Pero parece que al final todo está empezando a tomar buen rumbo y yo diría que las posibilidades de ir se han incrementado hasta el 95%.

Y ahora que Alejandro nos ha preparado un incréible tour, Andes Photo Travel – Patagonia (sólo dos vacantes disponibles, daros prisa si queréis apuntaros!!!), hay que ir sí o sí. En sus propias palabras:

Si buscas fotografiar paisajes mundialmente reconocidos por su espectacular belleza, aprovecha esta oportunidad única de viajar a la Patagonia en un viaje pensado exclusivamente para fotógrafos a un precio que difícilmente encontrarás con otras agencias o fotógrafos.

Yo ya estoy deseando que llegue diciembre, que pase este aburrido verano de trabajo, coger la mochila, trípode, y a pasarme pocas horas durmiendo mientras intento fotografiar (lo que espero que sean) increíbles amaneceres y anocheceres.

Más información: Andes Photo Travel – Patagonia 2013.

El día empezaba con otro madrugón a las 3 de la mañana, lavarse la cara para despejarse un poco, recoger las baterías que había dejando cargando, mochila a la espalda y para el coche. Siempre con la sensación de que llegas tarde, dado que ya te marchas con una claridad enorme, que podría considerarse casi de día en otros sitios.

El punto del amanecer me lo había indicado Dave el día anterior, un pequeño descansillo en la carretera bastante cerca de donde estaba el Bed & Breakfast. No había nada de viento, y eso significaba una cosa, ¡nubes de midges! A ponerse guantes, el puff tapando cuello y parte de la cabeza, y vigilando cada dos por tres de que los huecos con la piel al descubierto fuesen los mínimos posibles.

Amanece en Skye

Amanece en Skye. [Canon 5D Mark II con Canon 70-200f4L IS y polarizador Hoya. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 2,5 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Por suerte, entre tanto midge, el amanecer me regaló unos colores rosados muy bonitos. La localización no me estaba encantando del todo, pero era un buen comienzo del día. Una vez hechas las fotos, y habiendo conseguido ya suficientes picaduras nuevas, de vuelta al coche, de vuelta al Bed & Breakfast, y a dormir otras cuatro horas.

Me levanto a las 10:00, pongo las tarjetas de memoria a descargar a un disco duro externo, y mientras tanto bajo a desayunar… Un buen desayuno escocés era lo mejor para empezar la mañana, con su morcilla (que se deshacía en la boca), sus salchicha cuadrada, su pan frito, bacon y huevos revueltos. Realmente era mi comida más importante del día, el resto del tiempo me lo pasaba de un sitio a otro con el coche picando aquí y allá.

Después del desayuno, subo arriba, una ducha, recojo las cosas y bajo de nuevo, donde ya me estaba esperando Dave con los mapas extendidos sobre la mesa para sugerirme una nueva ruta fotográfica para ese día.

Una vez consigo parar de hablar de fotografía con Dave (creo que podríamos estar hablando todo el día), mi primera parada es en Sligachan, donde hay un puente antiguo (no muy interesante la verdad) y después si subimos por un sendero podemos llegar al lado de una bonita cascada.

Paro después en el pueblo más grande de toda la Isla de Skye, Portree, donde como un fish and chips (de vez en cuando hasta comía caliente). Continuo hasta Claigan Coral Beach. Llegué un poco tarde para el objetivo principal, cuando baja la marea se pueden ver pequeños fósiles entre la arena, pero yo llegué cuando la marea ya estaba subiendo. Aunque teniendo en cuenta lo despistado que soy, a lo mejor los fósiles estaban allí y yo no vi ninguno.

Isla de los Leones Marinos

La isla de los leones marinos. [Canon 5D Mark II con 50mm f1.8 y polarizador B+W. Toma sacada a f11 con un tiempo de exposición de 1/15 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Hasta ese momento el día había ido de mejor a peor. De las nubes rotas de la mañana pasamos a una capa de nubes sosas, casi sin textura y con llovizna constante. Yo confiaba que según se acercase la puesta de sol la cosa mejorase, pero no tenía pinta de ser así. Me quedaba acercarme hasta mi último punto, pero antes decidí que ya no aguantaba más, paré en la única tienda que encontré por el camino a comprar un repelente de midges. No estoy muy seguro de si funciona o no, a partir de ese momento no tuve ningún día en que no hiciese ninguna brisa ligera que impidiese que volasen.

Bien, se acercaba el anochecer y me esperaba un rato largo de conducción hasta el último punto del día, Neist Point, un faro de los más vistoso al lado de unas curiosas formaciones de roca basáltica.

Aquí fue donde cometí un gran error, en vez de sacar la cámara y ponerme hacer fotos como un loco, me dediqué a explorar un poco el lugar, encuentro una esquina muy chula desde donde hacer la foto, bajo después hasta el faro (por una cuesta de pendiente bastante empinada y larga), hasta llegar a otra zona también la mar de interesante para hacer la foto. Obviamente todo esto con la cámara en el maletero del coche… y ahí fue cuando vi error, empezó a llover a cántaros.

20 minutos para volver empapado hasta el coche. De camino me encuentro un chico que me pregunta si hay un faro por aquí, le indico el largo camino hasta él mientras yo me meto en mi coche con la esperanza de secarme un poco y espero a que la lluvia cese. Mientras espero, el chico de antes vuelve y me ofrece comida o bebida por si me aburría en el coche, le digo que no es necesario mientras sigue cayendo una fuerte lluvia. Un queda una hora para que anocheciese así que decido tentar más mi suerte.

Neist Point

Neist Point. [Canon 5D Mark II con Canon 17-40f4L y polarizador Hoya. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 30 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Mientras esperaba, veo que el chico más lo que supongo que era su novia sacan trípodes, cámaras, etc… y se disponen a bajar. 20 minutos después también estaba yo bajando diciendo que al menos algo fotografiaría… a pesar de la lluvia. Justamente cuando bajaba parece que la suerte me favorece y para de llover. Hablo un rato más con el chico mientras cada uno hacemos nuestras fotos. El tiempo pasa volando mientras estamos entretenidos y el faro se enciende. Tengo una foto que medianamente me gusta y empiezo la subida para hacer una foto desde arriba que había pensando antes que podría quedar bien. Pero empieza a caer el diluvio. Era hora de reconocer que el día había terminado y tocaba volver al Bed & Breakfast para secarse, entrar el calor, y ver si el amanecer del día siguiente podría ser interesante.

Era mi última mañana en Ullapool, y la segunda y última vez que no iba a intentar pillar una amanecer en este viaje. Como ya comentara al día anterior había regresado bastante tarde y esta mañana tocaba bastantes horas de conducción. Aunque es curioso, cuando estás emocionado por las posibilidades fotográficas que vas a encontrar, el cansancio parece desaparecer.

No levantarse para pillar el amanecer tiene las ventajas que si me da tiempo a desayunar en el hotel. Vuelta a la habitación para volver hacer el tetris de la maleta, pagar las dos noches y de camino a la Isla de Skye. Dos horas y pico de coche seguidas, Escocia parece pequeña en el mapa, pero lleva su tiempo recorrerla de un lado a otro.

Mientras preguntaba información sobre posibles localizaciones para fotografiar en Skye en los foros de Luminous Landscape, me encontré con un fotógrafo que tenía un bed & breakfast allí. No me lo pensé dos veces, le escribí, y rápidamente reservé cuatro noches ahí, como base en mi estancia fotográfica en la Isla de Skye.

Nada más llegar a Salento B&B fui recibido por Dave y Ann. Después de que Dave me enseñara la casa, mi habitación, me preguntara que quería de desayuno para el día siguiente, etc.. , dejé mi maleta en la habitación y ya me estaba esperando en la cocina para darme sugerencias a donde podía ir a pillar esta noche la puesta de sol y una recomendación para el amanecer del día siguiente. Todo esto mientras me ensañaba sus maravillosas fotografías, que por cierto las tenía dispuestas por toda la casa impresas en lienzo. Y si pensáis que estoy haciendo bastante spam de este bed & breakfast, realmente gracias a ellos mi estancia en Skye creo que no podría haber salido mejor. Altamente recomendable si os acercáis por ahí.

Después de hablar un rato más con mis anfitriones, de vuelta al coche y a empezar explorar. Mi primera parada fue en un pequeño café que me había indicado Dave camino Armadale. Después de la comida a explorar unas calas cerca de las aldeas de Achnacloich y Tarskavaig. La cosa pintaba bien, interesantes posibilidades, pero quería ver otra zona antes de tomar la decisión de donde pillar la puesta de sol.

Anochece en Elgol

Puesta de sol en Elgol. [Canon 5D Mark II con Canon 24mm TS-E Mark II y polarizador Heliopan. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 1/13 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Hay un sitio en Skye que es como la meca fotográfica de la isla, y según me contó Dave fue colocado en el mapa gracias al famoso fotógrafo británico Joe Cornish. Obviamente estoy hablando del pueblo de Elgol, con su famosa cala de cantos rodados y con los Cuillins de fondo. Una vez llegado allí y viendo las condiciones meteorológicas, era fácil saber que iba hacer la puesta de sol esa noche iba a ser allí. No hacía falta explorar más.

Puesta de sol en Elgol

Puesta de sol en Elgol. [Canon 5D Mark II con Canon 17-40f4L y polarizador Hoya. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 0,8 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Después de cenar un poco, esperar una horita a que el espectáculo comenzase, y parece que no era el único, nada más acercarme a la playa empiezan aparecer fotógrafos/as entre las piedras. Mientras me peleo a que el disparador de la cámara pequeña quisiese funcionar (el cable ya daba signos de que iba romper… tenía pinta que los timelapses se iban a terminar…), espero a que el sol baje un poco más y empiece a colocarse detrás de las montañas. Tenía pinta que los resultados podían ser muy buenos.

Cuando terminó el espectáculo, era hora de volver a casa, había que dormir para el día siguiente pillar otro amanecer. Mientras esquivaba ovejas en la carretera con el coche, tenía pinta que el día había dado sus frutos.

Al tercer día llegó el momento de empezar a testear la disciplina que usaría a partir de ahora casi todos los días del viaje, acostarme sobre las 0:00 y levantarme a las 3:00, iba a fotografiar mi primer amanecer en la zona del pequeño faro que había visto el día anterior.

El faro está al lado de un pueblo que se llama Rhue, nombre que como los de la mayoría de la zona proviene del gaélico, el nombre completo en gaélico es “RudhaCadail” que significa “la punta de la gente durmiente.” La leyenda dice que le fue dado ese nombre debido a que los marineros que naufragaban en la zona aparecían al día siguiente durmiendo en las rocas donde se encuentra el pequeño faro sin ningún daño aparente.

Las rocas de la gente durmiente

Las rocas de la gente durmiente. [Canon 5D Mark II con Canon 24mm TS-E Mark II y polarizador Heliopan. Toma sacada a f11 con un tiempo de exposición de 2,5 segundos a ISO100 (3 fotografías tomadas con la misma lente, desplanzando la lente verticalmente usando su función de shift ó descentrado). En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

La cosa no parecía que iba a tomar mucho color, por un lado por donde salía el sol había unas nubes bastantes densas, por otro, del lado que yo quería fotografiar no había ni una sola nube. Saqué la cámara probando diversos encuadres, jugando con el pequeño faro, o con las islas Hébridas que podía ver en esa zona de mar, denominada The Minch.

Pequeño faro de Rhue

El pequeño faro de Rhue. [Canon 5D Mark II con Canon 70-200f4L IS. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 0,8 segundos a ISO100 (14 fotografías unidas después por software para conformar una toma panorámica). En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Entre las 5:00–6:00 regresé al hotel, hora de volver a dormir unas 3 horas más. Mi intención era levantarme antes de que terminase el turno de desayuno que tenía incluido en el precio del hotel. Levantar me levanté, cogí el cartelito de “no molestar”, lo colgué de la puerta, y continué durmiendo. A las 11:00 me desperté, ducha, y sobre las 12:00 a buscar un sitio donde comer y desayunar a la vez, un brunch de esos que le llaman.

Poco después era momento de ponerse a conducir de nuevo… tenía varias opciones pero al final me decidí ir hasta la península de Stoer. De camino paré en el Castillo de Ardvreck, las condiciones de luz con un sol fuerte de media tarde no eran idóneas para hacer fotografía, pero al menos si daban para un rato de turismo al viejo estilo.

Picar algo por el camino y cuando llegué a la península de Stoer llegaba la hora de empezar a explorar con calma cada una de las carreteritas que tenía.

Una primera parada en el Stoer Head Lighthouse, donde cometí el error de no saber en ese momento que si seguía un pequeño camino me llevaría hasta el impresionante, según parece, Old Man of Stoer. Más carreteras, mirando el móvil para ver por donde se pondría el sol y la mejor opción de pillar algo de color en las rocas me llevaron al final a decidirme a quedarme por unos acantilados cerca del pueblo de Culkein.

Anochece en Culkein

Anochece en Culkein. [Canon 5D Mark II con Canon 24mm TS-E Mark II y polarizador Heliopan. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 0,4 segundos a ISO100 (3 fotografías tomadas con la misma lente, desplanzando la lente verticalmente usando su función de shift ó descentrado). En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

No estaba muy seguro si podía llegar hasta esa zona por donde me metí, tenía que cruzar lo que parecía una finca vallada de alguien donde había dejado un montón de material de ganadería al aire libre. Como tampoco había mucha gente por allí tiré para adelante (más adelante averiguaría que aunque hubiese alguien no habría problema, pero eso es otra historia). Aun quedaba un hora larga hasta que se pusiese el sol, así que aproveché para cenar, configurar mi cámara pequeña para su tercer timelapse (estos aún tengo que ver si merece la pena como quedaron) y mirar cada una de las esquinas para los mejores ángulos.

Después de la puesta de sol no tenía la sensación de haber conseguido una foto interesante, y aprovechando que había notado como entre la puesta de sol, el comienzo de la hora azul y la fin de la misma pasa un buen rato, decidí que intentar pillar el faro que había visto antes en la hora azul podría dar resultado.

Stoer Head Lighthouse

Stoer Head Lighthouse. [Canon 5D Mark II con Canon 70-200f4L IS. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 15 segundos a ISO100 (8 fotografías unidas después por software para conformar una toma panorámica). En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

40 minutos después ahí estaba yo al borde de otro acantilado, al lado del faro, y teniendo que hacer un paseo más de lo necesario al coche por qué fui tan listo que me olvidé en el la mitad de lo que me hacía falta (otros 10 minutos perdidos). Pero como podéis observar el resultado final creo que ha merecido la pena. Me quedaba una hora y media larga de conducción después de esa foto, y con varias horas de conducción para llegar hasta la Isla de Skye al día siguiente, ya sabía que no me iba a levantar esa noche para pillar otro amanecer.

El segundo día amaneció tranquilo, de todos los días que estuve por allí, este fue uno de los días que no intenté levantarme para capturar el amanecer. Básicamente tenía 4 horas de conducción hasta Ullapool, donde iba a dormir los próximos dos días, y no quería ir muy dormido al volante cuando aun estaba un poco verde con eso de conducir por la izquierda.

Sabía que la primera parte del camino iba a ser feo, básicamente iba ir por autopistas hasta Ullapool en la línea más recta posible. Pero cuanto más al norte me acercaba, las carreteras se estrechaban y las vistas eran cada vez más increíbles. A eso de las 13:00 de la tarde llegué hasta allí, donde me dijeron que hasta las 15:00 no podría dejar mis cosas en la habituación o ellos darme las llaves. Así que nada, tenía dos horas que matar.

Aproveché para dar un paseo por el pueblo (el más grande de todos los que iba estar en este viaje, y no tendría más de 100 casas). Probar el fish and chips de allí, que me habían comentado que era de los mejores de todo el Reino Unido, y la verdad es que las patatas no eran gran cosa, pero el pedazo de filete de pescado frito, no estaba nada mal (creo que estos días fueron los que más comí pescado en los últimos años). Y ya de paso me acerqué hasta una zona de costa donde había una pequeño faro/baliza que parecía interesante para un primer amanecer.

Vuelvo al hotel, me dan la llave de la habitación, dejo la maleta allí, bajo corriendo al coche a empezar a explorar la primera zona que tenía marcada. Tenía todavía bastantes horas hasta la puesta de sol, pero en esta zona iba bastante a ciegas en cuanto posibles localizaciones fotográficas, así que me esperaban varias horas de exploración.

Me dirigí hacia una zona que llaman Inverpolly, había visto varias fotos de la zona, y la verdad es que podría resultar interesante. Tenía marcadas varias carreteras secundarias que explorar y ahí fue donde empezó lo divertido.

En este tipo de carreteras ya me acostumbré a dos cosas que iban a ser constantes a lo largo del viaje. De entrada las pistas donde puede haber una foto interesante, bueno, la mayor parte de ellas, eran pistas de doble sentido donde solamente cogía un coche, aunque a cada pocos de cientos de metros ponían una zona donde podías esperar por si te venía gente de frente para dejarlos pasar (por cierto, todo el mundo sonriéndote y saludándote, la verdad es que te hacía sentir muy bienvenido…). La segunda era, Oh my god!!! It’s full of sheeps!!!, pues eso, ovejas por todas las partes, y que les gustaba mucho comer la hierba que había al lado de las carreteras.

Anochecer in Inverpolly

Anochecer en Inverpolly. [Canon 5D Mark II con Canon 24mm TS-E Mark II y polarizador Heliopan. Toma sacada a f13 con un tiempo de exposición de 1,3 segundos a ISO100 (3 fotografías tomadas con la misma lente, desplanzando la lente verticalmente usando su función de shift ó descentrado). En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Por estas pistas no se puede ir muy rápido, así que esa exploración ya me dio para toda la tarde. Había encontrado un pequeño loch que resultaba bastante interesante, tenía vistas a las cumbres de varias montañas impresionantes y unas preciosas nubes en ese momento encima. La cosa prometía pero como veis por estos ejemplos no pude hacer la foto que tenía en mente.

Seguí dando más vueltas, viendo otras posibles ubicaciones, dándome cuenta que por suerte tenía el coche lleno de fruta y demás cosas para comer, esa iba ser mi cena, regresar a Ullapool, único pueblo con restaurantes para cenar era más de una hora en coche, y era demasiado pérdida de tiempo. Estaba claro que mi dieta no iba a ser muy equilibrada esos días.

Al final, y con muchas dudas, regresé a ese pequeño loch para hacer pasar la puesta de sol. Tenía la sensación de que no era mi mejor opción para fotografiar la puesta de sol, pero no había encontrado nada mejor y el tiempo se echaba encima. Y ahí fue donde tuve mi primer contacto con ellos, los midges.

Anochecer in Inverpolly

Anochecer en Inverpolly. [Canon 5D Mark II con Canon 17-40f4L y polarizador Hoya. Toma sacada a f8 con un tiempo de exposición de 0,5 segundos a ISO100. En la toma de la foto fue empleado disparador remoto y trípode].

Los midges son unos diminutos mosquitos, no pueden volar si hay una pequeña brisa, y si andas rápido no te dan rodeado, y digo rodeado en el sentido literal de la palabra. Si te quedas quieto, y no hace brisa, te localizan, una nube de mosquitos te rodea, y se ponen a buscar cualquier hueco para chuparte sangre y así poder usarla para después poner huevos (son las hembras las que pican). La primera media hora no hacía viento, mis reflejos que tenía en mente podían convertirse en realidad, pero tengo que confesar que me dediqué más tiempo a quitarme estos bichos de encima que hacer fotografías (a lo largo del viaje ya me acostumbré a su presencia y picaduras).

Poco después vino una brisa ligera, adiós midges, adiós reflejos. Las nubes que me habían encantado no se veían por ningún lado, y la calima que tapaba las montañas era más fuerte de lo que pensaba. Hasta que llegó la hora azul estuve dando vueltas por allí, haciendo alguna que otra foto, y después de regreso al hotel pensando que podría haber sido mejor… pero bueno, me quedaban 3 horas antes de levantarme de nuevo para intentar fotografiar mi primer amanecer.

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