Mientras estaba preparando mi viaje a Escocia del año pasado se me pasó por la cabeza comprar este libro de Joe Cornish, para inspirarme cara el viaje, y también, para tomar un decisión en que localizaciones visitar. Al final no lo compré, una decisión de la cual me arrepentiría cuando, estando en la Isla de Skye, tuve oportunidad de ojear los libros del autor en el Bed & Breakfast de Dave. Pequeño error que corregí una vez regresado a Barcelona.

Para los que no conozcáis a Joe Cornish, probablemente sea el fotógrafo de paisaje más famoso en la actualidad en el Reino Unido. Tiene un trabajo, bajo mi punto de vista, exquisito, y una de las personas a las que merece echar de vez en cuando un ojo a todo lo que hace.

Scotland’s Coast es un libro publicado por primera vez en el año 2005 que contiene fotografías de toda la costa escocesa, algo que el propio autor dice que con 6412 millas de costa, es algo difícil de hacer justicia con solamente un libro. Un trabajo fotográfico que Joe Cornish efectuó a lo largo de un año, donde el tiempo no quiso colaborar con él en gran parte de las ocasiones. Aún así, las composiciones son exquisitas y el trabajo envidiable.

A parte de la gran belleza de las fotografías, con las cuales podemos pasarnos horas y horas deleitándonos y apreciando el trabajo. El autor también nos indica en un mapa dónde fue sacada cada una de ellas, ayudando de esta forma a cualquiera que quiera visitar dichos lugares a localizarlos fácilmente. Aunque realmente, después de haber visitado Escocia, uno simplemente tiene que seguir una carretera pegada en la costa para saber que, pares donde pares, las oportunidades fotográficas son infinitas.

Durante el libro, en cada una de las zonas en que divide Escocia para presentárnoslas en el mismo, el autor va comentado hechos sobre como afrontó la fotografía en cada una de ellas. Una de las reflexiones que hace en una zona de playas de arena fina es que el tiempo en Escocia es casi una bendición para la conservación de dichos lugares con poca modificación por la mano del hombre. Un clima más cálido haría que esa costa virgen quedase completamente destruida por diversos hoteles y resorts turísticos.

Estaba toda la semana pasada dando vueltas que tenía que escribir mi siguiente artículo sobre nuestro viaje a Patagonia organizado por nuestro amigo Alejandro Blanco y, curiosamente, leí un artículo de David duChemin en su revista Photograph completamente relacionado con lo que creo que me pasó aquí, y ahora mismo me doy cuenta.

Anochece en el Lago Pehoé

Anochece en el Lago Pehoé. © David García Pérez 2013.

El artículo básicamente giraba entorno a al hecho que muchas veces los fotógrafas/os nos olvidamos cuando salimos hacer fotos, llevar una mente abierta. Iba, o tal vez íbamos, buscando un tipo concreto de imágenes, que creo que nos condicionó bastante a la hora de afrontar lo que se nos ofrecía en cada momento a la hora de fotografiar. Pero me estoy adelantando a los acontecimientos. Vayamos paso por paso a la historia que nos llevó hasta aquí.

Viento en los Cuernos

Viento en los Cuernos. © David García Pérez 2013.

En el artículo anterior ya había comentado que estábamos acampados en el Camping Pehoé que está al lado del lago que le da nombre y con los inconfundibles Cuernos del Paine como fondo en el paisaje, nuestro objetivo a fotografiar en esta etapa del viaje. Queríamos una fotografía de los Cuernos, ya fuese de amanecer (probablemente la opción más interesante) o de anochecer, con los Cuernos iluminados por el sol, con esa tonalidad naranja que pillan a esas horas.

Rio Paine y los Cuernos

Rio Paine y los Cuernos. © David García Pérez 2013.

Nuestro primer intento de fotografiar los Cuernos fue la primer atardecer que llegamos al camping. Exploramos un poco la zona para ver las posibilidades que nos ofrecía el propio camping y un hotel cercano que se encontraba en una isla en medio del Pehoé. El camping parecía mucho más prometedor, así como las posibilidades fotográficas para la tarde, con un sol sin nubes casi todo el día y las montañas completamente descubiertas la cosa prometía.

Anochece en el Pehoé

Anochece en el Pehoé. © David García Pérez 2013.

Después de cenar nos preparamos en la pequeña “playa” de piedras al lado del camping esperando a una puesta de sol que nunca llegaría a producirse. La zona por donde se ponía el sol estaba completamente tapadas por una gruesa capa de nubes bajas. Los cuernos con una luz plana y nubes en movimiento era lo máximo a lo que podíamos aspirar.

El día siguiente decidimos explorar la zona de Salto Grande, la cascada con la que termina el río Paine en el lago Pehoé. El viento era imposible. Antes de llegar a una cascada, protegidos por una loma, decidimos tomar unas cuantas fotos de un campo con los Cuernos de fondo. No es que la luz estuviese en su momento ideal, pero el viento, para variar, ayuda con la composición. Una vez llegabas al lado de la cascada, el viento golpea con tanta fuerza que poca gente se quedaba mucho rato a observarla. Pocos minutos estuvimos ahí y nos movimos río arriba, donde había otra zona de cascadas más pequeñas y otra bonita loma que nos protegía del viento. Nuestro objetivo principal era llegar hasta un mirador de los Cuernos que estaba más adelante, el viento nos hizo cambiar de idea.

Amanece en el Pehoé

Amanece en el Pehoé. © David García Pérez 2013.

Después de cenar tocaba el momento de decidir a donde ir hacer la foto. Después de debatir durante un buen rato, la elección fue ir a ver las vistas que había desde una loma cerca del Hotel Explora Patagonia. Ofrecía una completa visión del Pehoé con los Cuernos de fondo. Aunque también teníamos el problema que estábamos más alto y nada protegidos. La única forma de hacer fotos era sentarse pegados al suelo con el trípode también lo más bajo posible y componer así, la fuerza del viento era notablemente menor. Pero la suerte seguía sin acompañar. El sol estaba completamente tapado por nubes bajas, nubes que de vez en cuando nos soltaban alguna gota de lluvia para hacer las cosas más interesantes.

Ejercicios de composición en los Cuernos

Ejercicios de composición con los Cuernos. © David García Pérez 2013.

La ventaja de aquella localización es que estaba justo al lado del camping. A la mañana siguiente decidimos intentar hacer el amanecer desde ahí. Lo que implicó que ese día, para variar, dormimos más de 5 horas seguidas, algo no muy normal en este viaje. El viento nos daba algo de tregua con respecto a la noche anterior. No nos confundamos, soplaba que daba gusto, simplemente menos que antes. De esta vez tuvimos probablemente el mejor amanecer que íbamos a conseguir en los Cuernos, el único problema, es que estos estaban tapados por una serie de nubes. Como veis en una de las fotos que acompañan a este artículo, la nube que está al lado de los Cuernos tomó un bonito color rojizo… los Cuernos, no.

Rio de árboles muertoe

Rio de árboles muertos. © David García Pérez 2013.

La desesperación se empezaba a notar. Nos quedaban dos atardeceres y dos amaneceres, y el tiempo en vez de mejorar parecía ir a peor. Después de dar vueltas por ahí preguntando sobre donde ver pumas (nunca llegamos a ver uno), explorar más la zona y viendo que el anochecer no nos iba a dar nada de color, decidimos acercarnos a una zona donde quedaban gran cantidad de troncos quemados, resultado del desastroso incendio que quemó gran superficie del Parque Natural en 2012. Las posibilidades compositivas era increíbles, estuvimos bastante tiempo en la zona, hasta bien entrada la noche. Después de tanta frustración, creo que fue el momento que mejor lo pasé, fotográficamente hablando, en el viaje. Como comentaba al principio de este artículo, me había olvidado de la foto que había venido buscando, había abierto mi mente a nuevas posibilidades.

La luna y los Cuernos del Paine

La luna y los cuernos. © David García Pérez 2013.

Tan bien nos lo pasamos ese atardecer, que a la mañana siguiente decidimos volver a intentar pillar el amanecer ahí. Si no hay color, como esperábamos, al menos nos volveremos entretener entre los troncos quemados. Fue una visita breve, que teníamos que estar temprano en el Lago Grey para nuestra visita a su glaciar, pero eso ya es otra historia que contar.

Nos quedaba solamente dos posibilidades más, un atardecer y un amanecer, justo antes de empaquetar todo y tomar nuestro camino hacia Argentina. El atardecer fue de lo más soso, y la verdad es que ni me he molestado en editar ninguna de las fotografías que hice ese tarde. El amanecer ni existió, una densa lluvia caía a la hora que tenía que salir el sol, así que para variar, en vez de levantarnos antes de las 5 de la mañana como hacíamos todos los días, nos volvimos a meter en los sacos y dormimos hasta la 8. La foto que buscábamos tendrá que ser hecha cuando regresemos ahí, que para eso no nos hartamos de beber cerveza de calafate. Pero el porqué ya os lo comento cuando os hable del Lago Grey.

Como ya comenté en mi anterior artículo sobre Magic Lantern, llevo usando dicho software en mi veterana Canon 5D Mark II desde hace más de medio año, considerándolo como una de las herramientas esenciales ahora mismo en mi flujo de trabajo, más que nada, por la habilidad de mostrar un Histograma en RAW.

Mañana nevada en Larra Belagua

Mañana Nevada en Larra Belagua. © David García Pérez 2014.

Para aquellos aventureros os comento el proceso que seguí para instalar una de las Nighty Builds, en concreto la del 23 de Septiembre del 2013. Aunque el proceso está bastante bien detallado en su página web, siempre me gusta darle un toque personal a las cosas.

La actual versión estable de Magic Lantern es la v2.3. Pero dicha versión ya tiene su tiempo (es del 23 de Julio del 2012), aunque es la versión que ellos aseguran que funcionará sin problemas en las cámaras que están listadas en la misma. La principal pega para mí era que dicha versión no tenía soporte para Histograma en RAW. Así que había que probar una de las Nighty Builds. Las Nighty Builds son versiones que se crean automáticamente todas las noches cuando los desarrolladores de Magic Lantern consideran que una nueva característica esta lista. La principal desventaja es que no están al 100% testeadas con las cámaras actuales, lo cual hace que los desarrolladores digan que cosas puedan fallar (yo no he encontrado demasiados problemas hasta el momento).

Opté por bajar la versión de Nighty Build del 23 de Septiembre del 2013, que sabía que tenía soporte para histogramas en RAW. Mi primer intento no funcionó bien. Seguí las instrucciones pero Magic Lantern no arrancaba. Así que decidí ser un poco más conservador. Instalé primero la versión estable de la 2.3, la que salió el 23 de Julio del 2012, siguiendo las instrucciones de la web y todo fue como la seda. Después actualicé, y ya tenía mi Magic Lantern con soporte de histograma RAW funcionando. Desde aquella es la versión que he venido utilizando. No han sacado nada que me metiese ganas de actualizar, aunque todo hay que decirlo, para la veterana 5d Mark II, la verdad es que creo que ya han llegado a lo máximo de exprimir su procesador. Para modelos posteriores de Canon la verdad es que están haciendo cosas muy interesantes, sobretodo si estáis interesados en temas de vídeo.

Antes de continuar a partir de aquí, indicar que yo no me hago responsable de la cámara de nadie que intente esto. Como cualquier actualización de firmware de un dispositivo electrónico, hay riesgos que pueden dejar la cámara como un bonito portapapeles (he buscado y no he encontrado ningún caso documentado por los foros del tema, eso no quiere decir que no existan).

Bien, pues vayamos a los pasos de realizar la instalación. Antes de nada hay que verificar varias cosas. De entrada debemos tener la batería cargada del todo, solamente hay un proceso crítico que dura poco, pero no es cuestión de que se nos termine la batería en medio de él. La gente de Magic Lantern recomienda que no tengamos ningún accesorio conectado a la cámara mientras hacemos esto, tal cual un grip y demás (no es mi caso, así que no había tampoco mucho problema). Para el proceso inicial recomiendan usar una tarjeta de 32GB o menor, a partir de eso momento dicen que se puede instalar Magic Lantern en cualquier tarjeta sin problemas (más sobre esto más adelante).

Pero el paso más importante, es verificar que tenemos en nuestra cámara la versión exacta del firmware original de Canon para poder realizar dicha instalación. En mi caso, para mi 5d Mark II era el 2.1.2, como podéis comprobar en la siguiente imagen:

Firmware oficial de canon, v2.1.2, instalado en la cámara

Comprobamos que nuestra cámara tiene la versión correcta del *firmware*, en este caso vemos como mí 5d Mark II tiene la versión v2.1.2 instalada.

Una vez tenemos todo lo anterior procedemos a seguir los siguientes pasos:

  • Seleccionamos una de nuestras tarjetas y la formateamos usando la propia cámara, tal y como muestra la siguiente imagen:

    Formateando una tarjeta de memoria en la cámara

    Formateando tarjeta de memoria en la cámara.

    El principal motivo para esto es que así nos aseguramos que la tarjeta tiene la estructura y sistema de ficheros exacto que está esperando.

  • Una vez tenemos la tarjeta lista toca bajar los ficheros de firmware de la página de Magic Lantern. Será un fichero .zip que descomprimimos. De todo lo que hay ahí, simplemente copiamos el fichero .fir a la tarjeta que se corresponda a nuestra cámara (por ejemplo, en mi caso era el 5D2–212.fir), junto con el fichero autoexec.bin y la carpeta ML.

  • Ya tenemos nuestra tarjeta lista. La volvemos a colocar en la cámara , y de nuevo, con la batería completamente cargada, nos vamos al menú de actualización del firmware de la cámara, asegurándonos al mismo tiempo que la cámara está en la opción manual o “M”. Seleccionando la opción que nos dice que firmware tiene la cámara en este momento:

    Firmware oficial de canon, v2.1.2, instalado en la cámara

    Pulsamos sobre la opción que nos indica el firmware que hay instalados en estos momentos en la cámara.

    Ahí nos aparece la pantalla para actualizar el firmware. Seleccionamos la opción de “ok” y la cámara empezará a buscar en la tarjeta un firmware nuevo que instalar.

    Damos ok para actualizar el firmware de la cámara

    Seleccionamos «ok» para actualizar el firmware de la cámara.

    La cámara empezará a instalar Magic Lantern y rápidamente nos aparecerá el siguiente mensaje que nos indicará que Magic Lantern ha sido instalado satisfactoriamente:

    Magic Lantern satisfactoriamente instalado en la cámara

    Magic Lantern satisfactoriamente instalado en la cámara.

    Hay que tener en cuenta una cosa aquí. Realmente no se ha instalado ningún firmware en la cámara. Magic Lantern ha modificado el original para activar la opción de arrancar desde tarjeta de memoria que viene desactivada por defecto. Esto lo que hará es que cada encendamos al cámara, esta mirará si en la tarjeta de memoria hay un nuevo firmware ahí y lo cargará en vez del por defecto de Canon.

    También hay que indicar que el software original de Canon sigue ahí, y lo podremos usar al mismo tiempo que usamos Magic Lantern. Magic Lantern no lo sustituye, simplemente lo mejora.

  • Listo, ahora simplemente tenemos que apagar y volver a encender la cámara. Al encenderla, si vais al menú de actualización de la cámara, veréis que ahora mismo aparece la versión de firmware haciendo referencia a Magic Lantern:

    Versión 2.3 de Magic Lantern instalada en la cámara

    La cámara nos indica que tenemos instalada la versión v2.3 de Magic Lantern.

    De buenas a primeras os parecerá que no se ha hecho nada, excepto algunos menús un pelín más cambiados de lo habitual, pero si pulsáis el botón de borrado cuando no estáis visualizando imágenes, encontraréis un montón de nuevas funciones que no existían:

    Nuevas opciones que aparecen gracias a Magic Lantern

    Nuevas opciones que nos aparecen gracias a Magic Lantern.

A partir de aquí, para todas las tarjetas de memoria que tengamos hay que realizar el mismo proceso (empezando por el paso 1 indicado anteriormente). Es un poco lioso pero solamente tenemos que realizarlo una vez por tarjeta. Si no lo realizamos, podemos seguir usando la tarjeta de memoria en nuestra cámara, sencillamente no tendremos Magic Lantern en ella.

Lo primero que pensé cuando leí estas instrucciones es: ¿Cómo seguimos formateando la tarjeta en la cámara? Ningún problema, la gente de Magic Lantern también pensó el problema. Si vamos al menú de formatear:

Formateando una tarjeta de memoria en la cámara

Seleccionamos la opción de formatear una tarjeta con Magic Lantern instalado.

Y seleccionamos dicha opción en una tarjeta con Magic Lantern instalado, veremos que durante unos segundos no nos dejará pulsar “ok”, y como empiezan aparecer nombres de ficheros , después ya nos dejará formatear la tarjeta:

Magic Lantern se mantendrá incluso si formateamos la tarjeta

Magic Lantern se mantendrá incluso si formateamos la tarjeta

Como veis, nada más formatearla, Magic Lantern se encargará de volver a copiar sus propios ficheros de vuelta.

Bien, como comenté anteriormente, no estoy usando la versión estándar “estable” de Magic Lantern sino lo que denominan una Nighty Build. Para usarla simplemente hay que bajar los ficheros, copiar los nuevos sobre nuestras tarjetas que ya teníamos listas, y repetir de nuevo los pasos indicados anteriormente, a partir del segundo paso descripto anteriormente. Al final tendremos la nueva versión de Magic Lantern lista para ser usada:

Versión del 23 de Septiembre de Magic Lantern

Versión del 23 de Septiembre instalada. Se nos informa que esta versión es para pruebas y la gente de Magic Lantern solo la recomienda para testear cosas ¿Pero cuando hacemos caso a advertencias como estas?

Ahora simplemente queda esperar a que actualicen a algo que consideremos interesante, sino, a disfrutar de las nuevas funcionales que tenemos. Y si algo raro vemos con la cámara, recordar, sacar la batería y volver a ponerla para hacerle un «reset» a la cámara.

Nuestro tercer día tocaba llegar hasta el lugar más esperado por todos, las Torres del Paine. Después de un amanecer en Puerto Natales, el organizador de nuestro viaje, Alejandro Blanco llenó el deposito de combustible hasta los topes de nuestra furgoneta. Una vez dejásemos Puerto Natales conseguir combustible sería casi imposible. No hay gasolineras cerca del parque, y la única forma, ya casi en caso de emergencia, sería preguntar en los diversos hoteles si nos la vendían a unos precios, por decirlo de una forma, poco económicos.

Amanecer en Torres del Paine

Amanecer en Torres del Paine

El camino desde Puerto Natales pronto pasaría a ser una carretera de tierra, el último vestigio de población que vimos fue la pequeña villa de Cerro del Castillo. Pronto entraríamos en una zona donde mirases a donde mirases lo raro sería ver una casa. Bueno, algún hotel de lujo había por el camino, obviamente fuera de nuestro limitado presupuesto.

Nuestro destino era llegar hasta el Lago Azul, al norte del parque natural, camino lento dado que cada segundo había que parar a fotografiar manadas de guanacos con las que nos cruzábamos.

En el Lago Azul se encuentra un camping gratuito donde puedes estar un máximo de 1 noche. Y allí era nuestra primera parada. Antes de ponernos a comer haciendo unos bocadillos con las provisiones compradas anteriormente tocó montar el campamento. A pesar de que no hacía ni pizca de viento, todo completamente calmado, colocamos las tiendas bastantes protegidas en caso de que la situación cambiase, y vaya si cambió durante la noche.

Amanecer en Torres del Paine

Amanecer en Torres del Paine, un minuto después.

Mientras hacíamos fotos a unas flores esperando la puesta de sol, empezamos a temer por lo peor. Los cielos despejados que tuvimos todo el día se convirtieron en una sucesión de rápidas nubes que amenazaban con tapar las famosas montañas que dan nombre al parque, Las Torres del Paine.

La puesta de sol no deparó mucho de sí, con unas nubes tapando por completo las torres y unos bellos colores en el cielo, detrás nuestra, dónde no había mucho con lo que acompañar las fotos. Tocaba irse de vuelta a las tiendas y desear que el amanecer a las 5:00 de la mañana deparase mejores cosas.

Personalmente no me costó mucho despertarme, a las 2:00 de la mañana empezamos a conocer en nuestras carnes los famosos vientos de la zona. A pesar de estar en una zona bastante abrigada los golpes de viento en la tienda se notaban, haciendo que uno durmiese menos de lo deseado y con serias dudas de como estaría la situación en el amanecer.

Mis temores no se cumplieron, los vientos no trajeron un montón de nubes, las torres estaban ahí esperándonos para ser fotografiadas, y rápidamente nos montamos en la furgoneta para llegar hasta una zona que habíamos visto el día anterior. Todo prometía que el amanecer iba a ser de lo mejor, menos por un detalle. El viento era horrible, era imposible conseguir que mi 70–200 estuviese estable (tengo que estudiar seriamente el anillo que aguanta mi lente a la rótula), con liveview puesto en zoom 10x claramente se veía como la imagen trepidaba un poco. A regañadientes no quedó más remedio que subir el ISO a 800 para conseguir una velocidad de disparo por encima del 1/100 y así evitar que dichos golpes de viento afectasen a la imagen final. Si exceptuamos eso, tuvimos uno de los mejores amaneceres de todo el viaje.

Guanaco delante de las Torres

Guanaco posando delante de abundante grupo de fotógrafos.

Mientras bajábamos de regreso a la furgoneta vimos un grupo de guanacos en el camino y decidimos estar fotografiándolos un rato (fotos de animales irán en otro artículo), para después irnos al camping, desmontarlo todo, y poner camino al Lago Pehoé y su camping, donde dormiríamos el resto de los días que íbamos a estar en el parque.

Estaba claro que ya estábamos en la zona por donde se suele mover la gran parte de los turistas, nos cruzamos durante el camino con un montón de ellos, y otros tantos que vimos pasar mientras pagábamos el permiso de entrada en el parque natural (esta zona no era de libre acceso como en el caso del Lago Azul). En Pehoé tocó volver a montar el campamento y volver a sentir algo de civilización, dado que a parte de un restaurante, dónde iríamos a comer todos los días, también tenían internet por satélite (paciente tenía que ser uno…). Una de las pocas zonas en el parque donde podías decir a tu familia que seguías vivo, dado que no hay servicio de telefonía en ningún lado.

Al amanecer siguiente, con más prisas de las deseadas nos acercamos hasta la famosa cascada Paine en el río Paine a fotografiar el amanecer. El viento seguía pegando fuerte, pero aquí estábamos un pelín mas resguardados que en el caso anterior. A parte de que el grueso de las fotos las hice con el 17–40, que no presentaba el mismo problema que mi 70–200.

Cascada Paine

Amanecer en Cascada Paine.

Y este fue la última vez que nos pasamos a fotografiar las Torres. A partir de este momento comenzaba nuestra desesperada odisea de fotografiar los Cuernos del Paine con buena luz. Pero eso ya es otra historia.

Magic Lantern

A veces uno no entiende como los fabricantes pueden ser tan negados para exprimir al máximo los productos que ellos mismo crean. Menos mal que existe gente que está dispuesta a demostrarles hasta donde puede llegar sus creaciones. Era el año 2008, y Canon decidió actualizar su cámara full-frame “económica” y lanzó al mercado la nueva Canon 5D Mark II. Era la primera cámara de Canon que grababa vídeo (cámara de fotos estamos hablando), y realmente no sabían la caja de Pandora que estaban abriendo. Sin comérselo ni bebérselo acababan de revolucionar el mercado, y no el fotográfico, sino el de vídeo. Por primera vez, los videografos tenían acceso a una cámara “barata”, digital, de 35 mm, que grababa vídeo. La gente con recursos limitados ya no tenía que gastarse decenas de miles de euros en conseguir un equipo que pudiese crear ese aspecto de película de cine, con los fondos desenfocados y centrados en los personajes. Terceros fabricantes aparecieron por todos los lados para convertir una simple cámara de fotos en un auténtico épico de producción cinematográfica.

Noche de invierno en Val d'Aran

Noche despejada de invierno en Val d’Aran.

Pero todo no era una simple maravilla, viendo lo que se le venía encima, Canon rápido empezó actualizar las características de grabación de vídeo de la cámara. Aún así seguía quedándose corta en ciertos aspectos. Uno de ellos y el más criticado era la falta de niveles de audio. Cuando grababas audio directamente con la cámara no había forma de controlar los amplificadores internos de la cámara con lo cual se podía dar el caso de que se saturasen y apareciesen estos ruidos estáticos tan molestos que vemos en muchas grabaciones no profesionales. Y lo peor de todo, es que Canon podría haber solucionado el problema con una simple actualización de software.

Tal vez esta pasividad de Canon fuese una ventaja para nosotros, alguien decidió no esperar. En el año 2009, un tal Trammel Hudson decidió empezar a estudiar le fichero binario en el que Canon distribuía las actualizaciones de firmware o software de la cámara. Haciendo ingeniería inversa se las arregló para entender las partes del software que controlaban la etapa amplificadora de la cámara, y empezando a jugar con modificaciones aquí y allá nació Magic Lantern, una serie de añadidos de software que mejoraban notablemente la forma de trabajar con la cámara.

Poco a poco lo que era un “simple” hack para conseguir una funcionalidad nueva en la cámara se convirtió en una serie de añadidos que cada día que pasa, no sé si dejan más en ridículo a los ingenieros de Canon, o demuestran como los fabricantes imposibilitan ciertas funcionalidades en cámaras más baratas que con una simple actualización de software podrían hacer lo que sus hermanas mayores son capaces de hacer (tal vez algunos fabricantes deberían tomar lecciones de Fuji.

Para la gente que graba vídeo es casi obligado instalarlo si usan una de estas cámaras de Canon (bueno, si no se ha comprado una cámara de la nueva sería EOS C especialmente diseñadas para grabar vídeo y que ya están en otro rango de precios prohibitivos para presupuestos ajustados). Pero para los que nos interesa simplemente la fotografía es un software que no podemos despreciar. Tenemos funcionalidades tan tontas como un intervalómetro (¿para que gastarse 90 euros en el oficial de Canon? ¡Un cacharro menos en la mochila…!), zebras en live view, que rápidamente te indican que zonas de la imagen están sobreexpuestas, y lo más importante, desde el punto de vista fotográfico, histograma en RAW. Eso de derechear el histograma, con técnicas complicadas y haciendo braketing por si las moscas pues, ya se ha terminado. Ahora mismo antes de hacer la foto se sabe si se va a quemar o no. Y los programadores no se han parado ahí, ahora andan jugando a extender el rango dinámico de las cámaras, algo que tengo que seguir de cerca.

Lo llevo usando desde el verano pasado. Al principio siempre me daba bastante reparo eso de modificar el firmware por defecto que viene con la cámara (no se modifica exactamente, el firmware original no se toca, simplemente se le activa la posibilidad de arrancar desde tarjeta de memoria, donde se esconderá a partir de ahora Magic Lantern). Pero ahora mismo, no sé si sabría volver a trabajar con la cámara como lo hacía antes. Ya no hay vuelta atrás para mí.

La segunda parada en nuestro viaje fotográfico por la Patagonia y organizado por nuestro amigo Alejandro Blanco fue Puerto Natales. Bueno, lo correcto sería decir que fue la segunda y una de las últimas, dado que Puerto Natales se considera entrada del Parque Nacional de Torres del Paine y por donde volveríamos unos 14 días después, ya casi despidiéndonos de la Patagonia de la que nos habíamos enamorado. Así que esta pequeña ciudad casi se convertiría en nuestra bienvenida y nuestra despedida.

Anochece en Puerto Natales

Calma en Puerto Natales.

Puerto Natales se localiza a las orillas del Canal Señoret y es la ciudad más cercana al Parque Nacional de Torres del Paine. Tal vez por esto, casi todos los comercios que veíamos parecían centrados en hacer negocio con las grandes cantidades de turistas que día tras día se acercan a visitarlo. Desde restaurantes, pasando por las típicas tiendas de recuerdos, hasta agencias que te organizaban cualquier tipo de excursión o te facilitaban los alquileres de coches. Ahora mismo están intentado ampliar su pequeño aeropuerto para que puedan operar aviones más grandes y modernos. Lo cual probablemente no está haciendo mucha gracia a sus vecinos de Punta Arenas.

Amanece en Puerto Natales.

Amanece en Puerto Natales.

El nombre de Natales viene del río del mismo nombre que pasa por el pueblo. En el año 1894 dos alemanes andando por al zona se encontraron con el río el 24 de Diciembre y decidieron ponerle el nombre de “Natalis,” que en latín significa nacimiento. Poco a poco a la zona llegaron más colonos alemanes, con lo cual el gobierno chileno decidió reservar una zona de unas 200 hectáreas para la construcción de una futura ciudad el 18 de Mayo de 1906. Oficialmente Puerto Natales se fundaría el 18 de Mayo de 1911.

La lluvía llega a Puerto Natales

La lluvía llega a Puerto Natales.

Y tal como podéis empezar a imaginar por las fotos que os estoy mostrando con el texto del artículo el mayor atractivo fotográfico fue la pequeña “playa” al lado del canal con su pantalán completamente destrozado. La verdad es que con la vista que tenía alrededor era bastante impresionante. Nos faltó un buen amanecer ahí los días que estuvimos, pero algo pudimos hacer.

Soleado amanecer en Puerto Natales

Soleado amanecer en Puerto Natales.

En el camino de vuelta estaba claro que tanto amanecer a las 5:00 de la mañana y anochecer a las 22:00 había acabado con nosotros. El ritmo en la ciudad era muy distinto, disfrutando tranquilamente de los salones del Hostal Amerindia mientras terminábamos de asegurarnos que todos los backups de las fotos estaban bien hechos. O acercándonos hasta la Estancia Consuelo para disfrutar de un magnífico cordero al palo (denominación chilena), una magnífica forma de decir adiós a nuestro periplo por Chile y Argentina (con el permiso de una sesión fotográfica a pingüinos que tuvimos al día siguiente).

Fotógrafos en la hierba.

Fotógrafos en la hierba.

Y hasta aquí han llegado las fotos de muelles, en las siguientes entradas los platos fuertes y demás animales.

Ya sean nuestros archivos personales que probablemente solo tengan gran importancia para nosotros y poca gente más, o ya sea todo nuestro trabajo fotográfico o videográfico del cual depende nuestro día a día, una buena política o estrategia de copias de seguridad es de lo más importante.

Probablemente yo no sea la persona más indicada para hablar de esto. Despreocupado siempre por este tema lo pagué caro hace un par de años, con pérdidas de una buena porción de mi trabajo fotográfico. O tal vez por eso ahora sea la persona indicada para hablar del tema, de lo paranoico que me he vuelto (en mi reciente viaje a Chile y Argentina, todas mis fotos estaban copiadas en tres soportes diferentes (dos discos duros externos y las propias tarjetas de memoria), intentando que cada una de las copias estuviese siempre en lugares diferentes, aunque no siempre era posible como cuando nos movíamos en coche de un punto a otro o en el viaje de regreso en avión).

Atardecer en la Costa Brava

Se pone el sol en la Costa Brava.

En este artículo no voy a comentar como mis fotos están automáticamente replicadas en dos discos duros diferentes en mi casa (el segundo es un sistema de RAID 1, por si las moscas), sino como además de tener esa copia de seguridad en mi propia casa también tengo otra más, que se crea automáticamente, fuera de ella.

¿Por qué una tercera copia fuera de mi casa? Más que nada por si le pasa algo a la casa. Sí, ya sé que no es probable, pero un simple incendio puede destruir tanto el disco duro principal como la copia de seguridad del mismo, y allí se van todos nuestras queridas fotografías. Si alguien entra a robar no creo que sea tan considerado como para dejarte el disco principal o el de la copia de seguridad. Y sí, a mí también ambas opciones me parecían poco probable que pasasen, pero a dos amigos que viven en la misma ciudad que yo, en menos de un mes, les entraron en ambas casas y allá se fueron sus discos duros con los ladrones.

Cuando empecé a divisar mi sistema de copia de seguridad fuera de casa mi primera opción que se me ocurrió fue comprar dos discos duros externos. Una vez por la semana, o cuando hiciese falta, haría una copia actualizada de mis fotos a uno de los discos duros y lo llevaría a casa de alguien, un amigo, familiar, etc… y de allí cogería el segundo disco duro y me lo llevaría a mí casa para cuando necesitase actualizar la copia externa. La idea no está mal, como mucho perdería las fotos de la última semana, pero sería uno de los males menores. Realmente el principal fallo que le veía era uno: el factor humano. Tenía que depender de que me acordase de hacer esto de forma sistemática cada semana, y me conozco, sabía perfectamente que eso no iba a pasar, así que había que pensar en un sistema automático, que no dependiese de un humano como yo para asegurarse de que la copia de seguridad siempre estuviese lo más actualizada posible.

Realmente para la selección de la herramienta de backup en línea no hice ningún estudio muy exhaustivo. Miré lo que usaban diversos fotógrafos que seguía, y terminé decidiéndome por Backblaze, y ahora mismo ya es un pelín tarde para cambiarse, el backup inicial llevó demasiado tiempo y no es un proceso por el cual quiero volver a pasar.

Entrando en un poco más de detalles, ¿Por qué Backblaze? Diversos factores entraron en mi decisión, con lo cual no quiero decir que no exista otras opciones que se adapten. De entrada el precio me parecía atractivo, a 5 dólares por mes podía hacer backup de todos los datos que quisiese, no hay límite en tamaño. Esta cuestión me parecía importante, dado que a lo largo del tiempo mi catálogo de fotos crecerá, y no quería andar pensando cuanto me costaría cada mes mantener semejante cantidad de datos en la nube. El software que te dejan probar de forma gratuita por un mes casi no consume recursos en mi OS X, así que tampoco me molestaba que estuviese corriendo en segundo plano. Y por último, el software es tan tonto de usar que hasta casi es imposible que algo pueda ir mal, y hace su trabajo bien y de forma transparente para el usuario, algo importante para mí.

Una vez instalado el software nos aparecerá un nuevo icono en las “Preferencias del Sistema,” dentro de la sección de “Complementos” bajo el nombre de “Backblaze Backup” (no estoy muy seguro como aparece esto en Windows, dado que no poseo ningún sistema Windows en mi casa, pero supongo que de alguna forma similar).

Preferencias del Sistema en Mac OS X con Backblaze en ellas

Preferencias del Sistema donde se puede ver Backblaze en la esquina inferior izquierda.

Una vez dentro de la aplicación las cosas no podrían ser más sencillas, nos indica cuando fue el último backup completo realizado (si fue hace mucho alertará que puede haber gran cantidad de ficheros que no estén respaldados). También nos dará unas estadísticas generales, como la cantidad de datos totales respaldados por Backblaze, así como los ficheros que faltan por hacer copia de seguridad y la cantidad de megabytes que estos representan. También te permite pausar la copia de seguridad en ese momento, en caso de que te haga falta tu ancho de banda para otra cosa.

Ventana principal de Backblaze

Pantalla principal de Backblaze felizmente subiendo 700MB nuevos que necesitan ser asegurados.

Dentro de las opciones las cosas se siguen manteniendo igual de simple, puedes seleccionar de que discos duros se hará backup (no te dejará seleccionar ninguno que esté marcado como disco duro de Time Machine, el sistema de copia de seguridad que viene de serie con Mac OS X).

Seleccionando Discos Duros en Backblaze

Preferencias principales dónde se puede ver los discos de los cuales se hará backup.

También te dará estadísticas de tu conexión a internet, cómo la cantidad máxima de datos que será capaz de hacer copia de seguridad al día. Al mismo tiempo también te deja limitar el ancho de banda de subida usado por la aplicación por si se come tu conexión a internet que estás usando para otras cosas.

Opciones de uso del ancho de banda en Backblaze

Preferencias dónde podemos ver análisis del ancho de banda de mi conexión a internet.

Personalmente lo tengo configurado para que haga copia de seguridad tan pronto como se dé cuenta que hay un fichero nuevo o modificado. Aquí las opciones ya son más escasas, solamente te deja seleccionar, a parte de continuadamente hacer copia de seguridad, una vez por día o cuando el usuario ejecute el procesa de forma manual (algo que realmente no recomiendo).

También permite seleccionar que tipo de ficheros nunca se va hacer copia de seguridad. Por defecto viene preconfigurado con muchos de los ficheros típicos del sistema operativo, imágenes de máquinas virtuales o ejecutables. Obviamente la intención aquí de la gente de Backblaze es que la gente se de cuenta que esto solamente es apto para hacer backup de documentos, no vale para restaurar un disco duro de un ordenador en caso de que falle tal y como hace Time Machine. También se puede especificar un tamaño máxima a partir del cual esos ficheros ya no se harán copias de seguridad, una opción que habrá que vigilar con cuidado si estamos trabajando con ficheros de vídeo.

Y a parte de opciones de seguridad que comento más adelante, tiene una última sección de informes de las cosas que se han hecho copia de seguridad.

Estadísticas que genera Backblaze de los archivos que ha hecho copia de seguridad

Estadísitcas de lo que se ha hecho copia de seguridad hasta el momento, hay que tomarlas en líneas generales.

Pues una vez instalado y una vez seleccionados los discos duros de donde se van hacer los backups, simplemente nos queda esperar a que todo se copie remotamente en los servidores que Backblaze tiene en Estados Unidos. Y aquí es donde empezamos con el primer gran problema que puede echar a mucha gente atrás para usar este sistema. Por las capturas de pantalla podéis ver que tengo subidos más o menos 1 TB de datos. Le llevó más de 4 meses subir todo eso. Las conexiones a internet en España son como son, y por desgracia yo en mi edificio no puedo optar a fibra, con lo cual mi velocidad de subida está muy limitada a las diferentes ofertas de ADSL que hay en el mercado, y eso deja bastante que desear. Es ridículo que te anuncien velocidades de bajada de hasta 20 Mb/s cuando solamente te dan 1 Mb/s de subida.

Una vez hecho ese gran backup inicial, a partir de ahí todo es más fácil, cada sesión de fotos solamente tarda un día o pocos días (depende de la cantidad de fotos que hagas en cada sesión) en ser subidas. Personalmente no me encuentro ni de lejos en la situación que haga tantas fotos a la semana como para que, con mi ancho de banda que tengo en casa, no consiga en esa misma semana tener una copia de seguridad de todo.

Ya que estamos hablando de como se suben los ficheros, un detalle a tener en cuenta, que no considero ni bueno ni malo, aunque supongo que dependerá bastante de cada persona, es que Backblaze a la hora de subir ficheros a sus servidores siempre empieza por los más pequeños, y poco a poco irá subiendo todo dejando los más grandes para el final.

Volviendo al tema de al seguridad que comenté antes, tenemos varios aspectos que tratar. De entrada estás confiando tus datos a una empresa, en este caso a una empresa americana, que ya sabéis que últimamente no es que sean las más fiables en cuanto a mantener la privacidad de la seguridad de los datos de cada uno. En este caso cada uno tendrá que ponderar en lo que confía o no. Para asegurarnos en temas de privacidad Backblaze cifra todos los datos que son enviados a sus servidores. Nuestro ordenador lo primero que hace es coger un grupo de datos de nuestros archivos, cifrarlos y enviarlos. Si no tocamos al configuración del programa, este cifrado se hace con una clave privada que la gente de Backblaze tiene en su poder, con lo cual ellos en cualquier momento podrían descifrar los datos si así lo deseases. Por otro lado, también ofrecen la posibilidad de que generemos nosotros mismos las claves privadas de cifrado y sean estas las que se usen para cifrar todos los archivos que mandamos a sus servidores. En este caso tendremos que tener especial cuidado, dado que sin esos ficheros de claves privadas será imposible recuperar la información almacenada en los servidores de Backblaze, y en este caso seremos nosotros los responsables de suministrarlas, dado que la gente de Backblaze no tendrá copia de ellas.

Por último queda el gran aspecto de que pasa cuando lo impensable ocurre ¡Hemos perdido todos nuestros datos y necesitamos recurrir a al opción de bajarlos de los servidores de Backblaze!. La gente de Backblaze ofrece tres opciones, de entrada podemos bajar los datos de forma manual de sus servidores, indicamos lo que queremos bajar y ellos nos crearan un fichero zip con esos datos listos para ser descargado. Eso sí, en mi caso particular un fichero de 1 TB sobre una línea ADSL de 10 Mb/s tardaría unos 10 días en ser bajado, si todo va bien. Dado que son conscientes de que la cantidad de datos a descargar pueda hacer poco práctica dicha descarga, también ofrecen la posibilidad de que se manden dichos datos en discos duros externos o memorias usb, donde el usuario tiene que pagar tanto el coste del disco duro/lápiz usb como de los gastos de envío.

Y ya para ir cerrando este artículo que me está quedando más largo de lo que esperaba, este servicio de copia de seguridad solamente se aplica a un ordenador y los discos duros externos conectado a él (no valen unidades de red). Si deseamos hacer copia de seguridad de un segundo ordenador hará falta pagar 5 dólares al mes más por cada ordenador extra, aunque pueden estar asignados a la misma cuenta. Por otro lado, Backblaze mantiene todas las modificaciones realizadas a un fichero hasta un máximo de 4 semanas, en caso de que hayamos cambiado algo y queramos volver a una versión más antigua que ahora ya no tenemos en nuestro disco duro.

¿Quién me iba a decir a mí que gracias a conocer a mi amigo Alejandro en un taller invernal en Urbasa acabaría en la otra punta del mundo el año pasado? Este fotógrafo chileno se pasó el 2012 por este hemisferio norte y el pobre tuvo la mala suerte de conocerme a mí, y aún por encima tener después de aquel taller que aguantarme como amigo. Rápido escapó de vuelta a Chile, donde nos organizó un tour fotográfico por el sur de su país, y hasta allí nos fuimos este pasado mes de Diciembre un grupo de amigos (Toni, Manel, Alex, y Albert).

Fueron unos 15 días de viaje por la Patagonia (y tranquilos, no será como la narración de mi viaje a Escocia, no tendréis 15 entradas narrando hasta el último detalle de cada día, iré por zonas). 15 días que recordaré siempre, con una compañía inmejorable (bueno, estoy exagerando un poco…), y un guía fantástico.

Pantalán en Punta Arenas

Mirando al Estrecho de Magallanes en Punta Arenas.

Después de casi un interminable día volando, de Barcelona a Madrid, de Madrid a Santiago de Chile y de Santiago de Chile a Punta Arenas, llegamos a nuestro primer destino del viaje. Nuestro único objetivo aquí era descansar después de estar casi un día sin dormir en el avión.

Embarcadero en Punta Arenas

El sol ya se ha puesto en Punta Arenas.

La ciudad de Punta Arenas está casi al sur de todo de Chile y al lado del Estrecho de Magallanes, y básicamente hasta allí fue a donde nos acercamos hacer fotografías de puesta de sol. Después de dedicar el día a recorrer la ciudad, hacer compras para los días de acampada que teníamos por delante y disfrutar de la gastronomía chilena, en particular a empezar a ingerir Calafate aunque fuese en forma de cerveza (los motivos ya los explicaré en otra entrada).

Poco a poco iré poniendo el resto de las fotos y historias. Llevará tiempo dado que soy un desastre y todavía no tengo ni el 10% seleccionado ni procesado, pero la vida de vez en cuando se pone en medio de los temas importantes.

Mi último día en fotográfico Escocia (estaría un día más, pero ya sería para conducir hasta el aeropuerto y pillar mi avión de vuelta) y, por desgracia, las cosas no parecían empezar bien. Eran las 3:00 a.m. de la mañana y una intensa lluvia presagiaban lo que al final pasó, ni una sola foto de amanecer.

Regresé temprano al hostal pensando «bueno, ¡Al menos tengo más tiempo para dormir!». Craso error, a las 8:00 a.m. alarma antincendios a toda caña, salir hasta fuera con el fresquillo que hacía para que después me comenten que se había disparado por error… Bueno, ya que estábamos despiertos, bien podíamos empezar la mañana con un ducha y desayunando en el hostal.

Glen Coe

Glen Coe.

Último día y últimas oportunidades, así que a pesar de las pocas horas de sueño, estoy bastante despejado para intentar aprovecharlas al máximo. Las nubes de lluvia de la noche anterior todavía no han roto del todo y me crean oportunidades fotográficas nada más salir del hostal. Paso unos minutos fotografiando una cascada y parecía que mi mala suerte del día anterior continuaba. Me era imposible aflojar la rótula para liberar la zapata del 70-200 del trípode. Después de mucho luchar y dejarme la piel, literalmente, decido que es hora de optar por una segunda estrategia, acercarme hasta una gasolinera.

Cascadas en Glen Coe

Cascadas Glen Coe.

En la gasolinera oportunamente tiene una gran selección de herramientas de ferretería. Termino comprando un pequeño juego de llaves (20 libras que me costó la broma) y la rótula se rinde a la primera (ahora mismo un accesorio extra que va conmigo en la mochila es una herramienta multiusos que incorpora unos alicates).

Nada, de regreso al valle, más fotografías entre millones y millones de turistas que también estaban visitando la zona (era sábado), más fotos, y el trípode sin dar señales de querer fallar de nuevo. Poco a poco iban pasando las horas y las nubes comenzaban a marcharse dejando lugar a un fuerte sol que ya indicaba que no era mala idea ir a comer.

Arco Iris en Loch Bà

Arco Iris en Loch Bà.

Para de nuevo en la gasolinera anterior, donde al lado había un remolque hamburguesería, y empiezo a tratar con la primera escocesa a la cual tengo dificultades para entender ¡y yo que pensaba que hasta ese momento era un mito!… Con un poco de gasolina más en el deposito y una comida caliente al estomago, para variar, me dirijo hasta el Castillo Stalker, con un sol del medio día cada vez más fuerte que hacen que mi visita al mismo sea más turística que otra cosa.

Puesta de Sol hacia Loch Etive

Puesta de sol hacia Loch Etive.

Se acercaba la hora de la puesta de sol y el momento de regresar hasta la zona Rannoch Moor, para ver si tenía la suerte que no tuve el día anterior. Pero por el camino, bueno, hay que desviarse un poco, vuelvo a recorrer Glen Etive, que había visto alguna cosita que podría resultar interesante. Alguna fotografía por aquí y por allá, y la hora de la puesta de sol se me echaba encima.

Ya me lo habían advertido anteriormente; Dado que la capa de tierra sobre la roca no es muy grande, si llueve muy continuamente es muy fácil que la tierra se vuelva pantanosa. Los alrededores de Loch Bà realmente estaban bastante difíciles de caminar si no ibas con unas buenas botas de pesca, lo cual obviamente no era mi caso. Después de enterrarme un par de veces llegué a una localización que prometía bastante, desde varios ángulos tenía bastante cosas que fotografiar y el cielo prometía cosas interesantes.

Puesta de Sol en Loch Bà

Puesta de Sol en Loch Bà.

Tuve un poco de todo, sol entre nubes rotas, algún arco iris pasajero de alguna lluvias despistada de la mañana que caía a estas horas, islas pequeñas iluminadas por el sol… Realmente, fue una despedida digna del viaje.

Puesta de Sol en Loch Bà

Puesta de Sol en Loch Bà.

Bastante contento de la puesta de sol regresé al hotel para empezar a preparar las cosas. A la mañana siguiente intenté fotografiar el amanecer, para encontrarme con una niebla de lo más densa, y realmente creo que perdí oportunidad de hacer fotos interesantes. No es que las circunstancias impidiesen hacer algo decente, es que yo no estaba funcionando. ¡Qué le íbamos hacer! Tocó volver al hostal, dormir algo más, y empezar el tetris de la maleta, pera intentar volver a encajar todas las cosas dentro de ella, lo cual siempre es más fácil cuando se hace en casa con todo bien doblado… Una vez terminado el desayuno, varias horas de conducción hasta Edimburgo, mientras repasaba en mi cabeza los buenos momentos vividos durante este viaje.

El próximo sábado 30 de Noviembre, un grupo de amigos, Tony and Mark y Alex Martín, expondremos y pondremos a la venta, en forma de impresiones de alta calidad, nuestro trabajo fotográfico en el Mercadillo organizado por Anaglifos Art Factory (Carrer Monéc 17, 08003 Barcelona).

Aquí tenéis un pequeño timelapse hecho por Toni de la anterior ocasión:

Y el cartel:

MERCADILLO_ANAGLIFOS-web

Categorías: Personal

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